martes, 14 de junio de 2011

40%, el Universo Alto, que disputan Alfonsín y Binner (3).


Más allá de los sondeos, se percibe una profunda asimetría argumental entre oficialismo y oposición.

Desde 2003, el Gobierno domina con holgura la escena discursiva e impone los temas, a los que se ve arrastrada la oposición.

Esta desearía que se discutieran cuestiones institucionales y de procedimiento.

Resulta lógico.

En la división del trabajo al que lo confinó la historia, el no peronismo es perito en república.

Pero hoy la agenda se ciñe a empleo, producción y consumo.

La debilidad de la idea republicana, cuyo exponente clásico es el radicalismo, resulta un corolario de esta reseña.

Pero es algo más que debilidad.

El populismo se le escurre de las manos al republicanismo, que no logra descifrarlo.

…………..

Al liberalismo político argentino, que no habita una casa sino que venera un mausoleo, se le hace difícil comprender esta configuración.

Quizás esa ceguera tenga que ver con sus derrotas.

………..

En estas circunstancias, pedir lo imposible para conseguir lo posible, acaso pueda ser una divisa del no peronismo.

Abajo en las apuestas y a la intemperie, alguno de sus representantes empieza a vislumbrar que muchos argentinos, antes que adorar ídolos, quieren pragmatismo y flexibilidad para vivir en otra casa.

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6. Si pudiera darle una recomendación al gobierno de la presidenta Kirchner, ¿cuál sería?

1) No olvidarse del peronismo… El peronismo es mas que “el espacio en el cual milité”.

2) No dejar el liderazgo del peronismo todo en manos de su marido, cuan afectuosos y leales sean el uno con el otro. Es cuestión de imagen.

3) Mostrar más flexibilidad en los hechos. Pues Cristina tiene un discurso de flexibilidad y apertura, pero una práctica contraria a este discurso. En este sentido, le aconsejo tomarse como ejemplo al viejo Perón. Admito que a veces Perón se paso un poco en la flexibilidad de las alianzas concretas, pero siempre pagó a corto y mediano plazo. El peronismo, menos quizá la militancia setentista, siempre fue para sumar -y confundir al otro. Creo que hay en Perón un cinismo y una confianza en sí que no tiene Cristina, quien por eso es muy “defensiva” y “self-righteous”. El sentido del humor de Peron era algo muy temible y también muy querible…

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7. ¿Puede terminar de consolidarse un esquema de “partido hegemónico” en el que no se pueda gobernar sin el PJ en la Argentina?

En teoría sí; pero en la realidad no. El P.J. es sin duda el “elefante” de los partidos argentinos; pero no es el PRI. Me explico. El PRI era 1) un partido unificado, 2) con reglas relativamente claras, 3) con un presidente todo poderoso y que cambiaba cada seis años. El Partido Justicialista, a pesar del nombre, pero como lo saben todos los peronistas, no es un partido. O mejor dicho, el Partido en sí tiene una importancia muy, pero muy relativa. Kirchner sobrevivió perfectamente bien con el partido (P.J.) intervenido, con votos peronistas, y un “partido” que llamó Frente para la Victoria. En 2003, hubo tres candidatos justicialistas para la Presidencia, incluso los dos finalistas. El P.J. tampoco puso hacer nada para bajarle los decibeles a la guerra mortal entre Menem y Duhalde, a fines de los noventas.

Insisto siempre con eso (y mis colegas yanquis no entienden el asunto): el P.J. como partido no tiene una importancia enorme. Lo que sí importa es el peronismo. (No entremos aquí en lo que es, entonces, el peronismo; he escrito sobre eso en otras partes.)

Se debería entonces modificar la pregunta y preguntar si el peronismo se puede constituir en hegemónico en la Argentina. Mi respuesta es clara: de ninguna manera. El no peronismo es demasiado importante y sentido (felt) en la Argentina (es decir, tanto en extensión como en intensidad) para permitir eso. A pesar de su gran indefinición a través del tiempo en el eje izquierda-derecha, el peronismo no es tampoco, y para nada, un “catch-all” movement, un movimiento atrapa todo (aun si, sí, atrapa mucho). No es algo insípido, como el Congress Party en la India. Entonces genera permanentemente su contrario.

Sin duda, estamos ahora en un momento en que el no peronismo no tiene unidad institucional o un actor casi-hegemonico, como lo fue en su época el Radicalismo (que supo atraer socialistas y neoliberales).

En la vereda de enfrente, es decir peronista, el panorama inédito del 2003 quizá no sea en realidad único, al contrario. La crisis de 2008 mostro un sector del peronismo (no se si era un sector del P.J….) que se alineó en contra del peronismo en el poder. En los años setentas, peronistas de izquierda, centro, y derecha se mataron los unos a los otros. Los sectores peronistas opositores a un gobierno peronistas no le hacen fácil gobernar a dicho gobierno, y trabajan además en socavarle legitimidad como “realmente peronista”. Para que haya “partido hegemo-nico” tendría que haber, primero, una hegemonía dentro del peronismo (esa hegemonía no existe) y segundo tendría que haber un partido que importa en sí. Mis lectores europeos no pueden entender eso.

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Los datos e imágenes son de Andy Tow, hacer clic aquí.

1 comentario:

rib dijo...

"Es lo que se llama la necesidad; pues la necesidad, el destino, etc. es precisamente aquello de lo que no sabe decirse qué hace, cuáles son sus leyes determinadas y su contenido positivo, porque es el puro concepto absoluto mismo intuido como ser, la relación simple y vacía, pero incontenible e indestructible, cuya obra es solamente la nada de la singularidad."

G. W. F. Hegel. Fenomenología del Espíritu. La realización de la autoconciencia racional por sí misma.