miércoles, 6 de julio de 2011

PASO; PASO, se viene, se viene,... “The Full Monty”


Se cree que la frase se origino en el Norte de África durante la Segunda Guerra Mundial; cuando entre el Deutsches Afrikakorps de Rommel y el Canal de Suez, se interponían las tropas de “Monty” Montgomery en El Alamein.

“Poner todo sobre la mesa” o “Pelar, para ver quien la tiene más grande”, serian las traducciones mas afines con la intención original.

Hay demasiados rumores sobre los intentos de “Concensuar” la “postergación” del PASO, ante la imposibilidad, no solo de lograr el piso del 1.50% del Padrón; sino de cubrir el mínimo de voluntariado que fiscalice los resultados.

Los 500.000 que se ofrecieron en 2009 para custodiar los votos Opositores, brillan por su ausencia; y eso es la peor de las señales.

Si el costo de la democracia es “sacrificar” 1, o 2 días, cada dos años, debería ser una ganga; a menos que la desconfianza sea tan grande que ni siquiera valga la pena este mínimo esfuerzo.

Pase lo que pase, yo voy a votar en Agosto; ¿y Ud.?

Para quien quiere ver el film, que es una Critica Social en clave de grotesco; hacer clic aquí.

4 comentarios:

rib dijo...

La argentina es casi casi una sociedad secreta. Aguante el Rubro 59.

ayjblog dijo...

y Manolo, hay que poner 50 palitos, por menos de un 100 no creo consiga muchos fiscales ad honorem

ayj

Martín L. dijo...

Como diría Lord Varys, me temo que esos pajaritos ya han volado. La maquinaria burocrático-electoral de las PASO ya se puso en marcha, me parece que es demasiado tarde para cancelarlas sin un costo político muy alto.
Saludos.

Rodrigo dijo...

Convengamos que convocar a los ciudadanos a votar de manera obligatoria en una elección interna en la que no se ofrecen opciones no resulta muy atractivo.

Y el beneficio social de semejante convocatoria tampoco es claro -- para decirlo en forma amable.

Es un despropósito total que surge a partir de una chicana urdida hace dos años, en circunstancias políticas totalmente distintas y que hoy carece totalmente de sentido.

Ni hablar de las amenazas stalinistas de Servini de Cubría, quien, aparentemente, se adjudica la potestad de decidir qué ciudadanos tienen y no tienen derecho a votar, con independencia de las leyes...