viernes, 20 de febrero de 2015

18F, voto como arma, el Golpe de Urna.



Todos deseamos “voltear” a las Administraciones que nos “disgustan”, sea por razones “estéticas” o “materiales”.

Es absolutamente Natural, nuestros más próximos parientes evolutivos; de los mandriles a los chimpancés, de los gelada a los bonobos; suelen conspirar, y hasta dar golpes de mano sangrientos, para derrocar las jerarquías existentes.

El Sistema democrático más que extirpar estos “comportamientos evolutivos”, los sublima y ritualiza.

Una “confrontación” electoral, y sus campañas, no son más guerras civiles simbólicas que utilizan hasta la misma terminología de las reales.

Militante, de Militia legionaria romana; Estado mayor Electoral con sus jefaturas, Campañas, etc.

Si hasta los “Debates de los Candidatos", simbólicamente, reflejan los “Duelos singulares” al estilo de Goliat y David o Héctor y Aquiles.

El voto universal, además de una decisión personalísima, también es un arma de destrucción masiva.

La National Rifle Association suele caracterizar a las armas de fuego como “igualadores cívicos”.

Ya que, según ellos, una septuagenaria de 1.50 de altura y 60 kilogramos tiene “igualdad de oportunidades” contra un pibe chorro de 2.00 metros de altura y 120 kilogramos de peso.

Con el voto sucede algo similar; Mauricio Macri está igualado con el Cartonero Báez, Lilita Carrio con la Chona, Carlos Pagni con Minguito, CFK con la Soledad de Gasalla, Mirtha Legrand con Omar Bojos, Tinelli con el trapito de la cancha de River; etc.

Un hombre, o mujer, un voto; es la antítesis radical del principio de Pareto; 80/20.

Ahora bien, esa “igualdad radical” por sí misma es insuficiente; para que se expresarse con su máxima plenitud debe “organizarse”; para pasar de una masa de acoso (o rápida) a una masa retenida (o lenta).  

Una de las diferencias más notables entre el peronismo y el no peronismo radican en que unos festejamos y nos sentimos orgullosos de ser masa; mientras que los otros se horrorizan y rechazan esa condición.

Asumiendo que amenaza su condición de “individualidad”.

Ya que ser “parte” supondría la negación de la “totalidad autosuficiente”.

Curiosamente, para los griegos, este comportamiento asocial lo caracterizaban como ἰδιώτης, idiōtēs.

“Empezó usándose para un ciudadano privado y egoísta que no se preocupaba de los asuntos públicos”.

Los artículos de Marcos Novaro y Evangelina Himitian, publicados hoy en La Nación, ilustran con enjundia cristalina lo que he tratado de expresar farragosamente más arriba.

La Ilusión y el Desencanto.



Ahora bien, pasando al terreno más pedestre de contar porotos; ¿como repercute cuantitativamente el 18F en las PASO, Generales, y  en un potencial balotaje?

Si tomamos la hipótesis más optimista, 1.000.000 en toda la Argentina, y los situamos geográficamente; las circunscripciones electorales.

Las conclusiones son las mismas del 8N.



Como “La Plaza” ya no es lo que era, para el sentido común hegemónico; “Ocuparla” significaba “Ocupar el Poder”.

Mariano Obarrio publico una lista de los “lugares estratégicos” donde había que estar en el juego del GO que es la política de masas en la Argentina.

Quizás muchos se sorprendan, pero los viejos P conocemos por la praxis sindical de 70 años que se “marcha” de la Periferia hacia el “Centro”; en este caso Plaza de Mayo.

Ya que “llegar” es la culminación de las “Campañas de Difusión y Esclarecimiento”, para enfrentar las cargas de Infantería y Caballería.

Aunque los resultados para el PEN están en cuestión, las Usinas nativas y alienígenas tienen dos certidumbres.

La primera que el Pan-peronismo, que incluye territoriales boinas blancas empotrados, mantendrá su hegemonía en los sub-nacionales.

La segunda; una gran extinción de los elencos estables políticos, mediáticos, y de asesoría; actualmente existentes.

En palabras del Senex.

Las empresas se juzgan por los éxitos, por sus resultados.

Podríamos decir nosotros:¡qué maravillosa conducción!, pero si fracasó, ¿de qué sirve?

La conducción es un arte de ejecución simple: acierta el que gana y desacierta el que pierde.

Y no hay otra cosa que hacer.

La suprema elocuencia de la conducción está en que si es buena, resulta y si es mala, no resulta.

Y es mala porque no resulta y es buena porque resulta.

Juzgamos todo empíricamente por sus resultados.

Todas las demás consideraciones son inútiles.





Golpe de Mercado.