jueves, 5 de junio de 2008

Max Weber y Bill Gates

Una de las asociaciones más exitosas en la historia de los negocios corría el riesgo de disolverse. Era inicios de 2000 y Bill Gates acababa de entregarle las riendas de Microsoft Corp. a Steve Ballmer, su amigo desde los días universitarios y su mano derecha durante más de 25 años.

Ballmer recibió el título, pero Gates retuvo el poder. Esto desató una batalla entre ambos que se prolongó durante más de un año y de la que hasta ahora poco se ha ventilado.

La situación se deterioró a tal grado que en una ocasión, Gates salió intempestivamente de una reunión después de una discusión a gritos con Ballmer, según una persona presente. El conflicto paralizó decisiones sobre estrategia de Internet que aún afectan a la compañía y diversos miembros de la junta intervinieron para forzar una tregua.

Según Gates y otros ejecutivos de Microsoft, las diferencias llegaron a su fin cuando el fundador de Microsoft decidió dejar que su amigo dirigiera la compañía por su cuenta. "Yo tenía que cambiar", reconoció Gates.

En unas semanas, Gates abandonará sus funciones en Microsoft para dedicarse a la filantropía. Si la transición marcha sin sobresaltos se deberá, en gran parte, a la colisión hace ochos años que obligó a ambos ejecutivos a enfrentar el dilema de si Gates era capaz de dejar que su amigo gestionara la empresa sin su interferencia. Microsoft usó las lecciones de esa crisis para planificar la sucesión.

Ballmer pasará a ocupar la oficina utilizada durante años por Gates, quien retendrá la presidencia de la junta directiva. Una vez que Gates se marche, "no voy a necesitarlo para nada. Ese es el principio", dice Ballmer. "Usarlo sí, necesitarlo, no."

La partida de Gates marca el fin de una asociación que creó una nueva industria, produjo una generación de millonarios y cambió la forma en que el mundo utiliza las computadoras. Bajo la tutela de Gates, Microsoft también enfrentó una de las batallas antimonopolio más feroces y generó la fortuna a la que Gates ha recurrido para combatir problemas globales como el sida.

El desafío de Ballmer es asegurarse de que la era dorada de Microsoft no sea cosa del pasado. La empresa enfrenta la serie más amplia de retos de sus 32 años de vida, a medida que ágiles rivales tratan de reducir su dominio del software tradicional y los cambios que atraviesa la industria la obligan a incursionar en nuevos sectores. Para repeler el avance de titanes como Google Inc., Microsoft se ve obligada a asumir más riesgos, como su reciente oferta por Yahoo Inc.

Microsoft busca alcanzar una proeza delicada. La historia de los negocios está repleta de ejemplos de fundadores de compañías que han sido incapaces de dejar sus creaciones en manos de otros. El peso de la transferencia de mando sobre Gates y Ballmer (ambos de 52 años y tan cercanos que a menudo el uno termina las frases del otro) quedó de manifiesto durante un retiro de directivos de Microsoft celebrado en marzo. Ballmer pronunció las palabras de bienvenida y sus ojos se llenaron de lágrimas al recordar que esta sería la última reunión que contaría con la presencia de Gates y Jeff Raikes, un veterano de la compañía y amigo que se unirá a los proyectos filantrópicos de Gates.

Recientemente, durante una entrevista conjunta con Gates, Ballmer se volvió a emocionar al hablar sobre cómo construyeron Microsoft. "Es cómo dar a luz a algo. Bill fue el que dio a luz, pero yo fui una especie de niñero que crió a este pequeño", dijo Ballmer. "Hay cosas divertidas que hacemos juntos, eso está bien. Quiero decir, es importante, pero esto es..." "...Esto es lo que hicimos", intervino Gates, completando sonriente la frase de Ballmer.

La relación se remonta a sus años en la Universidad de Harvard en la década de los 70, donde ambos jugaban al póquer y ponían a prueba su imaginación e intelecto. Los elementos de esa amistad, como la competencia y el trabajo duro, definieron la cultura de Microsoft. Mientras Gates se concentraba en la tecnología y la estrategia, Ballmer ocupó una variedad de funciones. Fue el primer gerente de Microsoft y lideró el desarrollo de la primera versión de Windows y las ventas en Norteamérica. Después, se encargó de la expansión internacional.

Sin embargo, su modelo centralizado de gestión empezó a resquebrajarse a partir de fines de los años 90, cuando Microsoft se volvió más compleja.

Agobiado, Gates empezó a buscar ayuda. En enero de 2000, le cedió la presidencia ejecutiva a Ballmer y pasó a ser el "director de arquitectura de software", una posición nueva que, en teoría, estaba por debajo de la de Ballmer.

No obstante, los dos ejecutivos chocaron tan pronto como Ballmer trató de imponer su posición. Como un líder icónico de Microsoft, la influencia de Gates no estaba ligada a un cargo. Durante las reuniones, Gates interrumpía con comentarios sarcásticos menoscabando a Ballmer delante de otros ejecutivos, según Gates y otros empleados.

"La junta estaba realmente preocupada por lo que iba a pasar", reconoce Jon Shirley, un miembro de la junta directiva de Microsoft.

Gates concluyó que el que tenía que cambiar más era él. "Steve priorizaba el trabajo en equipo y los objetivos mutuos", dice Gates. "Tenía que comprender qué aspectos de mi comportamiento no reforzaban eso."

Con el paso del tiempo, Ballmer puso su impronta en la compañía a través de una serie de reorganizaciones. También trabajó para alcanzar acuerdos extrajudiciales en las numerosas demandas entabladas contra Microsoft, adoptando un tono más conciliador que el de Gates.

Gates, en tanto, se concentró en guiar la estrategia tecnológica a largo plazo de Microsoft. La empresa también sentó las bases para la eventual salida de Gates al comprar en 2005 a Groove Networks Inc. e incorporar a su fundador, el pionero de software Ray Ozzie, para complementar a Gates en el rol de gurú tecnológico.

A principios de 2006, Gates dejó de trabajar a tiempo completo en Microsoft, estableciendo un cronograma para la transición a dos años.

Una de las preocupaciones de Ball­mer era preservar el papel de Gates co­mo visionario tecnológico. En busca de orientación, Ballmer acudió a un libro del sociólogo alemán Max Weber sobre cómo las organizaciones lidian con la partida de los "líderes carismáticos". La lectura lo llevó a sugerirle a Gates que nombrara dos sucesores. En junio de 2006, Gates los nombró: Craig Mundie, uno de sus asesores técnicos y Ozzie. "El mundo suele dedicarme una cantidad desproporcionada de atención", dijo Gates al momento del anuncio.

Por Robert A. Guth

http://www.lanacion.com.ar/wsj/nota.asp?nota_id=1018659


PD “El Predicador debe ser capaz de aprovechar todo lo que tenga a mano para conducir la discusión a los Objetivos asignados”

El Viejo Maestro

5 comentarios:

Charlie Boyle dijo...

Manolo, le paso este link de Juán Freire sobre: La
estrategia analógica de una empresa digital: Microsoft huye de la larga cola
que casualmente cito en mi último post.
Creo que van a tener que rever Uds. la concepción centralizadora del poder, tienen con qué.

Anónimo dijo...

Perdon Charlie Boyle pero plantear que el peronismo (debo entender eso por "Uds" ¿verdad?) es no penetrar a fondo la estructura teorica y practica de la concepción del poder en "nosotros".
Nada mas descentralizado qeu el poder para "nosotros", de hecho JDP plantea qeu el poder real es el del pueblo. Esa concepción es la que permite que haya tantos peronismos como interptres de él.
Otra cosa es la conducción. Alli tampoco es centralizada, pues el conductor debe nutrirse de los cuadros auxiliares para recibir y emitr información y directivas.
"nuestra" concepción teorica y nuestra practica es la única que hasta aqui ha dado resultados concretos... en el mundo.
OJO no digo qeu todos sean peronsitas sino que el compilado de pocho es un resumen de los grandes clasico de la conduccion y la estrategia. Si podes pegale un repaso.
Saludos
Pablo

Anónimo dijo...

A raiz de Max

Para las ciencias sociales Weber propuso el método de los tipos ideales, esas categorías subjetivas que describen la intencionalidad de los agentes sociales mediante casos extremos, puros y exentos de ambigüedad, aunque tales casos no se hayan dado nunca en la realidad; puso así los fundamentos del método de trabajo de la sociología moderna -y de todas las ciencias sociales-, a base de construir modelos teóricos que centren el análisis y la discusión sobre conceptos rigurosos.
El primer fruto de la aplicación de este método fue su obra de sobre La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1905); trabajando sobre los tipos ideales del «burgués», la «ética protestante» y el «capitalismo industrial», estudió la moral que proponían algunas sectas calvinistas de los siglos XVI y XVII para mostrar que la reforma protestante habría creado en algunos países occidentales una cultura social más favorable al desarrollo económico capitalista que la predominante en los países católicos.
En términos generales, puede decirse que Weber se esforzó por comprender las interrelaciones de todos los factores que confluyen en la construcción de una estructura social; y en particular reivindicó la importancia de los elementos culturales y las mentalidades colectivas en la evolución histórica, rechazando la exclusiva determinación económica defendida por Marx y Engels. Frente a la prioridad de la lucha de clases como motor de la historia en el pensamiento marxista, Weber prestó más atención a la racionalización como clave del desarrollo de la civilización occidental: un proceso guiado por la racionalidad instrumental plasmada en la burocracia.
Para el calvinismo el trabajo atenúa el pecado original y prepara para el destino que ya tenemos trazado por el Señor (algo asi como horno moderado u horno a máxima temperatura). La conducta de todo buen protestante debe ser la de trabajar mucho, ahorrar nuestras ganancias, y no gastarlas en bienes suntuarios o en lujos, porque eso podría ser una señal inequívoca de estar predestinados a la perdición. En todo caso, nuestro ahorros deben invertirse en obras que sirvan para honrar y enaltecer la gloria del Señor.
El dogma de la predestinación religiosa del calvinismo generó una ética de trabajo afín al espíritu del capitalismo, lo cual incidió, de manera no buscada, en una acumulación de capital que, a su vez, modificó la dinámica de intereses del desarrollo del capitalismo
Habría observado sin duda que este calvinismo contenía las virtudes de una sociedad industriosa, pero hubiera encontrado suficientes trabas contra las desviaciones de la naturaleza humana, a fin de evitar caer en los excesos de una sociedad sometida al primado de la ganancia y a la única regla del provecho individual.
Es decir un buen protestante actual por deformación es más libertino que los de hace algunos siglos y a la vez más “agarrado que mugre de talón” con la plata.

La generación del 37 vió que la “moral” protestante ayudaría a hacer funcionar un pais capitalista en estas pampas de Dios, en lugar de la tilinga y haragana doctrina católica. La Católica Eclessia se enfureció y se arremangó y empezó a caminar las bases para que no le roben el “territorio” como puntero pejotista del conurbano. Años despues, Perón vino y quizo revertir el asunto, la trató con consideración, le dió trato preferencial, le hizo una “Capilla” re-bonita en cada plan de vivienda y a pesar de todo se enfrentaron, el poder (entre otros el económico) del pais estaba siendo cuestionado y no los fundamentos de la fe, y la dirigencia eclesiástica fiel a su origen contestó con el corazón: pidió escomulgar al hereje Perón.
Ahora se repite otra vez, este Bergoglio ¿a que juega?, a sostener con sus críticas el intento de imponer la ética protestante de Palau, de los miles de pastores que cada dia hablan en los templos de los “negociantes con sotanas”, de los “pedofilos” vaticanistas, etc
Por que si lo escuchás a De Angeli, por más que vaya a la iglesia todos los domingos lo que predica es otra cosa, o el curita de su parroquia es un nabo.
De todos modos la SRA siempre fué fiel al 37 aunque se alió con el purpurado por razones de poder, pero es obvio que su prédica siempre fue la otra "protesta".
Manolo, me estaba dando vueltas por la cabeza que esto sería un tema para un post de los tuyos.

Charlie Boyle dijo...

pablo no me corras con la chancleta, para entender lee el post de Ferire o el mío, de todas formas mas me refería a la conducción K que al combo peronista.
Si no me corrigen de las versiones reloaded Capicua, Tachuela, K la mas fiel a JDP es el del medio, y es la que mas me "gusta". De todas formas insisto sobre la concepción centralizadora

Anónimo dijo...

La Argentina ya tuvo un gobierno peronista en el que tenían particular Ingerencia los “empresarios exitosos” así nos fue. Claro solo eran
Exitosos, no altruistas y generosos como Gates y Ballmer.
Para poder comprender bien el sentido de la fabula;
¿Quién seria el propietario de paquete accionario de Peronismo S.A. que debería retirarse de su dirección?. Saludos. Hector