martes, 12 de junio de 2012

Hijos del caño y el mimeógrafo; de la Insurrección a la conquista del Estado, el Movimiento se demuestra andando.






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El 14 de marzo de 1988 decidimos decir no al abandono de la Escuela Pública.

Se inicia, por decisión unánime desde los cuatro puntos cardinales, la Marcha Blanca.

El 23 de mayo no se pudo llegar a la Plaza de Mayo, el gobierno de Raúl Alfonsín impidió el ingreso al escenario de nuestras luchas.

Desde entonces, el 23 de mayo es el día del Trabajador de la Educación.

Hacer clic aquí para ver el video. 


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“Los saqueos y las ollas populares de 1989 en el Gran Buenos Aires. Pasado y presente de una experiencia formativa”.

Autoras: María Rosa Neufeld y María Cristina Cravino.

Universidad Nacional de General Sarmiento.
San Miguel, República Argentina.

En la década del 80, un nuevo fenómeno: las tomas de tierras o “asentamientos” transforma los procesos de urbanización en el Area Metropolitana de Buenos Aires.

Los autores, miembros de un equipo de investigación de la Universidad de General Sarmiento (Argentina), entrevistaron a habitantes de estos  asentamientos, y se sorprendieron con las frecuentes menciones a los saqueos y ollas populares ocurridos doce años atrás en un contexto de hiperinflación.

En este artículo, estos hechos son considerados como constitutivos de una experiencia formativa iniciada con la organización para la toma de tierras y seguida poco después por los saqueos de supermercados y otros negocios durante la hiperinflación de 1989.

Esto da origen, posteriormente, a las ollas populares que paliaron el hambre de ese momento, y que luego se transformaron en comedores comunitarios, guarderías  y otras organizaciones que  hoy persisten.

Esta indagación se apoya en los relatos de los entrevistados y en la recopilación de diferentes periódicos de ese momento.

“The 1989´s  saqueos (plunderings) and ollas populares (popular stews) in the Gran Buenos Aires.

Past and present of a formative experience”. 


Authors: María Cristina Cravino and María Rosa Neufeld

Universidad Nacional of General Sarmiento, San Miguel, Argentine Republic.

In the eighties, a new phenomenon transforms the urbanization processes of the
Metropolitan Conurbation of Buenos Aires: settlements on private or public lands.

The authors, members of a research team of the University of General Sarmiento (Argentina),  interviewed the inhabitants of these settlements and were surprised by the frecquent mentions to the saqueos (pillages/plunderings) and ollas populares (popular stews) which happened twelve years ago, in a context of hiperinflation.

In this article, these facts are considered as constitutive of a formative experience iniciated by the  organization after the takeover of the lands, followed by the plunderings  to the supermarkets and other stores during the hiperinflation of 1989.

It gives place,  afterwards, to   comedores populares (communitary dining rooms) and  guarderías  (kindergardens), so as other organizative means that began as a response to the hiperinflation and still exist. 

Our inquiry leans on the narratives of the settlers and different newspapers of that  time.

Asentamientos – saqueos – experiencia formativa – organizaciones comunitarias -  memoria

Settlements – plunderings – formative experience – communitary organizations -  memory.






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Crisis y recomposición de la respuesta estatal a la acción colectiva desafiante en la Argentina 1989-2004

Marcelo Gómez

Centro de Estudios e Investigaciones Universidad Nacional de Quilmes


Abstract

La interacción entre los procesos de movilización contestataria y las respuestas estatales a sus desafíos constituye un factor fundamental del cambio social.

La respuesta estatal a la organización y la acción colectiva disruptiva puede ser estudiada en dos dimensiones analíticas inseparables: las formas de reconocimiento o rechazo a los movimientos y sus acciones, y las formas de concesión o negación a sus demandas e intereses.

En la Argentina, el ciclo ascendente de acción colectiva de protesta protagonizada por diversos actores sociales ("piqueteros", asambleas barriales, ahorristas estafados, empresas recuperadas por sus empleados, etc.) se asociaba a una crisis profunda de las capacidades estatales y de la autoridad política institucional.

Las características de las distintas políticas económicas, los programas sociales, las medidas de seguridad ante las protestas públicas, los discursos oficiales y las estrategias frente a los sectores descontentos muestran patrones de reconocimiento y concesiones (diferentes tipos de integración/exclusión institucional, represión, persecución, compensaciones y paliativos, concesiones selectivas, cambios de orientación y reformas más amplias) que van cambiando con los distintos gobiernos, coyunturas económicas y formatos asumidos por la conflictividad social.


En este artículo se analizan las formas de respuesta estatal a la acción colectiva en la Argentina, desde la implementación, consolidación y crisis de las reformas neoliberales de los '90, hasta los diversos intentos de recomposición de los últimos años, en donde se observa una relegitimación de la autoridad política institucional y cambios en las orientaciones de las políticas estatales de concesiones y reconocimientos frente a los sectores movilizados.


Palabras clave: Estado; Políticas públicas; Acción colectiva; Conflicto social;
Argentina.

The interaction between processes of contentious mobilization and the state's responses to its challenges constitutes a key factor of social change.

State response to disruptive collective organizing and action can be studied in two inseparable analytic dimensions: the ways in which the state have acknowledged or rejected these movements and their actions, and the ways in which it has granted or denied their demands and interests.

In Argentina, the rising cycle of demonstrations and collective action carried out by diverse social actors ("picketers", neighborhood assemblies, groups of swindled savers, companies reclaimed by their employees, etc.) was associated to a deep crisis of state rule and institutional political authority.

Throughout the different administrations, economic junctures, and formats of social conflict, the government's economic policies, social programs, security policies vis-à-vis public protest, official discourses and political strategies to deal with social discontent, have shown changing patterns of acknowledgment and concessions (different types of institutional inclusion/exclusion, repression, persecution, compensations and palliative measures, selective concessions, orientation changes, and large reforms).

This paper analyzes the varied forms of state response to collective action in Argentina.

From the implementation, consolidation and crisis of the 1990s Neo-liberal reforms, to these last years attempts at state recovery, there is a process of re-legitimation of institutional political authority and changes in the directions of concession and compensation policies vis-à-vis mobilized sectors.


Key words: State; Public Policies; Collective Action; Social Conflict; Argentina.

1. Introducción y algunas premisas teóricas

Las teorías de la acción colectiva han replanteado en los últimos años la relación entre Estado y conflicto social.

Mientras los enfoques "clásicos"1 se centraban en la problemática de la contención del conflicto, la neutralización de las clases "peligrosas" y la compatibilización de las demandas sociales con el régimen de acumulación (relación Trabajo/Capital) y con el régimen político (relación Estado/Masas), ahora las teorías de la acción colectiva enfocan el revés de la trama: cómo la estructura institucional, el régimen político y las políticas públicas brindan oportunidades para la organización y la acción colectiva contestataria (Tarrow, 1997; Kriesi, 1999; Rucht, 1999).

Según estos enfoques podría pensarse tanto una instrumentación/desviación/neutralización de la acción colectiva por el Estado, como lo contrario: aprovechamiento de las decisiones estatales, los recursos existentes o las contradicciones en las "élites" gobernantes, por parte de los grupos descontentos.

Tarrow (1999: 76), siguiendo a Tilly, plantea audazmente que "el Estado se hace y rehace permanentemente a través del conflicto", y propone un enfoque dinámico de la estructuración política de los movimientos sociales.

Los procesos de confrontación contribuyen a formar al Estado y lo remodelan continuamente, de la misma forma que sus políticas y acciones constituyen un factor fundamental de los procesos de movilización social.

Toda forma de conflicto no convencionalizado que implique alguna clase de ruptura del orden público plantea al Estado un desafío y una incertidumbre respecto de su capacidad de garantizar el orden y de mantener su pretensión de monopolio de la autoridad y la fuerza legítima.

Las respuestas a la acción colectiva disruptiva por parte del Estado no pocas veces implican mutaciones importantes en sus diversas dimensiones constitutivas (elencos, organización interna, políticas, definición de aliados y adversarios, etc.), conformando una de las claves fundamentales de todo proceso de cambio social y político.


Profundizando en el análisis de esta dialéctica que une al Estado con la acción colectiva contestataria, Kriesi (1999: 232 y ss.) plantea cómo los contextos políticos y la acción estatal influyen sobre la estructura organizacional de los movimientos sociales, y que el Estado, visto desde ellos, aparece en dos dimensiones: fuerte/débil, en tanto su capacidad de imponer decisiones, y excluyente/ incluyente, en tanto contempla o niega reconocimiento y/o concesiones.

Offe (1996) ya había resaltado la cuestión de la variedad de las respuestas estatales a los nuevos movimientos sociales, pudiendo señalar dos planos:

a) el del "reconocimiento", según el cual los detentadores del poder estatal aceptan o rechazan a las organizaciones, los representantes y/o los líderes de los movilizados, es decir, en qué medida el Estado los toma en consideración, de qué modo los interpela o cómo los trata, y

b) el de las "concesiones", es decir, en qué medida las políticas y decisiones de los detentadores del poder estatal contemplan o toman en consideración positiva o negativamente las demandas o reclamos, es decir, de qué modo aceptan o rechazan las reivindicaciones o intereses de los grupos movilizados.

A su vez, la respuesta estatal puede ser caracterizada según el grado de fortaleza o debilidad: aquellas respuestas que muestren capacidad de imposición, de condicionamiento o de iniciativa sobre los movimientos y las acciones desafiantes pueden ser llamadas "activas"; en cambio, podemos llamar "pasivas" a aquellas respuestas en donde el Estado se limita a intentar no dejarse condicionar por los movimientos y sus acciones, cediéndoles la iniciativa.

Los siguientes Cuadros A y B ofrecen una clasificación elemental de la variedad de respuestas estatales en ambos planos.


En general, la literatura tiende a mostrar una cierta correspondencia "natural" entre ellos: la no concesión a las demandas se asocia a las políticas de exclusión y no reconocimiento de los movilizados, en tanto las políticas reformistas concesivas pueden asociarse con diversos niveles de integración e institucionalización.

Sin embargo, como veremos en el caso de la Argentina a través de distintos períodos, el Estado puede también llevar adelante una estrategia oblicua o sinuosa con formas de inclusión/exclusión selectivas que apuntan a fragmentar los movimientos, y también puede combinar concesiones unilaterales a las demandas manteniendo estrategias de no reconocimiento (persecución o represión) o, al revés, rechazar los reclamos sin realizar concesiones, pero ofreciendo una inclusión formal y un fuerte reconocimiento simbólico.

En los últimos años, en América latina, la movilización generalizada contra gobiernos y políticas económicas ha tenido por protagonistas principales a actores sociales con repertorios de acción y organización colectiva novedosos que han tenido impactos significativos sobre las orientaciones de las respuestas estatales (Gómez, 2003).

Uno de los casos más interesantes en este punto es el de la Argentina, en donde la espiral ascendente de acción colectiva de protesta protagonizada por piqueteros, asambleas barriales, ahorristas estafados, empresas recuperadas por sus empleados, etc.; total o parcialmente ajenos a los sistemas institucionalizados de intermediación de intereses, se asocia a una crisis profunda de las capacidades estatales y de la autoridad política (Sidicaro, 2002).

El carácter destituyente de la acción colectiva generalizada, que se extiende desde 2001 hasta mediados de 2002, fue seguido de un período de fortalecimiento del sistema político institucional de la mano de cambios en los liderazgos políticos, en los contenidos de las políticas estatales y en las estrategias frente a los sectores movilizados.

En este trabajo vamos a ensayar un análisis de los dos planos de la respuesta estatal frente a las acciones colectivas desafiantes en la Argentina del período 1989-2004, utilizando datos cualitativos y estadísticas de conflictos sociales e información pública oficial sobre las distintas políticas gubernamentales.






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4 comentarios:

Charlie Boyle dijo...

En este post le hago este aporte que me parece interesante http://carlosboyle.blogspot.com.ar/2011/07/asambleas-populares-en-revueltas-y.html
Thompson corrige a Tarrow, fíjese

rib dijo...

Sin dudas una simpática "arqueología" del relato kirchnerista en la que están ocupadas las "nuevas" universidades del conurbano. Una historia que no se quiere materialista sino documental. Postmoderna y por lo tanto ya un poquito demode.

Este que escribe en cambio recuerda vívidamente la cara de decepción de la militancia peronista cuando despues de haber organizado la orgia les nombraron al ministro de Bunge y Born.

Ni que decir de que la verdadera acción - ¿colectiva? - destituyente en el 2001 fue la impresión de los patacones de Ruckauf que acaso hoy mismo estén a la vuelta de la esquina.

Porque una acción de clase no es una desublimación orgiástica ... es la Asamblea Constituyente que usted teme Manolo.

manolo dijo...

Rib

Para quien es autor de un blog llamado “more geométrico”, debería haber deducido que mis “proyecciones” son elípticas, y no hiperbólicas.

Si lo “ofendo” porque no le doy bola al Quinto Postulado de Euclides, lo lamento, por serle agradable no voy a negar mi propia naturaleza; ni olvidar que, hasta mediados del siglo XX, para la “Republica” Populismo era sinónimo de Democracia.

Ud. siga con Zenón y sus tortugas que se “escaparon”, que yo me mantendré en “movimiento” con la “perrada” de Sócrates. :-P

Que tenga un buen día.


PD 1 para quienes no comprendan el método socrático, versión parresía de Antístenes.

http://es.wikipedia.org/wiki/Proyecci%C3%B3n_cartogr%C3%A1fica

http://es.wikipedia.org/wiki/Geometr%C3%ADa_no_euclidiana

PD 2
http://deshonestidadintelectual.blogspot.com.ar/2010/09/asambleismo-sindicatos-y-poder.html

rib dijo...

Estimado Manolo:

De ningún modo me ofende.
Ya Euclides ha sido superado por las geometrias precisamente "no euclidianas".
También el "saber nada" de Socrates ha sido superado por la consciencia infeliz hegeliana.
Saber todo es saberse-se mortal.

Saludos.