sábado, 7 de septiembre de 2013

Es probable que la corrupción no preocupe genuinamente a los argentinos.

Lo que quizá los afecte es el rompimiento de un acuerdo implícito sobre equivalencias económicas, no sobre reglas institucionales de convivencia política. 
En ese marco, recrudecen sentimientos primarios antes que demandas ciudadanas: la desprotección, el resentimiento, la percepción de que los poderosos están en la suya, desentendiéndose de los sufrimientos populares. 
http://www.lanacion.com.ar/1617674-el-contrato-de-la-corrupcion