domingo, 26 de agosto de 2012

¿Carta Abierta?,…¡¡¡aja!!!,…mientras tanto el mitrismo sigue en la Guerra del Estado Futuro.


¿Es posible ser más abstruso, extemporáneo y aburrido que una declaración de CA?

Difícil, pero no por eso me voy a dar por vencido.

Con Uds. algo data que estará en el candelero político a partir del fin de año; cuando quienes viven de analizar, semiológicamente, las notas del Multimedios despierten del sopor provocado por el Opio de los Peorgresistas.

Tener contratos de las empresas sucesoras del Grupo.

























































Lo novedoso es la forma de votar del vasto mundo de la pobreza, crecido en el Gran Buenos Aires y otros conurbanos en las últimas décadas, nutrido de trabajadores desocupados, clase media empobrecida y nuevos migrantes periféricos.

Aquí nadie imagina que pueda construirse la vieja ciudadanía de los individuos.

Aquí el sufragio se produce; se está produciendo, noche y día, todo el año.
……

Por encima, aparecen las estribaciones locales de un Estado fragmentado.

Ya no podía desarrollar políticas universales, pero era capaz de movilizar sus escasos recursos para acciones focalizadas y en buena medida discrecionales, cuya expresión más conocida son las "obras públicas" y los "planes".
…………

No da cuenta de los matices de una relación compleja, siempre abierta y en proceso, en la que hay también independencia e imprevisibilidad.

Cada persona pertenece simultáneamente a varios colectivos, y su lealtad bascula entre ellos.

Los compromisos políticos son flexibles, graduales y reversibles.

Los intercambios requieren no sólo una base material, sino también sintonías de forma, tono y trato.

La gente no se entrega ni obedece, sino que "acompaña".

Manejar todo esto requiere una enorme sabiduría artesanal.

Nada es automático.

Todo es cambiante, y a la vez regular, como en un caleidoscopio.

Al final, se traduce en votos, singulares, cuantificables, acumulativos.

A veces, cambian los gobernantes.

Usualmente los ratifican.

Son lo gorila, lo gorila son” según Artemio López; hacer clic aquí.




A pesar de dicho descenso, la confianza promedio que los argentinos expresan en la intendencia continúa siendo superior a la confianza que expresan en la presidencia (la cual ha disminuido significativamente de 46 a 33 puntos en los dos últimos años).

El Gráfico VII.3 ilustra esta comparación.

Este dato pareciera confirmar (al menos parcialmente porque no tenemos información sobre la confianza ciudadana en las gobernaciones) la hipótesis según la cual los individuos tienden a confiar más en las instancias de gobierno que se encuentran más próximas a su vida cotidiana.

Los intendentes de la región Patagónica seguidos por los del Noroeste y Noreste son quienes gozan de mayor confianza, como se ve en el Gráfico VII.4.

Mientras que los ejecutivos municipales de las regiones Centro, AMBA y Cuyo, en este orden, son quienes gozan de menor nivel de confianza ciudadana.

Cultura política de la democracia en Argentina, 2010: Capítulo VII. Gobierno local
©LAPOP: Páginas 198/199



Conclusión

Este capítulo analizó las experiencias y percepciones de los ciudadanos respecto de cinco factores que afectan el funcionamiento del gobierno local y la relación que establecen los ciudadanos con las autoridades municipales: la confianza en las intendencias, la participación en reuniones del municipio, la presentación de solicitudes al municipio, y la satisfacción con la provisión de servicios locales.

Además, el capítulo estimó el efecto de la participación cívica en el ámbito local y la satisfacción con la provisión de servicios locales sobre el apoyo a la democracia estable.

Comenzamos diciendo que el nivel de confianza de los argentinos en sus intendencias es sólo superior al que expresan en Trinidad & Tobago.

Adicionalmente, mostramos que solo uno de cada veinte argentinos asiste a reuniones convocadas por la municipalidad, apenas el 15% dice haber presentado peticiones al gobierno local, sólo poco más del 10% dice haber pedido alguna vez ayuda al intendente o a un concejal de su municipio y la mayoría expresa una satisfacción prudente con la provisión de servicios públicos por parte de las autoridades locales.

Esto es extraño teniendo en cuenta que el 90% de los entrevistados que dice haber elevado un pedido al municipio obtuvo una resolución favorable.

Analizamos luego los determinantes individuales de la participación de los argentinos en el gobierno local e indicamos que quienes experimentan el desempleo en sus hogares y perciben que la crisis económica es grave tienen una probabilidad significativamente menor de asistir a reuniones convocadas por sus municipios.

Por otra parte, quienes militan activamente en política y quienes presentan peticiones también tienen una probabilidad mayor de participar en reuniones del gobierno local.

En relación a quiénes son más proclives de presentar una petición al municipio, los resultados indican que es significativamente mayor entre los desempleados, los que participan activamente en la política partidaria, los que viven en áreas rurales y los que asisten a reuniones convocadas por su municipio.

Terminamos el capítulo analizando los determinantes de la satisfacción ciudadana con los servicios locales y el impacto de la participación cívica local sobre el apoyo a la democracia estable.

Los resultados sugieren que la percepción sobre la severidad de la crisis económica, la confianza interpersonal, la confianza en la intendencia y la asistencia a reuniones municipales afectan la creencia en la democracia estable.

Cultura política de la democracia en Argentina, 2010: Capítulo VII. Gobierno local
©LAPOP: Página 219/220


Conclusión

Este capítulo estudió en detalle el fenómeno de la protesta social en Argentina.

Según datos del Barómetro de las Américas 2010, comparativamente hablando nuestro país se ubica como el país más contencioso de la región.

Asimismo, la proporción de argentinos que en el último año protestó o se manifestó en las calles es mayor que la proporción que acudió a alguna de las instancias estatales de resolución de conflictos tales como elevar pedidos a legisladores, intendentes, concejales y funcionarios burocráticos o participar de reuniones convocadas por el gobierno local.

Estas protestas y manifestaciones que en su mayor parte son voluntarias, parecen ser eficientes en obtener respuesta a los reclamos, se dirigen fundamentalmente a cuestiones económicas, interpelan tanto al gobierno nacional como a los diferentes gobiernos provinciales, y gozan de una considerable legitimidad ciudadana.

Incluso, los argentinos son tolerantes frente a modalidades de acción “violentas” como el corte de calle o la invasión a la propiedad privada.

Habiendo descrito las características generales del fenómeno, el capítulo pasó a examinar los determinantes individuales de la participación en protestas y manifestaciones.

En ese sentido, los factores de mayor impacto son la participación en organizaciones civiles, la militancia político-partidaria, el tamaño del lugar de residencia y la edad de los entrevistados.

De especial interés teórico y empírico para éste informe ha sido la relación positiva entre militancia partidaria y protestas, lo cual a nuestro entender indica la interrelación y superposición existente entre la política institucional y la no-institucional, dejando en claro que no son arenas políticas mutuamente excluyentes.

Finalmente, el capítulo exploró el potencial efecto de la protesta social sobre varias dimensiones de la democracia.

Los datos son elocuentes: en ningún caso la protesta social está asociada con creencias y actitudes desestabilizadoras de la democracia.

Contrariamente a nociones vagas de debilidad institucional o amenaza sistémica, la protesta social en la Argentina democrática se ha configurado como un vía cotidiana de actividad política colectiva y de participación en procesos de diseño e implementación de política pública.

Cultura política de la democracia en Argentina, 2010: Capítulo VIII. Protesta social
©LAPOP: Página 248



Conclusión

Este capítulo se concentra en examinar las experiencias y percepciones de los argentinos con respecto a las instituciones y procesos electorales y la compra de votos.

En primer lugar, encontramos que la confianza promedio de los argentinos en las elecciones y la Cámara Nacional electoral es la más baja del continente después de la expresada por los nicaragüenses.

Se sostiene que las razones que podrían explicar este nivel de desconfianza está relacionado con dos factores: la tecnología de votación y el sistema de boletas utilizado en el país, y la administración de las elecciones.

Luego, el capítulo pasa a analizar el fenómeno del clientelismo y la compra de votos.

Se sostiene que existen dos formas principales de compra de votos: el ofrecimiento personalizado de bienes materiales, y la asignación de recursos monetarios a través de programas de asistencia social (en este capítulo, programas de transferencia condicionada de ingreso).

Respecto del ofrecimiento personalizado, encontramos que el 18% de los argentinos, porcentaje sólo inferior al reportado en República Dominicana y Bolivia, declaró haber recibido alguna vez una oferta de compra (en dinero o bienes materiales) por su voto.

Éste, aunque imperfecto, es quizás uno de los pocos indicadores existentes sobre el fenómeno de compra de votos, y muestra la enorme magnitud de su incidencia.

Aun más, de las personas que recibieron una oferta por su voto, el 10,7% decidió efectivamente venderlo.

Esta cifra, que incluso podría ser conservadora si tenemos en cuenta la reticencia de los encuestados a confesar este tipo de comportamientos, podría sugerir que cerca de 380.000 votos en las elecciones de 2007 podrían estar viciados por este problema.

Igualmente encontramos que prácticamente la mitad de los ciudadanos de las Américas que recibió una oferta de compra de votos declaró sentirse menos inclinado a votar por el candidato o partido del benefactor.

Este dato llama la atención sobre el efecto de movilización negativo del clientelismo que, bajo ciertas condiciones, puede inducir una pérdida de votos antes que un rédito electoral.

El capítulo continúa con un examen de los factores que hacen a ciertos ciudadanos más proclives a recibir una oferta de un bien material por su voto.

Los resultados de los modelos de regresión indican que no existe evidencia empírica que vincule la situación económica adversa del entrevistado con una mayor probabilidad de recibir una oferta material por su voto.

Sí encontramos, en cambio, evidencia de una asociación positiva entre la participación en actividades políticas (participación en política partidaria, participación en protestas y participación en organizaciones civiles) y una mayor probabilidad a participar de un programa de transferencia condicionada de ingreso.

Entre las características socioeconómicas y demográficas de los encuestados, sólo la educación tiene un impacto negativo estadísticamente significativo.

Así, a medida que los individuos tienen mayor nivel educativo decrece la probabilidad de estar expuestos a prácticas de compra-venta de votos.

El capítulo termina con el análisis de las transferencias condicionadas de ingreso.

Encontramos, en primer lugar, que los determinantes más fuertes de la participación individual en estos programas son el tamaño del hogar (en sentido positivo), la riqueza, la educación y la edad (en sentido negativo).

Finalmente, encontramos que aquellos que pidieron ayuda a un intendente o concejal de su municipio tienen una probabilidad significativamente mayor de declarar participación en los programas.

Cultura política de la democracia en Argentina, 2010: Capítulo IX. Clientelismo y compra de votos
©LAPOP: Páginas 271/272









































Los 10 primeros contienen el 20% de la población en nuestro país, en 5 provincias, y la PBA tiene 6 municipios.

Los 20, son el 30%, 8 provincias; con los 2 principales municipios de Santa Fe, mientras que la PBA tiene 12.

Los 30, el 40%, 11 provincias, S. Fe 2 y PBA 19.

Los 40, el 45%, 15 provincias, Córdoba 2 municipios, Santa Fe 2 y Buenos Aires 24.

Recopilación y cruce de data de los 40 municipios/departamentos más poblados de la Argentina.