martes, 10 de diciembre de 2013

Jorge Asis o Valdez Is Coming.


Los bárbaros están aquí.
En las ciudades.
Son ellos, ahora, los que esperan.

Valdez tells him he should have paid the $100

"No tenemos leyes parlamentarias contra las asociaciones para bajar el precio del trabajo, pero muchas en contra de las asociaciones para elevarlo. En todos estos conflictos, los patrones pueden aguantar mucho más. Un propietario, agricultor , un fabricante o un comerciante, aunque no emplean a un solo trabajador, por lo general podrían vivir un año o dos de las existencias, que ya han obtenido. Muchos trabajadores no podrían subsistir sin empleo una semana, pocos podrían subsistir un mes y ninguno una escasez de un año. A largo plazo, el trabajador puede ser que sea necesario para su amo como su maestro lo es para él, pero la necesidad no es inmediata.

Rara vez escuchamos, se ha dicho, de las asociaciones de los patrones, aunque con frecuencia de aquéllas de los obreros. Pero el que se imagina, en este recuento, que los patrones rara vez se asocian, es tan ignorante del mundo como de esta materia. Los patrones están siempre y en todas partes en una especie de asociación tácita pero uniforme y constante, para no subir los salarios de los trabajadores por encima de su tasa actual. Violar este acuerdo es en todas partes una acción muy impopular, y una especie de reproche a un patrón entre sus vecinos e iguales. Rara vez , en efecto, escuchamos hablar de esta combinación, porque es la costumbre, y , se puede decir, es el estado natural de las cosas, del que nadie habla. Los patrones, a veces también entran en combinaciones particulares para hundir los salarios del trabajo, incluso por debajo de esta tasa. Estos acuerdos siempre se llevan a cabo con el máximo silencio y secreto hasta el momento de la ejecución, y aún cuando los trabajadores ceden sin resistencia, como a veces lo hacen aunque lo sientan severamente, los acuerdos entre patrones nunca son conocidos por otras personas.

Este tipo de arreglos, sin embargo, con frecuencia con resistidas por combinaciones defensivas de los trabajadores que, a veces, también sin ninguna provocación de este tipo, se asocian por su propia voluntad para elevar el precio de su trabajo. Sus pretextos habituales son, a veces, el alto precio de los alimentos; a veces el enorme beneficio que sus patrones obtienen por su trabajo. Pero de sus asociaciones, sean ofensivas o defensivas, siempre se habla en abundancia.
Con el fin de llevar el punto a una decisión rápida, siempre pueden recurrir a vociferar más fuerte y a veces a la violencia más impactante y furiosa. Están desesperados, y actúan con la locura y la extravagancia de los hombres desesperados, quienes deben o bien morir de hambre o asustar a sus patrones con el cumplimiento inmediato de sus demandas.

En estas ocasiones, los patrones son tan estridentes como el otro lado, y no dejan de reclamar a gritos la ayuda de los magistrados civiles, así como la ejecución rigurosa de las leyes que han sido promulgadas con tanta severidad contra la asociación de los empleados, obreros y jornaleros. Los obreros, en consecuencia, muy rara vez obtienen una ventaja de la violencia de esas acciones tumultuosas que, en parte por la intervención de los magistrados civiles, en parte por la firmeza superior de los patrones, en parte por la necesidad a la que está sometida la mayor parte de los trabajadores en aras a la subsistencia, por lo general terminan nada más que con el castigo o la ruina de los cabecillas.

Tener presente que Adam Smith lo está escribiendo en el año 1776.

Traducción de Rogelio, hacer clic aquí.



No hay comentarios.: