domingo, 31 de marzo de 2013

DDHH y el Tabú de Patt Derian.






«La explicación más simple y suficiente es la más probable, mas no necesariamente la verdadera», según el principio de Ockham.

He leído infinidad de argumentaciones, sobre emblemáticas figuras, de las ONG dedicadas a los DDHH.

Algunas confusas, otras dignas de una guerra de vedetes, pero ninguna menciona a la Juana de Arco del Presidente de USA; el Progresista Carter, miembro fundador de la Trilateral.


¿Por qué no se menciona a Patt Derian?, si ella organizo la inspección de la CIDH en 1979; y dio cobertura del Departamento de Estado a personas y organizaciones.

Por la misma razón que se “olvidan” los votos “negativos”, del Campo Socialista incluida Cuba, en la ONU para sancionar al Proceso; impulsadas  por Derian y Carter.

De ciertas cosas mejor no hablar”…; diría Nuestro Hombre en Quántico.




En resumen, ¿para que prestarle atención a un Kolchak sudaca como su humilde servidor?


viernes, 29 de marzo de 2013

Esperando las mesas de La Matanza…






No tiene idea de quién es Ricardo Forster, pero sabe que su voto y el de Forster, valen lo mismo.


Feriado, fracturas y mate amargo. 



Ellos, los Institucionalizados, se tomaron el palo; total tienen asegurado el ingreso.

A caballo regalado no se le miran los dientes, aunque nunca los votaran, no despreciaran la “semana festiva”.

Nosotros, los Periféricos, los que tenemos que quedarnos; hacemos las cuentas frente al desafío del “achique” del salario.

Que duele más que la Inflación, o el errático Blue.

No solo afecta a quienes trabajan en negro, sino también a comisiones y horas extras de los “blanqueados” de la base de la pirámide.

Del 10% al 15%, de 4.000.000 a 6.000.000 realizan la “migración”, pero quedan varados no menos 36.000.000.

Que vieron horadados sus ingresos por las huelgas docentes; al fin y al cabo la escuela es un depósito de pibes.

Sumemos los cortes de luz, la garrafa a precio internacional, el transporte urbano colapsado, los hospitales en conflicto, los móviles que se quedan sin señal, etc.

Lo único que les interesa del conflicto CFK/DOS son los perjuicios que les acarrea como bajas colaterales, y no deseadas, “del fuego amigo”.

En fin, quienes no toman en cuenta estas “minucias”, porque están en la Gran Batalla Cultural.

Después se pasan la noche, insomnes, esperando que los salven, de su propia estupidez, las Mesas de La Matanza.

jueves, 28 de marzo de 2013

Opo y PASO; la prueba acida del frentismo y las coaliciones.




Porque – lo siento, Manolo – en política, nacional e internacional, una parte fundamental de la realidad es lo que los demás aceptan como realidad.
Blog de Abel.

Las PASO nacionales y de la PBA, ¿Qué son?, tache lo que no corresponda.

1/ ¿Una trampa electoral de kirchnerismo?

2/ ¿Un error de calculo Néstor Kirchner?

3/ ¿Una estratagema para forzar, a las fuerzas políticas “independientes”, a un Bipartidismo “artificial”?

4/ ¿Un recurso del Régimen “peroniano” para mantener su Hegemonía electoral, en detrimento del Weltanschauung Republicano?

5/ ¿Una intriga del Capitalismo para condicionar al/os Partido/s del Proletariado con las reglas del Parlamentarismo Reformista?

6/ ¿Una Praxis para la construcción política de Mayorías populares resilentes; a prueba de ausencia de Carisma?

Como se puede percibir de la lista, la Subjetivación política recorta, mutila o distorsiona; un mecanismo electoral fundamentalmente discreto.

Donde las Egolatrías personales, y facciosas; son contrastadas por el examen de los Ciudadanos, en su papel de fuente de Soberanía Popular.

Ni mas ni menos que lo que la Opinión Publicada anti-kirchnerista exige a la Clase Política.

Vayamos a los ejemplos de las PASO nacionales en varios distritos.

i) PBA, 35 diputados nacionales; con un PISO del 3% de los votos emitidos en un frente o coalición, mas la distribución D'Hondt, no solo se “confecciona” una lista que incluya representatividad “objetiva” de cada fuerza, sino que además “contiene” a los “perdedores”.

Ídem para la elección de Legisladores de la CABA, 30; si se aplicara a nivel local.

ii) CABA, 12 diputados nacionales; Ídem con PISO del 8%.

Ídem para diputados provinciales de las secciones más populosas de la PBA; y concejales de los municipios que elijen 10 o 12.

iii) Santa Fe y Córdoba, 10 y 9 diputados nacionales; Ídem con PISO del 10%.

Ídem para senadores provinciales de las secciones más populosas de la PBA; y concejales de los municipios que elijen 8. 


iv) Mendoza, Tucumán, Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Santiago del Estero; con 5 y 4 diputados nacionales; Ídem con PISO del 20% o 25%.

v) Resto de las provincias, de 3 a 2 diputados nacionales, Ídem con PISO de 30% o 50%.

¿Es transparente, además de éticamente Republicana y Democrática, la descripción anterior?

Si la respuesta es afirmativa, entonces ¿Cuáles son las causas concretas que generan los prejuicios aparentes y públicos?

Es inevitable, por razones de espacio y tiempo, esquematizar las respuestas.

a) Los Medios y/o Factores de Poder Real; sus Candidatos pueden hociquear antes de las generales, frente a “competidores” que se afirmaran en que “no le deben NADA” a este tipo de Patrocinadores.

Las pocas semanas entre PASO y Generales, permite mantener la inercia de la euforia de los electores, e incluso sumar a quienes decidieron no votar, o votaron a otras listas.

Ejemplo PASO 2011, el FAP.

b) Expropia la “lapicera” a “Capolistas” de las Fuerzas a medida del Carisma Personal, Macri, Carrio, de Narváez, etc.

Sin olvidar las Roscas intrapartidarias, con sus impugnaciones y exclusiones; y las roscas extrapartidarias de los cuentapropistas con patente para los kioscos legislativos.

c) Condiciona el “Poder de Retorsión” sobre los Candidatos, de “Cenáculos” de la Intelligentsia, de “Sectas” Tecnocráticas, de “Piaras” de Asesores y de “Familias” de la Burocracia Administrativa.

Quienes se especializan en “susurrar” al oído del Príncipe; pero, a diferencia de los Medios y las Corporaciones, defendiendo a capa y espada el bajísimo perfil y/o anonimato frente al Publico.

Más que CV, portan Prontuarios, donde los fracasos reiterados llenan de esqueletos los placares de acceso restringido.

En fin, es lo que hay, que no es poco; para explicar la Anomia de las Clases Dirigentes durante los últimos 70 años.

Donde, en palabras del ingles Toynbee, se convirtieron en Minorías Dominantes; desafiadas, una y otra vez, por el Proletariado Interno.

Primero la Minoría Dominante intenta mantener por la fuerza -en contra de cualquier derecho y razonamiento- una posición de privilegio heredado que ha dejado de merecer; y entonces el Proletariado corresponde a la injusticia con resentimiento, al miedo con odio, y a la violencia con violencia cuando ejecuta sus actos de secesión.

En nuestro país el “abuso de la estadística” borgeano lo estigmatizan como “Dictadura de los votos”.




miércoles, 27 de marzo de 2013

¿Quién teme a las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO)?






“El capital invita constantemente a los que se oponen a él a meterse en su terreno de organización.
Araña inteligente:
Si se oponen a nosotros, organicen un partido para ganar el control del estado por la elección.
Si no pueden hacer esto, organicen un ejército para vencernos y ganar el control del estado por esa vía.
Si eso es demasiado extremo para ustedes, pueden organizar una ONG y ayudarnos en el proceso de formación de políticas”

John Holloway (nacido en 1947 en Dublín, Irlanda) es considerado en el ámbito académico como un sociólogo y filósofo del marxismo autonomista.

martes, 26 de marzo de 2013

“Fin del Mundo” jugando a mancha venenosa, mientras “Occidente” colapsa…




Se trata de un juego grupal prácticamente universal, que adopta formas según el país donde se realice el juego.

Se puede realizar en un lugar preferentemente abierto o en un espacio amplio.

La idea es que el jugador que es "mancha" o que "trae la peste", etc., tiene que intentar tocar a alguno otro para contagiarlo y convertirlo en mancha.

De esta manera se libera y pasa a ser de los que escapan.

Puede haber zonas de confort, "bases" o "casas" en las que la mancha no puede atrapar a nadie.

Se trata de un juego que requiere gran destreza física y que los niños juegan en cada recreo de la escuela.

Las variantes son la mancha venenosa, por ejemplo, en que cada jugador que es mancha debe perseguir al otro tocándose en la parte del cuerpo donde fue él mismo tocado.



The Rules & Roles ...para Mario de Palermo



Social order is a human product, or more precisely, an ongoing human production



 http://www.youtube.com/watch?v=LMGW_gVNJgQ







La Bancarrota Conceptual de los Sectores Medios como Motor y Sujeto del Cambio Histórico.


http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-216482-2013-03-24.html

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-214024-2013-02-17.html 


Marie-France Prévôt Schapira

En un artículo escrito hace poco sobre los tumultos asociados a las hambrunas de
1989 en la periferia de Buenos Aires, yo misma empleé el término “crisis urbana” como
expresión referida a una evidencia empírica, en un momento en el cual los asaltos de los
consumidores a los supermercados, la inmovilización de los más probres en los confines
de la ciudad, las ocupaciones colectivas de terrenos urbanos, los cortes de la energía
eléctrica durante varias horas del día, eran sus signos manifiestos (Prévôt Schapira, 1999).

................

Para un análisis del notable crecimiento de la pobreza en el Gran Buenos Aires,
ver Marie-France Prévôt Schapira, “Pauvreté, crise urbaine et émeutes de la faim dans le Grand Buenos Aires”, Problèmes d’Amérique Latine, núm. 95, 1990.


http://www.faudi.unc.edu.ar/graduados/carreras/mgydh/mas-informacion-sobre-mgydh/descargas-1/prevot2000.pdf



Esta clave de lectura ha sido ampliamente adoptada por los investigadores para analizar los cambios que han tenido lugar en estos últimos diez años (Cicollela, 1999). 

En Buenos Aires, como en Sao Paulo y México, los procesos de globalización han sido factores determinantes de la exacerbación del proceso de re-metropolización.

Sin embargo, los análisis sobre la ciudad global han tratado muy a menudo a la ciudad como un objeto aislado, y han puesto el acento en la dimensión espacial del sistema productivo mundial, que por sí solo haría y desharía los territorios. 

Pero la globalización no explica todo. 

Ella no "borra las viejas historias", y viene a incorporarse a procesos endógenos, activando en el caso de Buenos Aires la vieja separación entre la capital y los suburbios. 

La región metropolitana que reúne 12 millones de habitantes y el 50% del PIB argentino se divide entre dos espacios bien diferenciados: por un lado la capital, ciudad de clases medias, y por otro los suburbios devastados por la pobreza y el desempleo, donde viven 8 millones de habitantes. 

Evidentemente, la espacialización de las desigualdades es bastante más compleja. 

Volveremos sobre este tema. 

Pero la Avenida General Paz constituye un corte radical para entender el funcionamiento de la aglomeración de Buenos Aires.

Además, si la concentración de actividades bancarias y financieras, el boom inmobiliario en la ciudad central y las privatizaciones han sido tan rápidas y espectaculares, es porque ellas resultan ¾también y ante todo- de un proceso político violento y de una amplia empresa de ajuste y desregulación puesta en marcha por el gobierno de Menem, que libera los mecanismos espontáneos y la tendencia natural de los agentes económicos a concentrarse en la gran ciudad. 

Este movimiento fue ampliamente favorecido por la gestión de Carlos Grosso, primer intendente nombrado en el periodo menemista, quien entrega la ciudad a las grandes operaciones urbanísticas "para sacar a la ciudad de la decadencia" y atraer la inversión. 

Las profundas disfuncionalidades que sufría la capital después de 20 años de descapitalización (deterioro de los servicios urbanos y de la infraestructura, baja del valor del patrimonio inmobiliario, infraestructuras obsoletas) sirvieron para justificar las nuevas orientaciones. 

Ellas fueron impulsadas también por el eco que entonces tenía sobre los medios políticos y académicos el discurso sobre la ciudad global, que inquieta y fascina a la vez, y la propaganda del "modelo Barcelona". 

La operación emblemática de Puerto Madero refleja el clima que reinaba a principios de los años ‘90.

La renovación de las bodegas (docks) de Puerto Madero fue presentada como creadora de centralidad en el seno de espacios antes abandonados, haciendo un llamado a una nueva asociación público-privada bajo la forma jurídica de una corporación, permitiendo así que la ciudad se proyectase al espacio globalizado. 

La lógica de esta operación era cubrir los gastos de infraestructura y de viabilización del sitio con la venta de terrenos públicos a desarrolladores para viviendas de lujo y oficinas. 

El muy controvertido acondicionamiento de 170 hectáreas5 en la antigua zona de Puerto Madero bajo el modelo de watertrouts simbolizó, para muchos, el fin de la decadencia y la integración de partes enteras de la ciudad al espacio globalizado y la sociedad en red. 

La operación anuncia de hecho la puesta en juicio de un urbanismo de reglamentos estrictos, en beneficio de las exigencias del marketing territorial y de los promotores. 

La rehabilitación de los docks reactiva la construcción (edificios "inteligentes") en la zona cercana a Catalinas Norte que había sido concebida en los años ‘70 para ser nuevo CBD. 

Puerto Madero, Retiro, el Tren de la Costa, el antiguo mercado central de venta de frutas y verduras El Abasto, el albergue Warnes: todos estos grandes talleres o proyectos tienen en común responder a una lógica privada (venta del patrimonio inmobiliario del Estado), reciclando en un mismo modelo espacios de actividades obsoletas6.

La refuncionalización de baldíos urbanos en posición central desencadenó de forma espectacular el sector inmobiliario (real estate), que se convirtió, después de un largo estancamiento, en uno de los motores de la nueva economía urbana, estimulado por la aparición en Buenos Aires de grandes centros comerciales, pues ¾a diferencia de otros países de América Latina ¾ la revolución comercial es un fenómeno reciente en la Argentina. 

La aparición, a fines de los años ‘80, de malls (conocidos aquí como shopping centers) se aceleró por el plan de convertibilidad que relanzó la construcción y el mercado inmobiliario. 

En un primer momento, los shopping centersse instalaron de manera privilegiada en el centro norte de la ciudad y luego en la proximidad de las salidas de las autopistas, en las periferias residenciales, para extenderse hoy en día al conjunto de la aglomeración7

Su rápido desarrollo contribuyó ampliamente a la idea de los "nuevos espacios públicos" de consumo, capaces de responder a una demanda de seguridad. 

Los trabajos de Capron (1998) muestran que los centros comerciales son un espacio incontestablemente privado desde el punto de vista legal; sin embargo, las disposiciones sobre espacios más o menos públicos hacen de ellos lugares "privados colectivos", de "civilidad tibia", con umbrales poco marcados entre el espacio público y el espacio privado, pero de accesibilidad restringida, controlada por guardias (Capron, 1998). 

El sector hotelero es la otra área en plena expansión. 

Desde 1995, con el desarrollo del turismo de negocios, la llegada de grandes cadenas internacionales (Marriott, Caesar Park, Hilton) dobló la capacidad hotelera de lujo en la parte norte de la ciudad.

De estas grandes operaciones recalificadoras de porciones de espacio resultó una profundización de los contrastes ya existentes entre el norte y sur de la ciudad, y entre la capital y los suburbios, pero también la aparición de nuevas rupturas establecidas por el flujo de las inversiones y las lógicas de las empresas. 

Así, todos los datos muestran que las actividades financieras8 e inmobiliarias, así como las intervenciones públicas, se concentraron sobre todo en la capital y particularmente en la zona del centro (microcentro y nuevo CBD) y en los barrios del norte (Barrio Norte y Belgrano), así como en los municipios cercanos a Vicente López y San Isidro. 

La gran excepción es evidentemente el desarrollo de los barrios privados y los country clubs en la periferia lejana (Pilar, Ezeiza, Tigre) (mapa 1).


http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0250-71612002008500003




PD, no se trata de ser críptico, o hacerme el oscuro; sino de información a la vista de quien quisiera verlo, desde hace mas de un quinquenio,…

…si se tenia la voluntad de poner en “suspenso temporal”, los propios perjuicios sociales y los sesgos cognitivos.

Hace un año, Febrero/Marzo del 2012, aun existía una minima oportunidad de poder operar positivamente.

Hoy, los sucesos nos superan; ni vale la pena el reproche.

Así que; en lugar de replicar a Carrio y  SU COALICION cívica, mejor estudien como “comunicarse” con los “Moses”, “Pest”, “Probs”, “Mayhem”, etc.

Antes de que descubran quienes son “superfluos”…

domingo, 24 de marzo de 2013

24/03/76, el Enemigo Principal, según Albano Hargindeguy; siguiendo a Adam Smith.



"La unidad sindical atenta contra los principios liminares del Proceso."
Harguindeguy, Albano. «Crónica periodística». Clarín 20 de abril de 1979



An inquiry into the nature and causes of the wealth of nations.
Adam Smith - 1864 - 429 páginas; hacer clic aquí.

An inquiry into the nature and causes of the wealth of nations: ...
Adam Smith, Germain Garnier (comte) - 1852 - 429 páginas, hacer clic aquí.

CHAP. VIIL
OF THE WAGES OF LABOUR.

The produce of labour constitutes the natural rccompence or wages of labour.
In that original state of things which precedes both the appropriation of land and the accumulation of stock, the whole produce of labour belongs to the labourer. He has neither landlord nor master to share with him.

Had this state continued, the wages of labour would have augmented with all those improvements in its productive powers, to which the division of labour gives occasion. All things would gradually have become cheaper. They would have been produced by a smaller quantity of labour ; and as the commodities produced by equal quantities of labour would naturally in this state of things be exchanged for one another, they would have
| the landlord demands a share of almost all the produce which the labourer can either rai^e or collect from it. His rent makes the first deduction from the produce of the labour which is employed upon land.
It seldom happens that the person who filb the ground has wherewithal to maintain himself till he reaps the harvest. His maintenance is generally advanced to him from the stock of a master, the farmer who employi him, and who would have no interest to employ him, unless he was to share in the produce of his labour, or unless his stock was to be replaced to him with a profit. This profit makes a second deduction from the produce of the labour which is employed upon land.
The produce of almost all other labour is liahh- to the like deduction of profit. In all arts and manufactures, the greater part of the workmen stand in need of a master, to advance them the materials of their work, and their wages and maintenance, till it be completexi. He shares in the produce of their la
buen purchased likewise with the produce of jlour, or in the value which it adds to the ma
a smaller quantity.
But though all things would have become Cheaper in reality, in appearance many things might have become dearer, than before, or have beenexchanged for a greater quantity of other goods. Let us suppose, for example, that m the greater part of employments the productive powers of labour had been improved to tenfold, or that a day's labour cuuld produce ten times the quantity of work which it had done originally ; but that in a particular employment they had been improved only to double, or that a day's labour could produce only twice the quantity of work which it had done before. In exchanging the produce of a day's labour in the greater part of tmployments for that of a day's labour in this particular one, ten times the original quantity of work in them would purchase only twice the original quantity in it. Any particular quantity in it, therefore, a pound weight, for example, would appear to be five times dearer than before. In reality, however, it would be twice as cheap. Though it required five times the quantity of other goods to purchase it, it would require only half the quantity of labour either to purchase or to produce it. The acquisition, therefore, would be twice as easy as before.
But this original state of things, in which
terials upon which it is bestowed ; and in this share consists Ыз profit.
It sometimes happens, indeed, that a single independent workman has stock sufficient both to purchase the materials of his work, and to maintain himself till it be completed. He is both master and workman, and enjoys the whole produce of his own labour, or the whole value which it adds to the materials upon which it is bestowed. It includes what are usually two distinct revenues, belonging to two distinct persons, the profits of stock, and the wages of labour.
Such cases, however, are not very frequent ; and in every part of Europe twenty workmen serve under a master for one that is independent , and the wages of labour are everywhere understood to be, what they usually are, when the labourer is one person, and the owner of the stock which employs him another.
What are the common wages of labour, depends everywhere upon the contract usually made between those two parties, whose interests are by no means the same. The workmen desire to get as much, the masters to give as little, as possible. The former are disposed to combine in order to raise, the latter in order to lower, the wages of labour.
It is not, however, difficult to foresee which of the two parties must, upon all ordinary oc
the labourer enjoyed the whole produce of bis casions, have the advantage in the dispute, own labour, could not last beyond the first in- and force the other into a compliance with traduction of the appropriation of land and their terms. The masters, being fewer in num. the accumulation of stock. It was at an end, I ber, can combine much more easily : and the therefore, long before the most considerable law, besides, authorises, or at least does not
improvements were made in the productive powers of labour ; and it would be to no purpose to trace further what might have been its effects uponthe rccompence or wages of labour.
As soon as land becomes private property,.
prohibit, their combinations, while if prohibits those of the workmen. We have no acts of parliament against combming to lower the price of work, butmany against combining to raise it. In all such disputes, the masters can hold out much longer. A landlord, я farmer, a master manufacturer, or merchant, though they did not employ a single workman, could generally live a year or two upon the stocks, which they have already acquired. Many workmen could not subsist a week, few could subsist a month, and scarce any a year, without employment. In the long run, the workman may be as necessary to his master as his master is to him ; but the necessity is not to immediate.
We rarely hear, it has been said, of the combinations of masters, though frequently of those of workmen. But whoever imagines, upon thisaccount, that masters rarely combine, is as ignorant of the world as of the subject. Masters are always and everywhere in a sort of tacit, but constantand uniform, combination, not to raise the wages of labour above their actual rate. To violate this combination is everywhere a most unpopular action, and a sort of reproach to a master among his neighbours and equals. We seldom, indeed, hear of this combination, because it is the usual, and, one may say, the natural state of things, which nobody ever hears of. Masters, too, sometimes enter into particular combinations to sink the wages of labour even below this rate. These are always conducted with the utmost silence and secrecy till the moment of execution ; and when theworkmen yield, as they sometimes do without resistance, though severely felt by them, they are never heard of by other people. Such combinations, however, are frequently resisted by a contrary defensive combination of the workmen, who sometimes, too, without any provocation of this kind,combine, of their own accord, to raise the price of their labour. Their usual pretences are, sometimes the high price of provisions, sometimes the great profit which their masters make by their work. But whether their combinations be offensive or defensive, they are always abundantly heard of. In order to bring the point to a speedy decision, they have always recourse to the loudest clamour, and sometimes to the most shocking violence and outrage. They are desperate, and act with the folly and extravagance of desperate men, who must either starve, or frighten their masters into an immediate compliance with their demands. The masters, upon these occasions, are just as clamorous upon the other side, and never cease to call aloud for the assistance of the civil magistrate, and the rigorous execution of those laws which have been enacted with so much severity against thecombination of servants, labourers, and journeymen. The workmen, accordingly, very seldom derive any advantage from the violence of those tumultirbus combinations, which, partly from the interposition of the civil magistrate, partly from the superior steadiness of the masters, partly from the necessity which the greater part of the workmen are under of submitting for the sake of present
subsistence, generally end in nothing but the punishment or ruin of the ringleaders.
But though, in disputes with their workmen, masters must generally have the advantage, there is, however, a certain rate, below which it seems impossible to reduce, for any considerable time, the ordinary wages even of the lowest species of labour.
A man must always live by his work, and his wages must at least be sufficient to main tain him. They must even upon most occa~ sions be somewhat more, otherwise it would be impossible for him to bring up a family,, and the race of such workmen could not last beyond the first generation. Mr Cantillon seems, upon this account, to suppose that the lowest species of common labourers must everywhere earn at least double their own maintenance, in order that, one with another, they may be enabled to bring up two children ; the labour of the wife, on account of her necessary attendance on the children, be. ing supposed no more than sufficient to provide for herself. But one half the children born, it is computed, die before the age of manhood. The poorest labourers, therefore, according to this account, must, one with another, attempt to rear at least four children, in order that two may have an equal chance of living to that age. But the necessary maintenance of four children, it is supposed, may be nearly equal to that of one man. The labour of an able-bodied slave, the same author adds, is computed to be worth double his maintenance ; and that of the meanest labourer, he thinks, cannot be worth less than that of an able-bodied slave. Thus far at least seems certain, that, in order to bring up a family, the labour of the husband and wife together must, even in the lowest species of common labour, be able to earn something more than what is precisely necessary for their own maintenance ; but in what proportion, whether in that above-mentioned, or in any other, I shall not takeupon me to determine.
There are certain circumstances, however, which sometimes give the labourers an advantage, and enable them to raise their wages considerably above this rate, evidently the lowest which is consistent with common humanity.
When in any country the demand for those who live by wages, labourers, journeymen, servants of every L 'ml, is continually increas ing ; when every year furnishes employment for a greater number than had been employed the year before, the workmen have no occasion to combine in order to raise their wages. The scarcity of hands occasions a competition among masters, who bid against one another in order to get workmen, and thus voluntarily break through the natural combination of masters not to raise wages.
The demand for those who live by wage', it is evident, cannot mcrease but in propoitinn to the increase of the funds which are destined to the payment of wages. These funds are of two kinds, first, the revenue which is over and above what is necessary for the maintenance ; and, secondly, the stock which is over and above what is necessary for the employment of their masters.
When the landlord, annuitant, or monied man, has a greater revenue than what he judges sufficient to maintain his own family, he employs either Ihr whole or a part of the surplus in maintaining one or more menial servants. Increase this surplus, and he will naturally increase the number ofthose servants.
When an independent workman, such as a weaver or shoemaker, has got more stock than what is sufficient to purchase the materials of his own work, and to maintain himself till he can dispose- of it, he naturally employs one or more journeymen with the surplus, in order to make a profit by their work. Increase this surplus, and he will naturally increase the number of his journeymen.
The demand for those who live by wages, therefore, necessarily increases with the increase of the revenue and stock of every country, and cannot possibly increase without it. The increase of revenue and stock is the increase of national wealth. The demand for those who live by wages, therefore, naturally increases with the increase of national wealth, and cannot possibly increase without it,
It is not the actual greatness of national wealth, but its continual increase, which occasions a rise in the wages of labour. It is not, accordingly, in the richest countries, but in the most thriving, or in those which are growing rich the fastest, that the wages of labour are highest. England is certainly, in the present times, a much richer country than any part of North America. The wages of labour, however, are much higher in North America than in any part of England. In the province of New York, common labourers earn * three shillings and sixpence currency] equal to two shillings sterling, a-day ; shipcarpenters, ten shillings and sixpence currency, with a pint of rum, worth sixpence sterling, equal in all to six shillings and sixpence sterling ; house-carpenters and bricklayers, eight shillings currency, equal to four shillings and sixpence sterüng ; journeymen tailors, five shillings currency, equal to about two shillings and tenpence sterling. These prices are all above the London price ; and wages are said to be as high in the other colonies as in New York. The price of provisions is everywhere in North America much lower than in England. A dearth has neverbeen known there. In the worst seasons they have always had a sufficiency for them
i This was written in 1774, 'wfore the commencement ni the late rii?turbanres.
money price of labour, therefore, be higher than it is anywhere in the mother-country, its real price, the real command of the neces. saries and conveniences of life which it cont veys to the labourer, must be higher in a still greater proportion.
But though North America is not yet so rich as England, it is much more thriving, and advancing with much greater rapidity to the further acquisition of riches. The most decisive mark of the prosperity of any country is the increase of the number of its inhabitants. In Great Britain, and most oiher European countries, they are not supposed to double in less than five hundred years. In the British colonies in North America, it has been found that they double in twenty or five-and-twenty years. Nor in the present times is this increase principally owing to the continual importation of new inhabitants, but to the great multiplication of the species. Those who live to old age, it is said, frequently see there from fifty to a Immlred, and' sometimes many more, descendente from their own body. Labour is there so well rewarded, that a numerous family of children, instead of being a burden, is a source of opulence and prosperity to the parents. The labour of each child, before it can leave their house, is computed to be worth a hundred pounds clear gain to them. A young widow with four or five young children, who, among the middling or inferior ranks of people in Europe, would have so little chance for a second husband, is there frequently courted as a sort of fortune. The value of children is the greatest of all encouragements to marriage. We cannot, therefore, wonder that the people in North America should generally marry very young. Notwithstanding the great increase occasioned by such early marriages, there is a continual complaint of the scarcity of hands in North America. The demand for labourers, the funds destined for maintaining them increase, it seems, still faster than they can find labourers to employ.
Though the wealth of a country should be very great, yet if it has been long stationary, we must not expect to find the wages of labour very high in it. The funds destined for the payment of wages, the revenue and stock of its inhabitants, may be of the greatest extent ; but if they have continued for several centuries of the same, or very nearly of the same extent, the number of labourers employed every year could easily supply, and even more than supply, the number wanted the following year. There could seldom be any scarcity of hands, nor could the masters be obliged to bid against one another in order to get them. The hands, on the contrary, would, in this case, naturally multiply beyond their employment. There would be a constant scarcity of employment, and the laboure«