martes, 14 de junio de 2011

Pimco le baja el pulgar a USA, y el problema Impositivo.

Primero, ¿Qué corno es PIMCO?

“…manages the Total Return Fund, the world's largest mutual fund with assets of $240.7 billion as of December 31, 2010.

PIMCO oversees investments totaling more than $1 trillion on behalf of a wide range of clients, including millions of retirement savers, public and private pension plans, educational institutions, central banks, foundations and endowments, among others”.

http://en.wikipedia.org/wiki/PIMCO


Segundo, ¿Qué dijeron y donde?, versión en español del Blog Salmón.

Mientras Standard & Poors ha castigado nuevamente la deuda griega otorgándole la calificación más baja del mundo (triple C = bonos basura), Bill Gross, el ejecutivo de Pimco, ha señalado que las finanzas de Estados Unidos están peor que las griegas.

Si a la deuda pública de Estados Unidos, que supera los 14,4 billones de dólares, se le agregan los 50 billones de la deuda de Medicare y otros programas, esta asciende a 100 billones de dólares, es decir, el 700% del PIB estadounidense, cifra imposible de reducir en menos de dos o tres décadas.

Esta situación está generado un intenso debate tributario en Estados Unidos, al que incluso se ha sumado Alan Greenspan, uno de los responsables de la burbuja, quien ha pedido derogar todas las rebajas tributarias de la era Bush”

http://www.elblogsalmon.com/economia/la-economia-mundial-rumbo-a-una-nueva-tormenta-perfecta


Tercero, Greenspan, ¿Vio la luz, o se volvio senil?

En una entrevista con The New York Times, el ex Presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, abogó por la total derogación de las reducciones de impuestos realizadas entre los años 2001 y 2003 bajo el gobierno de George W. Bush, debido a que “Nos enfrentamos a la mayor de las crisis financieras de la que yo haya visto o leído”, señalando que los costos de no hacer nada para recaudar esos impuestos del 1% más rico pueden ser fatales para la recuperación económica de Estados Unidos.

El antecesor de Ben Bernanke, y a quien se ha culpado de no detectar a tiempo la burbuja inmobiliaria y financiera, y de enfrentar tibiamente temas como la crisis asiática o la quiebra de Long Term Capital Management, comienza a meterse en el debate político de Washington advirtiendo que fue él quien validó las reducciones de impuestos en 2001 y 2003, porque “eran otros tiempos”.

Sin embargo, la situación actual de la economía estadounidense requiere revertir esa medida dado que la recuperación económica es inestable y “está en peligro”.

………..

Greenspan señaló que ha estado siempre a favor de las reducciones de impuestos “pero no con dinero prestado”, y que en estos momentos las decisiones no son entre lo bueno y lo mejor sino que entre “lo menos malo y lo peor”.

La delicada situación puede provocar una corrida contra los valores del Tesoro de Estados Unidos, lo que desataría una nueva crisis económica mundial.

Aunque Greenspan fue uno de los artífices de los recortes de impuestos de la era Bush, hace diez años, no es primera vez que se manifiesta en contra de los recortes de impuestos.

En la campaña presidencial de 2008 advirtió que Estados Unidos no podía permitirse los recortes fiscales que ofrecía el candidato John McCain, algo que molestó a los asesores económicos del candidato republicano.

Ahora se manifiesta firmemente por la derogación total de esas regalías”.

http://www.elblogsalmon.com/entorno/alan-greenspan-pide-derogar-todas-las-reducciones-de-impuestos-de-la-era-bush


Cuarto, el problema de la baja tasa impositiva, versión en ingles de Center for America Progress.

“Recently, President Obama met with a group of House Republicans to discuss the federal budget and the national debt.

During the course of that meeting, the president noted, correctly, that taxes today are even lower than they were under President Ronald Reagan. This fact was met with “a lot of ‘eye-rolling’” from the Republicans.

They didn’t believe him.

This anecdote suggests that perhaps the reason conservatives think we don’t have a revenue problem is because they don’t know the facts.

Taxes today are lower than they were under President Reagan.

They’re lower today than they’ve been in 60 years. And they’re lower than they are in most developed countries”.

http://www.americanprogress.org/issues/2011/06/low_tax.html

¡¡¡Lole se presenta!!!, ¡¡¡Lole se presenta!!!.


-Pelotudo, ese es Hermes.

-¿Tas seguro Negro?, ¿mira que es santafesino y rubio?

-Es Binner, estoy seguro.

-¿Y quien carajo es, entonces?

-Pelotudo, no te das cuenta que es el Gobernador de Santa Fe.

-¡¡Ah!!, el que tiene de candidato al Midachi.

-No, cabeza de lata, el candidato de él es otro; un pelado socialista, que no me acuerdo como se llama.

-¿Me estas jodiendo?, si todos saben que con Américo se extinguieron los Socialistas.

-Ufa viejo, si te digo que es Socialista, es Socialista.

-Y…¿Cómo es el tipo este…?

-¿A ver como te lo explico?...

Es…, como el Lole…, pero antiperonista, ¿me’ntendes?

40%, el Universo Alto, que disputan Alfonsín y Binner (3).


Más allá de los sondeos, se percibe una profunda asimetría argumental entre oficialismo y oposición.

Desde 2003, el Gobierno domina con holgura la escena discursiva e impone los temas, a los que se ve arrastrada la oposición.

Esta desearía que se discutieran cuestiones institucionales y de procedimiento.

Resulta lógico.

En la división del trabajo al que lo confinó la historia, el no peronismo es perito en república.

Pero hoy la agenda se ciñe a empleo, producción y consumo.

La debilidad de la idea republicana, cuyo exponente clásico es el radicalismo, resulta un corolario de esta reseña.

Pero es algo más que debilidad.

El populismo se le escurre de las manos al republicanismo, que no logra descifrarlo.

…………..

Al liberalismo político argentino, que no habita una casa sino que venera un mausoleo, se le hace difícil comprender esta configuración.

Quizás esa ceguera tenga que ver con sus derrotas.

………..

En estas circunstancias, pedir lo imposible para conseguir lo posible, acaso pueda ser una divisa del no peronismo.

Abajo en las apuestas y a la intemperie, alguno de sus representantes empieza a vislumbrar que muchos argentinos, antes que adorar ídolos, quieren pragmatismo y flexibilidad para vivir en otra casa.

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6. Si pudiera darle una recomendación al gobierno de la presidenta Kirchner, ¿cuál sería?

1) No olvidarse del peronismo… El peronismo es mas que “el espacio en el cual milité”.

2) No dejar el liderazgo del peronismo todo en manos de su marido, cuan afectuosos y leales sean el uno con el otro. Es cuestión de imagen.

3) Mostrar más flexibilidad en los hechos. Pues Cristina tiene un discurso de flexibilidad y apertura, pero una práctica contraria a este discurso. En este sentido, le aconsejo tomarse como ejemplo al viejo Perón. Admito que a veces Perón se paso un poco en la flexibilidad de las alianzas concretas, pero siempre pagó a corto y mediano plazo. El peronismo, menos quizá la militancia setentista, siempre fue para sumar -y confundir al otro. Creo que hay en Perón un cinismo y una confianza en sí que no tiene Cristina, quien por eso es muy “defensiva” y “self-righteous”. El sentido del humor de Peron era algo muy temible y también muy querible…

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7. ¿Puede terminar de consolidarse un esquema de “partido hegemónico” en el que no se pueda gobernar sin el PJ en la Argentina?

En teoría sí; pero en la realidad no. El P.J. es sin duda el “elefante” de los partidos argentinos; pero no es el PRI. Me explico. El PRI era 1) un partido unificado, 2) con reglas relativamente claras, 3) con un presidente todo poderoso y que cambiaba cada seis años. El Partido Justicialista, a pesar del nombre, pero como lo saben todos los peronistas, no es un partido. O mejor dicho, el Partido en sí tiene una importancia muy, pero muy relativa. Kirchner sobrevivió perfectamente bien con el partido (P.J.) intervenido, con votos peronistas, y un “partido” que llamó Frente para la Victoria. En 2003, hubo tres candidatos justicialistas para la Presidencia, incluso los dos finalistas. El P.J. tampoco puso hacer nada para bajarle los decibeles a la guerra mortal entre Menem y Duhalde, a fines de los noventas.

Insisto siempre con eso (y mis colegas yanquis no entienden el asunto): el P.J. como partido no tiene una importancia enorme. Lo que sí importa es el peronismo. (No entremos aquí en lo que es, entonces, el peronismo; he escrito sobre eso en otras partes.)

Se debería entonces modificar la pregunta y preguntar si el peronismo se puede constituir en hegemónico en la Argentina. Mi respuesta es clara: de ninguna manera. El no peronismo es demasiado importante y sentido (felt) en la Argentina (es decir, tanto en extensión como en intensidad) para permitir eso. A pesar de su gran indefinición a través del tiempo en el eje izquierda-derecha, el peronismo no es tampoco, y para nada, un “catch-all” movement, un movimiento atrapa todo (aun si, sí, atrapa mucho). No es algo insípido, como el Congress Party en la India. Entonces genera permanentemente su contrario.

Sin duda, estamos ahora en un momento en que el no peronismo no tiene unidad institucional o un actor casi-hegemonico, como lo fue en su época el Radicalismo (que supo atraer socialistas y neoliberales).

En la vereda de enfrente, es decir peronista, el panorama inédito del 2003 quizá no sea en realidad único, al contrario. La crisis de 2008 mostro un sector del peronismo (no se si era un sector del P.J….) que se alineó en contra del peronismo en el poder. En los años setentas, peronistas de izquierda, centro, y derecha se mataron los unos a los otros. Los sectores peronistas opositores a un gobierno peronistas no le hacen fácil gobernar a dicho gobierno, y trabajan además en socavarle legitimidad como “realmente peronista”. Para que haya “partido hegemo-nico” tendría que haber, primero, una hegemonía dentro del peronismo (esa hegemonía no existe) y segundo tendría que haber un partido que importa en sí. Mis lectores europeos no pueden entender eso.

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Los datos e imágenes son de Andy Tow, hacer clic aquí.

40%, el Universo Alto, que disputan Alfonsín y Binner (2).


Los hermanos Vilma y Aníbal Ibarra se sumaron a los sectores del progresismo porteño que acusan al ex presidente Kirchner de ignorar la Concertación Plural para apoyarse en "las viejas estructuras clientelísticas del PJ", de cara a la formación de alianzas para las elecciones legislativas del 2009.

Por su lado, los piqueteros Héctor Tumini y Jorge Ceballos -referentes del Movimiento Libres del Sur e integrantes del Ministerio de Desarrollo Social- directamente decidieron alejarse del Gobierno.

Todo esto se produce días después de que la ministra de Salud, Graciela Ocaña, pidió públicamente a Kirchner que no se aísle en el peronismo, sino que se abra a otras miradas y fuerzas políticas.

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3.- ¿Cuál es el vínculo entre intelectuales y política en la Argentina? ¿Puede modificarse ese vínculo?

Los intelectuales en todas partes del mundo están metidos en la política. Esas preguntas tendrían que ser más bien: 1) la muy clásica pregunta de la relación entre intelectuales y Peronismo y 2) la relación entre intelectuales y lo que me gustaría llamar el “sistema de partidos” argentinos pero que en realidad es el espacio político argentino tal como es estructurado (¡y lo es!).

Sobre lo primero, se ha escrito mucho y no creo que tenga mucho que añadir –en todo caso para un público argentino-. Pero volviendo a la pregunta anterior, lo llamativo en la Argentina es el corte entre los intelectuales establecidos y la orientación política general de los sectores obreros. En los países que conozco, esta convergencia se da a travís de lo que se llama diversamente “izquierda”, “progresismo”, “socialdemocracia”, “democracia participativa”, etc.

De un cierto modo, el viejo Laborismo inglés de izquierda no era peronista precisamente por la presencia “masiva” de los intelectuales de izquierda dentro del partido, así que no había mucha ocasión para la gente en política de bailar sobre las mesas de los pubs o de meter metáforas futbolísticas.

Hay que decir que en la Argentina se intentaron prácticamente todas las alternativas lógicas para cambiar esta situación –y sin resultados-. Se intentó, incluso desde el centro-izquierda, “desperonizar” las masas a fines de los 1950; los intelectuales de izquierda intentaron meterse a fondo en el peronismo para cambiarle la naturaleza a principios de los 1970; se intentó “desperonizar” al peronismo con la Renovacion a mediados de los años 1980; pero seguimos siempre en lo mismo (que obviamente para un peronista, ¡no esta mal!). Y no todo fue extremismos al estilo de Borges. La revista Unidos era sin duda una revista de intelectuales; estallaban con su estilo informal la rígida división alto y bajo; pero pasó con “los 8″ lo que pasó con ellos, como ahora es bien sabido.

Para mí, el fenómeno más extraño del todo es en realidad el fenómeno Ernesto Laclau. No hay a mi entender una persona más intelectual que Laclau y comprende perfectamente —y de un cierto modo con simpatía y positivamente, aun sin el “sentimiento”— al populismo peronista, en contraste con muchos intelectuales. Pero por cierto, vive en Inglaterra, no muy cerca del Consejo Nacional del P.J.

En breve, con un espacio bidimensional y lo que he llamado en muchos escritos el “doble espectro político argentino”, es muy factible tener una izquierda no peronista, como ya se sabe, y un peronismo (a nivel de movimiento) no muy definido en el espectro izquierda-derecha, como tambiéen se sabe. Supongo que la pregunta es si se puede cambiar eso.

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4.- El kirchnerismo suele buscar discursivamente que no exista ningún sector más hacia su izquierda. En ese contexto ¿existe espacio para un sector no-peronista de centroizquierda?

Sí, pero la cuestión es “de qué tamaño”. Eso nos devuelve al transversalismo del periodo 2003-05, no cierto? Para mí, la respuesta es afirmativa; pero siempre será socio menor. Y si por alguna razón de fantasía los K decidieran hacerlo “socio mayor”, la realidad electoral concreta, en el terreno, tendría que volverlos rápidamente a la realidad.

De un cierto modo, la situación no es tan distinta de la que prevalece en Venezuela. Existen intelectuales de izquierda y sectores de izquierda no particularmente populistas y nacionalistas que trabajan con Chávez, en su proyecto. Por ejemplo en los ministerios. Pero todos saben quién manda y quién es el socio mayor. Pero quizá eso no sea el fin del mundo tampoco. Por otra parte, existe sin duda en Venezuela un sector anti chavista de centro izquierda. Pero está siempre en la disyuntiva de con quién aliarse (además del problema de base electoral, como con Causa R o el MAS), ya que buena parte del anti-chavismo de clase media no es precisamente de izquierda, aun si por cierto se ve a si mismo como democrático liberal.

En fin, no quiero que se descarte la importancia y pertinencia del voluntarismo. Es decir, hay espacios que se ganan. Pero tampoco se trata de fomentar ilusiones desproporcionadas con la realidad actual. Lo importante para los sectores de centroizquierda no peronista sería, para mí y en la caso de hacer ruta comun con los K, de no desprenderse de su identidad de centro izquierda no peronista. Es decir, de formar un sector. Y a los K, mientras no les cuesta demasiado, les gustan sumar. (Es interesante ver lo que paso con el Radical K Cobos, en ese sentido.)

O uno puede tratar de fomentar una izquierda no peronista, mas bien en oposición a los K. Pero después surge el problema de las alianzas, si uno quiere salir de un estatuto minoritario. Eso no lleva ahora por ejemplo a lo que pasó primero con el Frepaso y ahora con el ARI/ Coalición Cívica.

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5.- Si pudiera darle un consejo a Elisa Carrió, ¿cuál sería?

De no irse demasiado a la derecha. Ya que a la derecha no peronista, si tiene que eligir entre un progresista no peronista y un peronista setentista (ambos demonios, para ella), eligirá el primero, como mal menor. Carrió tendría que combinar un discurso creíblemente igualitario (en parte, ya lo perdió) y un discurso cívico. Fue en buena parte la formula ganadora del Alfonsinismo.

Pero si sigue este consejo, tiene que cuidarse mucho por otra parte que alguien de centro-derecha como Macri no le robe la bandera opositora.

(Otro consejo, la gente del Ari tiene que empezar a viajar en el Noroeste o Noreste argentino, por lo menos para empezar a conocerlo.)

Para mí es más interesante la experiencia del SI (Solidaridad e Igualdad), que trata de mantener un difícil equilibrio frente a los K entre principios de izquierda y posiciones que los peronistas llamarían (quizá erróneamente) gorilas. Para mi, el SI tiene una posicion que me genera simpatía, pero no tienen figuras políticas de peso que puedan modificar forzosamente la configuración del sistema de partido actual y el posicionamiento de los grandes actores. Con la ruptura entre Carrió y el SI, realmente vamos totalmente en círculo, ya que Carrió está por refundar la posición que siempre ocupó en el espacio político el Radicalismo, que también se llamó como bien se sabe la Unión Cívica. Viejos vinos en nuevas botellas.

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40%, el Universo Alto, que disputan Alfonsín y Binner (1).

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Electores Hábiles

25.480.440

2003

% de Votantes

78,21

Fórmulas Presidenciales *

Votos

%

Menem - Romero (Alianza Frente por la Lealtada-UCeDe)

4.740.907

24,45

Kirchner - Scioli (Alianza Frente para la Victoriab)

4.312.517

22,24

López Murphy - Gómez Diez (Alianza Movimiento Federal para Recrear el Crecimientoc)

3.173.475

16,37

Rodriguez Saá - Posse (Frente Movimiento Popular-Unión y Libertadd)

2.735.829

14,11

Carrió - Gutiérrez (Alianza Afirmación para una Republica Igualitariae)

2.723.574

14,05

Moreau - Losada (Union Civica Radical)

453.360

2,34

Walsh - Parrilli (Alianza Izquierda Unidaf)

332.863

1,72

Bravo - Giustiniani (Socialista)

217.385

1,12

Altamira - Salas (Obrero)

139.399

0,72


Electores Hábiles

27.137.828

2007

% de votantes

76,18

Fórmula / Partidos y Alianzas Electorales

Votos

%

Fernández de Kirchner - Cobos (ALIANZA FRENTE PARA LA VICTORIAa)

8.651.066

45,29

Carrió - Giustiniani (ALIANZA CONFEDERACION COALICION CIVICAb)

4.401.981

23,04

Lavagna - Morales (ALIANZA CONCERTACION UNA NACION AVANZADAc)

3.229.648

16,91

Rodriguez Saá - Maya (ALIANZA FRENTE JUSTICIA, UNION Y LIBERTADd)

1.458.955

7,64

Solanas - Cadelli (SOCIALISTA AUTENTICO)

301.265

1,58

López Murphy - Bullrich (RECREAR PARA EL CRECIMIENTO)

273.015

1,43

Sobisch - Asís

268.255

1,4


1.- En el actual contexto, ¿cree usted que la consolidación del kirchnerismo como expresión de poder significa más “peronismo” o más “centroizquierda”? Utilizando sus categorías, ¿primará en la política el clivaje entre un estilo “alto” y uno “bajo” de hacer política o jugará más el eje izquierda – derecha?

La pregunta sobre el kirchnerismo es muy buena. La respuesta correcta es ninguna de las dos cosas y ambas cosas. Y a la pregunta hay que hacerle otra: ¿en los ojos de quien? ¿Del electorado que puso a Cristina de presidenta o de los Kirchner mismos? La respuesta podría no ser la misma.

Me explico. Para mí, no queda la menor duda que A) el grueso del electorado del kirchnerismo es “más peronismo”, y no “más centroizquierda”. B) Para muchos comentaristas e intelectuales, tanto a favor como en contra del kirchnerismo, el kirchnerismo es “más centroizquierda”—y sin duda, el contraste es obvio con el peronismo de Menem en los años 1990. C) Pero para los políticos Néstor y Cristina, no lo sé; probablemente para ellos las dos cosas van juntas o más bien las quieren equiparar. Creo que “en su corazón”, Néstor es más izquierda, pero con el realismo y el pragmatismo de un buen político, sabe que eso debe -y únicamente puede- pasar por el gran movimiento nacional y popular que es el peronismo. En eso, los K son típicos de la juventud clase media de los años 1970.

Creo que hay un choque muy importante en la Argentina entre el deseo de varios políticos de enfatizar la diferenciación izquierda-derecha (que es muy real), y la realidad electoral y sociopolítica a nivel “masa” (para usar categorías comunes en electoral behavior en las ciencias políticas), que está solidamente diferenciada en la otra dimensión, es decir culturalmente, peronismo y no peronismo, y más genéricamente (y para mí más exactamente) alto y bajo. ¡Ese choque es el drama de la política argentina desde hace ya más de seis décadas! Este deseo siempre se topa con esa realidad. Y a eso hay que añadirle los numerosos políticos que no tienen ningún deseo de transcender esa dicotomía, sea por pragmatismo de poder o sea por aversión, estilo, “valores”, o imagen de sí mismo.

Para contestar la pregunta de frente, creo que el kirchnerismo se quiso convertir, en los primeros años, en una tentativa de consolidación de poder de lo que ustedes llamarían centro-izquierda, con el transversalismo, el antagonismo hacia la derecha (y no al anti-peronismo), la mítica de los años 1970 (que como lo escribí en otras partes, consistió en una polarización izquierda-derecha del espacio bi-dimensional argentino). Y este deseo fue para mí muy genuino. Pero la realidad electoral y sociopolítica argentina es distinta; y a este nivel científico, no hay por qué privilegiar el 73 mas que, digamos, el 1999 (entre De la Rua y Duhalde), el 1987 (entre Alfonsín y Cafiero), o ya que estamos, el 45-46.

Para mí -y eso lo escribi a mi modo en Pagina/12 el dia despues del evento (salio el 31/10/07)— el punto de inflexión fueron los resultados electorales de octubre. Cristina se quiso hacer la Concertacion chilena, frente a la Alianza, y terminó al frente del peronismo tradicional, en contra de la Union Democratica. Sorpresa, Cristina. Y Nestor hizo lo unico inteligente que se podia hacer: 1) liderar el peronismo antes de que, posiblemente, se le volviera en contra. 2) Dejarse de embromar con una fantasía (de ambos) que no había dado fruto y sincerarse en liderar la identidad política que de hecho había llevado su esposa a la presidencia. (Mario Wainfeld me tomó el pelo en marzo, escribiéndome que Kirchner me había hecho caso.) 3) Y liderar el peronismo con mano firme, ya que es un fantástico instrumento de poder, como lo saben muchos políticos oportunistas.

Pero también, siguiendo contestando de frente su pregunta, es “consolidación de nada” en el espacio político. Pues el peronismo no necesita de los Kirchners para consolidarse como expr esión de poder, ya que lo es de todas manera a nivel electoral, local e identidario. No es concentración de poder de la centro-izquierda, ya que como bien saben, dicha posición está muy dividida entre los pro-K y los anti-K, en linea con el espacio político bidimensional. Y al mismo tiempo, es concentración de poder, vía el estado, los recursos, y los esfuerzos (ahora mas endebles) de hegemonía.

Para decirlo del modo mas claro que sea, el kirchnerismo es “otra vez” en práctica el peronismo en el poder (con un no-peronismo por definición en la oposición), con un signo de centro izquierda esta vez. Y si Kirchner quiso darle al peronismo el signo a la izquierda del centro (que según él y varios le corresponde “de verdad” al peronismo), queda claro desde el famoso voto de julio en el Congreso que hay varios elementos del peronismo, como siempre, que no concuerdan con ese signo. Lo que vemos, como siempre desde 1945, es una pelea dentro del peronismo para apropiárselo. Vemos ahí una faccion de derecha, con Puerta, Menem, y posiblemente Rodriguez Saa, Reuteman y varios mas; el eterno “centro” con Duhalde, quien nunca logra que el equilibrio se centre en él, ya que sus socios de derecha (Menem) o de izquierda (Kirchner) siempre terminan canibalizándole totalmente en el movimiento del péndulo. Así que estamos de cierto modo en la misma.

Sobre su otra pregunta, más fácil, los dos clivajes políticos existen fuertemente en la Argentina. Siempre insisto que el espacio político argentino es bi -dimensional. Y lo es absolutamente, con las dos dimensiones perpendiculares una con la otra. (Eso no es el caso, por ejemplo, entre el eje económico y el eje cultural en EEUU, donde se observa un “ángulo agudo” entre ambos ejes, es decir, en donde un liberalismo cultural y lo que ellos llaman erróneamente un liberalismo económico se enfrentan a un conservadurismo económico y a un conservadurismo cultural.) Esa perpendicularidad da más opciones de alianzas posibles en la Argentina.

Creo que dentro del no peronismo, los políticos e intelectuales se ven a sí mismos enteramente diferenciados por el eje izquierda-derecha, pero que a nivel sociocultural la diferencia entre lo alto y lo bajo en la Argentina es mucho más fuerte. Esto se nota sociológicamente, por ejemplo, en las redes sociales y familiares. La diferenciación entre alto y bajo es una clave fundamental de la realidad argentina, que va mucho mas allá del estilo -simple expresión de algo mas sociológico-. De hecho, la Argentina se caracteriza por una clase media comparativamente culta y leída (en contraste, por ejemplo, con la de EEUU), o que lo aparenta, y por sectores populares que muchas veces no tuvieron acceso a eso y que tienen otra imagen de sí mismos.

Artepolítica, entrevista a Pierre Ostiguy, 12 de Setiembre del 2008.

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2.- ¿Cómo explicaría el comportamiento político de las clases medias en la Argentina? ¿Existe una comparación a nivel internacional que sirva para comprenderlo mejor?

La pregunta es buena en el sentido que se ha escrito mucho sobre la “irracionalidad” de los sectores populares con el peronismo o sobre el hecho de que el voto popular peronista sería un producto esencialmente material de prácticas clientelares. Ambas propuestas no son correctas. Esa perspectiva implica por otra parte que las clases medias votan, inversamente, con criterios racionales, sobre “issues” y posiciones ideológicas. Ahí se pierde el aspecto estructural del panorama argentino. De cierto modo, ambos sectores votan con valores, con ciertas pautas. Pero es muy posible que esas pautas, además de los referentes identidarios y de “imagen de si mismo”, sean muy distintos entre niveles educativos y socioeconómicos muy dispares.

Las clases medias para nada votan de modo homogéneo en la Argentina, particularmente en la dimensión izquierda-derecha. Encontramos discursos muy “clase media” que van desde el socialismo culto hasta posiciones de “libre mercado”. Pero creo que existe una cierta aversión dentro de gran parte de la clase media para votar al peronismo. Y es una aversión que combina valores, imagen de uno mismo, un sentido de lo “proper”, además de un sentimiento de sentirse cómodo o incómodo con “cierto tipo de gente”.

Ahora, esas diferencias culturales de clase existen en muchos países. Uno puede pensar en la diferencia muy grande en Inglaterra entre la clase media y los sectores populares de las hinchadas de fútbol y de los pubs (y ahora de vacación en Grecia, según se quejan los locales). Para pedir prestado al lenguaje “gorila”, es un contraste entre el self-restraint inglés y las hordas alcoholizadas (sin comillas). Ahora, lo que es muy interesante es que en Inglaterra, esas diferencias muy reales no se traducen en identidades partidarias distintas; no se traducen en “éticas de comportamiento” distintos entre los dos principales partidos. De un cierto modo, para mí, el comportamiento político argentino es más “natural” que el inglés. Creo que en parte eso se debe a la posiciones de los intelectuales establecidos, quien en Inglaterra están del mismo lado del clivaje político que los obreros.

Para decir la verdad, no conozco en el mundo una sociedad en donde las diferencias socioculturales (vinculada a clase y educación) se aparejen tan “maravillosamente” con el clivaje político central que en la Argentina –y además tan ortogonalmente al muy convencional espectro político izquierda-derecha-. Creo que es en gran parte un producto de lo muy extraño que ocurrió entre 1943 y 1946 –el momento fundador del espacio político moderno argentino. Y este fenómeno “extraño”, en vez de desaparecer (como lo quiso la Libertadora por ejemplo), más bien se consolidó con el tiempo.

Es cierto que en el Quebec mío de mi juventud, los sectores populares antes de 1960 eran “Unión Nacional”, es decir nacionalistas y conservadores, mientras los sectores medios urbanos eran liberales; y que a partir de 1970, esos mismos sectores populares pasaron a ser nacionalistas, sindicalistas y socialdemócratas (es decir, a la izquierda del centro), mientras mucha gente en los sectores medios seguían siendo liberales. Supongo que mi patria de origen es lo más cercano que yo conozca a la Argentina, ya que no existe situaciones similares en EEUU, Francia, Inglaterra o otros países que conozco bien. Sin duda, en Venezuela, las clases medias son totalmente hostiles al Chavismo, pero el espacio político ahí no es totalmente bidimensional, ya que el Chavismo es de izquierda y gran parte del anti-Chavismo no lo es.

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