sábado, 12 de julio de 2014

2015 y la Hegemonía realmente existente; el 8N se suelta la melena al invadir Brasil.




Llegan más hinchas a Río y en Brasil dicen que los argentinos "están por todas partes"

En busca de un sueño.

La prensa brasileña se hizo eco del masivo desembarco de cara a la final de mañana.

Desde Aeroparque y Ezeiza hoy partirán 22 vuelos.



Blaise Pascal escribió que seguir una pelota, como cazar un animal, nos precipita en la diversión, cuyo efecto equipara al débil con el poderoso en la evitación del sufrimiento.

En esa escena el rey y el súbdito se liberan por igual.

Cuando el hombre se divierte, dice Pascal, no piensa en las miserias cotidianas de la familia y el trabajo o en las desgracias de la sociedad. Habita otro tiempo y otro espacio.

Bailar, jugar a la pelota, cazar: fórmulas universales para eludir la finitud y la angustia.

Está muy bien, es legítimo podría decirse.

Si no fuera por un detalle argentino: bajo el carisma del juego quedó oculto que un vicepresidente, presumiblemente deshonesto, representó a la nación en su más importante celebración histórica.


Cansados de gritarle solamente al mar, la tarde del viernes, centenares de hinchas cortan la calle y le cantan su pasión a los automovilistas.

La escena se da justo enfrente del Copacaban Palace, el hotel de la FIFA.

Los "motoristas" de los ómnibus y los taxistas se enojan.

La policía en menos de un minuto los corre de la avenida Atlántica y los deposita en la playa.

El piquete festivo llega a concretarse mientras en la terraza del hotel hay una recepción y una banda toca bossa nova.

Los invitados parecen tener cara de contar con tickets para la final.

Abajo, en la calle, miles de argentinos, casi todos vestidos de futbolistas, se contentan con estar en suelo brasileño cuando empiece a rodar la pelota en el Maracaná.

"Me están pidiendo 6 mil dólares por un entrada categoría 3.

Me vuelvo mañana y lo veo tranquilo en casa...", cuenta un argentino que estuvo en San Pablo para ver Argentina-Suiza.

Revendedores y cerrajeros son los más beneficiados en este fin de semana de tantos argentinos sueltos por Copacabana.


No importa como termine el partido, la cuestión es que las Clases Altas y Medias se “vulgarizan”, actuando como si fueran “lúmpenes bonapartistas”.

Las decenas, o cientos, de miles que fueron a Brasil; no son precisamente las Clases Populares o Sectores Medios bajos.

Mas bien se superponen con quienes reclamaban el 8N; ejemplo paradigmático del Deber Ser Republicano.

Los “defensores” del Orden Natural de las Cosas están “muertos”, por mas que lo nieguen en sus Columnas de Opinión.

Mientras que quienes proponen “lo Nuevo para superar lo Caduco”, trabajan a destajo, y no se convencen ni ellos mismos.


 https://www.youtube.com/watch?v=eANH3rkke5Q






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