viernes, 27 de febrero de 2015

Reforma e Imperio.





Si hay que explicar no tiene gracia.




Pleonasmo, el regreso de Aníbal.

@Tintalimon publica en LPO, “El riesgo de polarizar en un sistema sin partidos”


@andresmalamud detalla en El Estadista: “Un balotaje de cuatro vueltas”.


Mientras tanto @FernandezAnibal protagoniza la remarque de Terminator 2-

Disiento con Martin el problema no fue, ni es, la falta de “partidos”; ya que el artículo de Malamud pone en negro sobre blanco que no solo siguen existiendo, sino que hasta ahora son herramientas fundamentales para una mínima coordinación política “nacional”.

La cuestión pasa por otro lado, se quiso sustituir a la “militancia política” por los “funcionarios públicos” en la activación social.

No solo se trata de Cristina, Mauricio tiene poco que envidarle en este tema.

Y el elenco permanente del Republicanismo mediáticamente existente son, y actúan en consecuencia, como Burócratas de planta permanente.

Que cuando se encuentran ante algo irresoluble para la “vía administrativa” recurren a la “vía judicial”.

O sea, el Poder Judicial subrogando al Poder Soberano del electorado.

Así el regreso del Bigote de Quilmes, volver al 9 de Diciembre de 2011, es un reconocimiento implícito del Fracaso estratégico de los últimos 3 años.

Por la escases de tiempo, más que una construcción termina siendo un “control de daños” de la dilapidación de 54%.

Militante y Funcionario, por definición son totalmente antagónicos; uno tiene por objetivo el “cambio”, el otro la “estabilidad”.

Desorden versus Orden, la sala de partos contra el cementerio.

La tarea titánica de la política es convertir ese oxímoron en un pleonasmo.

La caracterización de Steven Levitsky, “Des-Organización Organizada”