jueves, 9 de enero de 2014

Traslado de la Capital, la Sudáfrica de los ganados y las mieses.



Como perla del Imperio británico, nuestro país siempre tuvo más semejanzas con la tierra de los zulúes y los boer, que con Australia, Canadá o Nueva Zelanda.

La “papeleta” de cafres y criollaje; estos últimos compuestos de mulatos, mestizos, indios y pobrerío.

Los intentos para diferenciar entre “ciudadanos patricios” y los “inmigrantes gringos”; “Metecos” y “Uitlander”.

Mientras que en las colonias “blancas”, al igual en USA, la política de estado era “forzar” la ciudadanía plena, aunque se tratara de “católicos” irlandeses y franco-canadienses.

Identificación que el Conservadurismo liberal argentino mantuvo a pesar de las sanciones de la ONU hasta la llegada de Mandela.

Admiraban, esa es la caracterización del sentimiento, la capacidad de los blancos sudafricanos de mantener “en caja” a la “negrada”; sin restringir, para “la gente como uno”, la Republica y la Democracia.

Hay material como para una tesis de un par de cientos de páginas, pero como la “plataforma” es un blog, pasemos a chicanear, seriamente, a Abel; hacer clic aquí.

Su capitalidad está formada por tres ciudades: Pretoria, sede del poder ejecutivo; Bloemfontein, sede del poder judicial: y Ciudad del Cabo, sede del poder legislativo.

¿Por qué conformarnos con una sola localidad, si pueden ser 3 o mas?

No es tan descabellado, la tri-capitalidad sudafricana es de la primera década del siglo XX.

Puerto Iguazú, para el Poder Judicial, así tiene un ojo puesto en la triple frontera.

La Quiaca, para el Poder Ejecutivo, con el doble propósito de la “frontera narco” y la “salida hacia el Pacifico”.

Rió Grande, Tierra del Fuego, para el Poder Legislativo; además de “poblar soberanamente”, las temperaturas obligaran a los legisladores a funcionar en horarios diurnos.

Uno de los beneficios indirectos es la “generación” de un polo de transporte aéreo que comunicara el sur con el resto del país.

No hacen faltas reformas constitucionales, ni la creación de “territorios” federales, ya que las “instalaciones” tendrán el status de los “edificios” federales del resto del país.

Al igual que las bases militares, los juzgados, las delegaciones de las FFSS, y las sedes de las reparticiones de la Administración nacional.

Con las nuevas tecnologías, incluso se pueden “descentralizar” los Ministerios, Secretarias y Subsecretarias de Estado.

Resistencia-Corrientes el Ministerio de Desarrollo Social.

La Banda-Santiago del Estero el Ministerio de Salud.

Bariloche, el Ministerio de Ciencia y Tecnología.

Neuquén, la Secretaria de Energía.

Catamarca, el Ministerio de Educación.

Rió Cuarto, la Secretaria de Agricultura y Ganadería.

Oran, el Ministerio de Defensa.

Rosario, el Ministerio de Seguridad.

Tucumán, el Ministerio de Trabajo.

Mendoza, el Ministerio de Relaciones Internacionales.

Córdoba, el Ministerio de Justicia,

Choele Choel, el Ministerio de Economía.

San Luís, el Ministerio de Industria.

San Martín de los Andes, el Ministerio de Turismo.

La Rioja, la JGM.

Claro, para que funcione, las infraestructuras físicas deberían estar pipi-cucu; y no como ahora.

En realidad, si estas infraestructuras funcionaran, no deberían importar donde están las sedes.

En la Autonomía de Galicia, altamente descentralizada demográficamente por su historia, Fraga Iribarne desarrollo lo que se llama popularmente “pantalla única”.

Los habitantes de los pueblitos, cada uno con un promedio de entre 10 y 30 casas, a no más de 5 kilómetros de distancia entre los montes y serranías; suelen ser personas mayores, de más de 50 años.

En cada uno de ellos reside un empleado, que gracias a Internet realiza la gran mayoría de los trámites municipales, provinciales, autonómicos, nacionales y hasta de la comunidad europea.

Una especie de “pago fácil” para todos los tramites; lo que ahorra una cantidad significativa de tiempo, esfuerzo y dinero.

Claro, no solo de trata de “digitalización” y “comunicaciones optimas”.

Como dice el “Compañero” Charly Boyle, “…el diseño de la red es el mensaje…”

Ergo, el “mensaje” de la actual propuesta hiede como el de Alfonsin, huir del “agujero negro” social y económico que es el AMBA.

Igual que Luís XIV en su traslado a Versalles, un country del siglo XVIII.

Reconstruyamos las infraestructuras físicas, sociales y administrativas de la Argentina; y entonces, el lugar “físico” de las sedes será indiferente.

Hasta podría ser Punta del Este, Miami o el Vaticano. 

Anexo, sobre lo que se piensa, pero no se dice por ser políticamente incorrecto.

Johannes Gerhardus Strijdom, que sucedió a Malan como primer ministro en 1954, instauró además las siguientes leyes:

Los negros no podían ocupar posiciones en el gobierno y no podían votar excepto en algunas aisladas elecciones para instituciones segregadas.

Los negros no podían habilitar negocios o ejercer prácticas profesionales dentro de las áreas asignadas específicamente para los blancos.

El transporte público era totalmente segregado, tanto en trenes, buses, aviones, o inclusive los taxis de las ciudades.

A los negros no les estaba permitido entrar en zonas asignadas para población blanca, a menos que tuvieran un pase emitido por la policía.

Los blancos también tenían que portar un pase para entrar en las zonas asignadas a los negros.

Edificios públicos tales como juzgados u oficinas de correos, disponían de accesos diferentes para blancos y negros.

Las principales consecuencias de esta situación fueron:

Las áreas asignadas a los negros raramente tenían electricidad o agua.

Los hospitales también eran segregados: los hospitales para los blancos tenían la calidad de cualquier nación desarrollada, mientras que los asignados a los negros estaban pobremente equipados, faltos de personal y eran muy pocos en relación a la población que servían.

En 1948 el Partido Nacional de Sudáfrica (PN) ganó unas elecciones en las que sólo podían votar los blancos e instaló un sistema de segregación racial con represivas contra los negros.

En 1952 organizó una campaña de desobediencia civil sin violencia que le valió su primera condena.

En 1952 y consciente del liderazgo que había alcanzado, el gobierno decidió silenciarle y para ello le mandó una orden de inhabilitación lo que redujo su libertad de actuación y de movimiento.

En 1970 la educación de un escolar negro costaba el 10 % de la correspondiente a un escolar blanco. La educación superior era de un costo casi imposible de abonar para los negros.

El ingreso mínimo para el pago de impuestos era de 360 rand para los negros y mucho más alto para los blancos, unos 750 rand.

……….
Ante las condenas internacionales ocurridas desde la década de 1950, los defensores del apartheid decían que la discriminación racial contra los negros estaba basada legalmente en que éstos no eran ciudadanos de Sudáfrica, sino ciudadanos de otros estados independientes (llamados bantustanes), por lo cual carecían de ciudadanía sudafricana y no tenían derechos que reclamar al gobierno de Pretoria.

En efecto, desde 1960 el gobierno de Sudáfrica procedió a crear diez estados autónomos para otorgar la ciudadanía de estos a los negros que constituían el 70 % de la población sudafricana.

Así, a una gran parte de la población negra se le eliminó la ciudadanía sudafricana para otorgarles la nacionalidad de algún bantustán.

Gracias a este argumento, a dicha población negra se le consideraba como "transeúntes" o "población temporal" que debía circular por el territorio de Sudáfrica solamente si estaba provista de pasaportes en lugar de pases.

Durante las décadas de 1960 hasta 1980, el gobierno forzó a un gran porcentaje de la población negra a reubicarse en dichos estados que habían sido designados para ellos.

Un total de 3 millones y medio de individuos se vieron obligados a desplazarse hacia estas zonas para vivir allí, o en caso que ello no fuera posible se les otorgó la nacionalidad de un "Estado" donde jamás habían vivido.

La creación de los bantustánes fue mal recibida por la ONU y en el extranjero se acusó al gobierno de Sudáfrica de "inventar" Estados solamente para privar de derechos a la población negra.

Cabe destacar que todos los bantustanes fueron fundados mediante leyes del gobierno sudafricano (ninguno por decisión popular de sus habitantes) y sus fronteras habían sido diseñadas por las autoridades de raza blanca para no interferir en "zonas de interés" de los blancos.

La propia realidad mostraba que hasta dos tercios de los "ciudadanos" de los bantustánes en realidad no vivían en ellos sino que residían en la "Sudáfrica blanca" como "trabajadores extranjeros" sin derechos políticos.

Hubo casos de vecindarios de población negra ubicados en las afueras de las grandes ciudades, cuyos residentes fueron expulsados de sus hogares para ejecutar proyectos urbanos en favor de la población blanca.

El caso más publicitado fue el de Johannesburgo, donde en 1954 unos 60.000 habitantes negros fueron reubicados en una zona llamada Soweto.

Otro caso fue el de Sophiatown, un lugar "multirracial" donde a los negros les permitían poseer tierras.

Sin embargo, la expansión de la población y de la zona industrial en Johannesburgo convertía esta zona en un lugar estratégico para dicha expansión.

En febrero de 1955, los cincuenta mil habitantes negros en la zona fueron evacuados a la fuerza por la policía, localizándolos en una zona denominada Meadowlands, actualmente anexa a Soweto.

Sophiatown fue totalmente destruida por topadoras y se construyó una nueva urbanización llamada Triomf para la población blanca.