viernes, 26 de septiembre de 2008

Ortodoxia 4, Explotadores y Explotados.

P.: ¿Usted cree que existen explotados y explo­tadores?

RUCCI: Existen explotados y explotadores. En­tonces nosotros tenemos que plantear la cuestión para que desaparezcan los explotados y los explo­tadores dentro de una sociedad integrada, cada uno con sus obligaciones y sus derechos, pero ja­más como está ocurriendo en este momento. Un millón y pico de trabajadores prácticamente sin la posibilidad de llevar sus salarios a sus casas y con salarios que no conforman. Todo eso es el resultante, no -como muchos suponen- de la acti­tud de la Confederación General del Trabajo; esto tiene origen en un sistema que, aunque muchos dicen que lo combaten, se complican con el siste­ma, combatiendo a la Central Obrera. Nosotros estamos en la lucha por la asunción del poder.

Hemos optado, como hombres que militamos en el Movimiento Peronista, por ese camino: el de las elecciones. Pero ahí no termina. Porque nosotros sabemos que este proceso se ha aceptado y sigue su marcha. De ahí es que si el gobierno intenta proscribir o detener estas elecciones no significa que nos quedaremos cruzados de brazos y tole­rando el sistema.

P.: ¿Usted identifica el concepto de explotado y explotadores con el sistema capitalista?

RUCCI: Acá en este momento se plantea una cuestión de dependencia. Y no solamente la pre­sencia de monopolios en nuestro país, sino de ar­gentinos cipayos, que se ofrecen a esos monopo­lios. Lo que significa que lo primero que hay que plantear cuando el gobierno asuma el poder es la defenestración de todos aquellos capitales que no están al servicio de la Nación y que no se integran dentro de la comunidad. Como hay industriales mercenarios, industriales que se ofrecen con gene­rosidad a los capitales extranjeros, también hay industriales que son argentinos y tanto o más na­cionalistas que nosotros.

P.: ¿El capital nacional explota igual que los monopolistas?

RUCCI: El capital nacional, si se integra en la co­munidad y ofrece al trabajador un salario digno que le posibilite vivir decorosamente, no explota. Si el capital nacional tiene al trabajador en su fábrica sometido, con inmerecidos y dentro de un régimen que lo somete, es tanto o más explotador y comete mayor delito que el de afuera por el he­cho de ser argentino.

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