lunes, 15 de septiembre de 2008

¿Quién le puede tener miedo al Revisionismo histórico de los 70?

Los últimos post fueron una patada al hormiguero bien pensante.


Horror de Horrores, desafió el “Relato Hegemónico” sobre la maldad intrínseca de la Burocracia.


Dudo sobre la integridad de los Defensores de la Republica y la Democracia, porque almorzaban una vez por semana con Albano H.


Pongo en tela de Juicio a los Conmilitones del Asado de Victorica.


Macarteo a los que, junto a la URSS, defendían a los Derechos y Humanos.


En resumen, no acepto comerme más el caramelo alfonsinista de Pacto Sindical Militar.


Quiero en cana a los Civiles del Proceso; no me importa si son peronistas, radicales, socialistas, intransigentes, comunistas, o conservadores.


¿Por qué carajo no se publican las alcahuetadas de los santos Burgueses Nacionales, donde mandaban al muere a Comisiones Internas completas?


¿Por qué siempre se habla de los “chupes” de los antiburocraticos, y se hacen los buludos con los burocráticos?


¿Por qué NUNCA se hace la filiación de las agrupaciones a las que pertenecieron?


¿Por qué Apenas se lo nombra a Oscar Smith, se cambia de tema, no sea cosa de develar su trayectoria?


Los activistas sindicales desaparecidos pasan de los 10.000, según la CONADEP, el 80% lo fueron después del 24 de Marzo del 76.


Fecha en la cual tanto el ERP como Montoneros ya habían dejado de ser un “riesgo militar”; solo hay que leer las declaraciones de los miembros supervivientes de las

Conducciones.


Los amables amigos que me visitan, suponen que quiero hacer una apología de la Burocracia.


Si y no, y el Escriba que me conoce hace tiempo, vislumbro para donde iba.


Por eso pego un post del 27 de Febrero del 2007, haber si dejamos claro de una vez por todas quien es el ENEMIGO PRINCIPAL.


Veinticinco años después de dejar el poder formal, José Martínez de Hoz parece ser un personaje menor del Proceso.


Solo un técnico que aconsejo a los Comandantes en el Proceso.


Hacer esto es obviar lo fundamental de su aporte.


Su dimensión como político, con un proyecto para transformar la realidad, marco una época.


Su aporte o poder de fuego, figuradamente, era su agenda de contactos y el uso que les daba.


Hoy lo llamaríamos “operador de máximo nivel”, y en esa función logro la mayoría de sus objetivos.


Mi intención entonces es mostrar sus hechos en un área olvidada, la defensa de la política represiva.


Para ser lo mas objetivo posible, no voy a recurrir a fuentes con una “enemistad manifiesta”, que pueden ser rechazadas por ese motivo,


Lo siguiente fue tomado de Historia General de las Relaciones Exteriores de la Republica Argentina, capitulo Las relaciones con Estados Unidos y publicado por el CEMA


EL COMIENZO


La llegada al poder del régimen militar argentino en marzo de 1976 no pareció constituir en un primer momento motivo de conflicto con el gobierno republicano de Gerald Ford, dado que la emergencia de un gobierno autocrático en la Argentina fue percibida como una salida “necesaria” al caos generado por el gobierno de Isabel Perón. (1)


Así, desde Washington, medios de prensa y organismos oficiales emitieron evidentes gestos de la posición favorable de la administración Ford hacia el nuevo gobierno argentino.


Un cable proveniente de la capital norteamericana informó acerca de la “buena disposición” con que el Fondo Monetario Internacional saludaba al régimen militar argentino, mencionándose la posibilidad de que el gobierno de Videla obtuviese un crédito stand-by por 300 millones de dólares.


A su vez, el propio gobierno de Ford recomendó el envío a los militares argentinos de 49 millones de dólares en concepto de asistencia militar para el año 1977.


Por cierto, estos gestos demostraron la positiva repercusión que en las autoridades y los hombres de negocios norteamericanos tuvo el plan liberal del ministro Martínez de Hoz, que apuntaba a la apertura financiera y la atracción del capital extranjero. (2)


Desde la óptica de la administración Ford, la política económica de Martínez de Hoz era una “garantía de los intereses de la política económica exterior de los EE.UU.” y el gobierno de Videla constituía “un factor de perfecta estabilización” después de “las luchas con características de casi guerra civil” en los años de las administraciones peronistas. (3)


1/Cabe advertir que también los medios de prensa norteamericanos coincidieron con esta percepción oficial.


El diario liberal Washington Post sostuvo que los militares argentinos “merecen respeto por su patriotismo, al tratar de salvar un barco que se hunde.


El fin del gobierno civil, normalmente un hecho lamentable, era en este caso una bendición”.


Por su parte, otro medio relevante como el New York Times coincidió con las apreciaciones del Post, remarcando que “nadie puede discutir con seriedad la declaración de la Junta Militar de que el régimen depuesto creó un tremendo vacío de poder que amenazó con lanzar a la Argentina al abismo de la desintegración económica y la anarquía política.”


Comentarios del Washington Post y del New York Times citados en E. Anguita y M. Caparrós, op. cit., tomo III, pp. 27-28.


2/Ver al respecto los trabajos de R. Russell, “Las relaciones Argentina-Estados Unidos...”, op. cit., p. 15; Aldo C. Vacs, “A delicate balance: confrontation and cooperation between Argentina and the United Sates in the 1980s”, Journal of Interamerican Studies and World Affairs, Volume 31, Number 4, Winter 1989, University of Miami, 1989, p. 31; Carlos Escudé, “Argentina: The Costs of Contradiction”, en Abraham F. Lowenthal (editor), Exporting Democracy. The United States and Latin America. Case Studies, Baltimore, The Johns Hopkins University Press, 1991, p. 20, y E. Anguita y M. Caparrós, op. cit., tomo III, p. 21.


3/Wolf Grabendorff, “¿De país aislado a aliado preferido? Las relaciones entre la Argentina y los Estados Unidos: 1976-1981”, en Peter Waldmann y Ernesto Garzón Valdés (compiladores), El poder militar en la Argentina (1976-1981), Buenos Aires, Galerna, 1983, p. 157.


TEATRO EXTERNO


Aprovechando el enorme prestigio externo del ministro de Economía Martínez de Hoz en los círculos financieros y empresarios norteamericanos, el gobierno de Videla intentó explicar a través de la figura de su “superministro” el carácter “indispensable” de la represión interna.


Los contactos de Martínez de Hoz abarcaron a figuras tanto del ámbito empresario como gubernamental norteamericano, y excedieron las atribuciones propias de la cartera económica, al tocar temas eminentemente políticos, como la situación de los derechos humanos en la Argentina. (13)


A este canal de contacto con las autoridades económicas y políticas de la Casa Blanca protagonizado por el ministro de Economía, el gobierno de Videla agregó otros dos.


Uno de ellos fue el canal diplomático formal, integrado por el entonces segundo canciller del Proceso, vicealmirante Oscar Antonio Montes, y por los funcionarios de la Cancillería -entre los que se destacó el embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Aja Espil-.


El otro fue la diplomacia personal del presidente Videla, quien procuró contactos directos con el presidente Carter y otras autoridades norteamericanas con el fin de mejorar la imagen negativa del gobierno en Washington.


13/El titular de Economía, actuando de hecho como un canciller, procuró aclarar la “verdadera” situación de los derechos humanos en la Argentina ante figuras netamente políticas del gabinete de Carter.


Tal el caso de sus contactos ante el secretario de Defensa Zbigniew Brzezinski a principios de junio de 1977, cuyo objetivo fue superar los escollos políticos que impedían la aprobación de créditos al régimen militar argentino.


Ver respecto de estos contactos el editorial “Entrevista de claro contenido político. Martínez de Hoz con Zbigniew Brzezinski”, por Guillermo Calisto, La Opinión, 5 de junio de 1977, p. 1.


TEATRO INTERNO


Si bien no tenemos pruebas explicitas de su operatoria en defensa de la política represiva dentro del país, es evidente que por origen y representación, no estuvo al margen del rechazo público ante la CIDH


Pero las reacciones de repudio a la visita de la CIDH no se limitaron a los sectores “duros” del Ejército y la Marina.


En una curiosa demostración de respaldo a la política antiterrorista aplicada por la Junta Militar argentina, una serie de agrupaciones mayoritariamente vinculadas a los sectores agroganadero y empresarial -entre ellas la Cámara Argentina de Frigoríficos, la Sociedad Rural Argentina, el Rotary Club de Buenos Aires, el Centro de Exportadores de Cereales, la Federación de Cámaras de Exportadores de la República Argentina, el Centro Argentino de Ingenieros, la Cámara Argentina de Productos Avícolas, la Unión General de Tamberos, el Consejo Empresario Argentino y el Consejo Publicitario Argentino- emitieron la siguiente solicitada de respaldo al gobierno argentino:


Los Argentinos queremos decirle al mundo:
Los Argentinos estuvimos en guerra.
Todos la vivimos y sufrimos.
Queremos que el mundo sepa que la decisión de entrar en la lucha que provocó e impuso la subversión, no fue privativa de las Fuerzas Armadas.
Tampoco fue privativa del Gobierno Argentino.
Fue una decisión de Argentinos. Todos, absolutamente todos los hombres de buena voluntad que habitan el suelo argentino, pedimos en su momento a las Fuerzas Armadas que entraran en guerra para ganar la Paz.
A costa de cualquier sacrificio.
Y todos deseamos que la guerra terminara cuanto antes.
Hoy, la guerra terminó, aunque no la vigilia. (...)
Las instituciones que (...) firmamos, queremos refrendar de esta manera nuestro apoyo a aquella dolorosa pero imprescindible decisión.
Aunque en idénticas circunstancias volveríamos a actuar de idéntica manera, quiera Dios que nunca tengamos que pagar este precio para vivir en Paz. (28)


Por su parte, la llamada “Agrupación Democrática Argentina” emitió una declaración de enfático repudio al informe de la CIDH, sosteniendo que


(...) nuestras Fuerzas Armadas, lejos de ser ponderadas por la victoria obtenida sobre la subversión, resultan absurdamente vilipendiadas y condenadas. Ante este desconcertante informe, es muy lógico que para el ciudadano medio, el proceder de los Estados Unidos se torne ininteligible, en un indescifrable jeroglífico (...). (29)


28/Texto de la solicitada publicada en Convicción, 21 de septiembre de 1979, p. 5.


Vale remarcar la presencia en la lista de agrupaciones adheridas a la solicitada la presencia de dos vinculadas a la comunidad árabe -la Cámara de Comercio Argentino-Libanesa y la Cámara de Comercio Arabe-Argentina- y la notoria ausencia de agrupaciones representativas de la comunidad judía, hecho explicable por las actitudes antisemitas de los militares argentinos y, en particular, por la negativa repercusión del caso “Timerman”.


29/“Réplica a un informe sobre la Argentina”, Convicción, 4 de marzo de 1980, p. 7.


Resumiendo, su figura estaba evidentemente un escalón arriba de personajes como Suárez Masón y Galtieri.

Masera lo consideraba un obstáculo para su proyecto personal del mismo calibre que Videla y Viola.


Si aceptamos los dichos de Peregrino Fernández, él tenía conocimiento de la represión desde el 75.


Y si no los tenia ¿de que discutió con secretario de Defensa Zbigniew Brzezinski en 1977?


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Corrieron el arco...

El mayor % de desaparecidos son obreros, sindicalistas de base, que para los burócratas eran "comunistas infiltrados, no peronistas"
¿Cuántos de esos 10.000 cayeron no sólo en manos de la dictadura sino por las listas publicadas en El Caudillo o por las mano de obra de la pesada en la Triple AAA o por el terror de Calabró y Minguito (y no me refiero a los humoristas precisamente).
Si antes del golpe cuando Martínez de Hoz era presidente de Acindar le pagó a policías, federales y gatillos de los burócratas -esa mano de obra funcional siempre dispuesta- para eliminar, persuadir y dispersar sindicalistas y obreros.
Ya sabemos quién es el enemigo, y sabemos quiénes fueron los aliados.
Lo que no queda claro al final quién es "del movimiento" y quien no.
Deberían dejarlo bien expreso así no engañan pichis ahora que se huele un renovado entusiasmo en el aire por el peronismo -el peronismo versión K que le da tanto asco al arq. peronista del sitio con vírgenes y links a "amigos de Luciano Benjamín"- no vaya a ser que se les llene de críos idealistas de nuevo para usar, dejar hacer y luego soltarles la mano por "zurdos" o por "burgueses" o por lo que sea, sea quién sea el flautista de Hammelin esta vez que al final termine devolviendo a los cristalizados históricos a sus casas y a los pibes los tire al río como lauchas porque eso ya ni ser gorila es, es ser hijodeunagranputa.
Ja! escribo lo último y se me viene a la mente que hasta el radicalismo ha sido más benévolo con sus hijos ERPianos más que tanto peronista insultando a la JP, a la juventud marivillosa/imberbe y a la resistencia del sindicalismo de base, si al final hasta la teoría de los dos demonios de Alfonsín está en sintonía con la locura de Santucho que estaba convencido de estar en una guerra y de ser dos ejércitos cuando fue a pedirle a Cortazar y a Petras que intercedieran por ellos para ser tratados bajo las convenciones si caían capturados! sólo quedan las ironías trágicas con que se nos ríe el pasado. Pero dibujen mejor el presente, por si no se dieron cuenta hay otra generación acercándoselés, de los dos lados del movimiento.

Anónimo dijo...

Manolo,

No entiendo por qué tanta calentura.

Eso que vos contás se sabia y se comentaba en los medios "republicanos". Qué Estevez Boero, que Nadra, que "los militares democráticos".

Mi comentario apunta más a que, del lado del movimiento ancional hay que asumir las consecuencias de las decisiones tomadas.

En varios mensajes leí comentarios tuyos acerca del pragmatismo y la inclusión como partes de la esencia del peronismo, acerca de dialogar con todos y no pelearse irreconciliablemente por comas o boludeces.

Esa actitud es encomiable y positiva en tanto ayuda a paliar necesidades inmediatas y a armar espacios y redes de contención duraderos, pero tiene sus limitaciones.

Como te comenté en otra respuesta hace un tiempo, más allá de si fue verdad o no, la sociedad argentina creyó en el pacto militar-sindical porque había aspectos que lo hacían muy creible.

Yo mismo en el 83 vi el resurgir de las peleas por los espacios sindicales en forma salvaje. Vi cómo no le perdonaban ni a aquellos regresados que habían sufrido la desaparición o la muerte de un familiar y/o el exilio, como el caso de Ongaro.

La sociedad estaba harta de transas y peleas entre sectores que no se controlaban internamente. En ese aspecto, la desorganización y las peleas intersindicales se parecían demasiado al caos castrense. Ambos sectores se parecían también en que no tenían capacidad para alinearse y llevar adelante un proyecto, pero tenían poder para vetar transformaciones que vinieran de otros sectores. Eso era tan claro que Alfonsin parecía el nuevo Evo Morales en comparación al resto.

El desprestigio sindical no surgió por elucubración de druidas alfonsinistas en una agencia de publicidad, fue algo que se venía gestando hacía añares. La crónica relatada por Walsh sobre el asesinato de Rosendo García no habría sido tan famosa si no hubiera sido tan simbólica y representativa de una percepción generalizada.

Vuelvo a repetir: Los gordos, los burócratas, aportaron aspectos positivos y negativos a la supervivencia del MOO. Hay que tener grandeza para aceptar que esos aspectos negativos existen. Guste o no, el idealismo también tiene su peso en el electorado obrero, así como la paciencia ante las transas de la pesada sindical también tiene un límite.

Saludos,

Andrés

Anónimo dijo...

Manolo:

La verdad que no te entiendo...
parece como si nos trataras de pelotudos.

Comenzaste este debate declamando el juicio para aquellos que perpetraron el asesinato a Rucci y ahora vas por los civiles que apoyaron el golpe. (reivindicación que tambien tiene el PRT-ERP con respecto, por ejemplo, a los Blaquier)

Ahora...surgen dos preguntas

1.- ¿El asesinato a Rucci es un delito de Lesa humanidad?

2.- ¿El apagon de Ledesma es un delito de lesa humanidad?

1.- El asesinato a Rucci, en su interpretación más cabal es un crimen politico. Y como crimen politico no de por si es un crimen de lesa humanidad; ya que:

.-No hay aparato estatal que intervenga en la operación

.-No hay apoyo ni politico, ni militar de parte del gobierno o las FFAA

Creo que es una pelotudez que alguien ponga en tela de juicio esto.

Ahora, el crimen de Rucci como un hecho politico ¿Fue adecuado al Movimiento? ¿Estrategicamente fue acertado?

La verdad que me chupa un huevo debatirlo con un tipo que "macartea a los que defienden los DDHH" y levantan a Vandor; dicho sea de paso, utilizas los informes de la CONADEP (llena de macarteables) para juestificar tu posicion

2.- Si; la responsablidad de civiles, funcionarios o no, en hechos de desaparación o asesinatos de personas que se relacionen con objetivos militares de la ultima dictadura son culpables

.- Articulan, demostrablemente, sus intereses con los interes del golpe militar, por lo cual hay movil y dolo

.- Se enmarcan dentro de un plan estrategico de debilitamiento del Movimiento obrero perpetrado por el estado, equiparable a responsabilidad conjunta en cuanto a crimenes desde el ESTADO hacia la Sociedad Civil

Despues; toda la perorata que haces en cuanto a juzgar a Martinez de Hoz, la esta llevando adelante la SS de DDHH a cargo de Eduardo Luis Duhalde (tambien marcateable)

Rodrigo dijo...

Manolo,

Para condenar, como Ud pide, a Martinez de Hoz hacen falta pruebas concretas y sólidas de su responsabilidad directa en la muerte y desaparición de personas. Hasta el momento, esas pruebas no aparecieron y difícilmente aparezcan. No será muy difícil para un abogado demostrar que en el Gobierno de Videla, las tareas de represión eran preparadas, dirigidas y ejecutadas por las FF AA y no por los ministros civiles.

Por lo demás, puedo entender su indignación con los cómplices pero, ojo, que si nos ponemos a hilar fino, cómplices que abrieron la puerta y prepararon el terreno para la represión ilegal también hubo, y muchos, en el Gobierno del PJ 73-76.

Guste o no, en un Estado de Derecho, se condena con pruebas. De lo contrario, generamos el mismo tipo de persecución política e ideológica que tanto criticamos.

El día que en Argentina miremos un poco la viga en el ojo propio, nos vamos a entender mejor.

Saludos,

Mariano T. dijo...

No se si para el caso Rucci, o para el caso Mor Roig, se podría utilizar la figura del "juicio para la verdad" que se aplicó en otros casos durante la vigencia de la obediencia debida.