viernes, 28 de julio de 2017

Ganar la Guerra, perder las elecciones...



26 De julio de 1945: El popular líder de la guerra en Gran Bretaña, Sir Winston Churchill, sufrió una sorpresiva derrota en las elecciones generales realizadas en este día en 1945 tras la aplastante victoria de los Laboristas.

El primer ministro Conservador, sobre quien los analistas pronosticaban que permanecería en su puesto, dimitió inmediatamente después de la aplastante derrota en las elecciones.

Casi 12 millones de votantes, respaldaron al Partido Laborista, liderado por Clement Attlee, segundo en el cargo durante el gobierno del coalición del Primer Ministro Churchill.

Ellos prometieron una serie de reformas sociales, incluyendo el pleno empleo que el público quería después de la gran depresión y de los sacrificios hechos durante la Segunda Guerra Mundial.

Churchill perdió las elecciones generales a pesar de tener un 83% de aprobación en mayo de 1945. (PA)

El respaldo a los Laboristas – que era especialmente fuerte entre los 5 millones de militares temiendo el desempleo y la falta de vivienda – se impuso a pesar de la popularidad de Churchill.

Él tuvo un índice de aprobación personal de 83% tras la derrota de Alemania en mayo, cuando los Laboristas dejaron la coalición y provocaron las primeras elecciones generales en una década.

Sin embargo, su popularidad disminuyó durante la agria campaña y cayó de manera notable cuando dijo que un Estado saludable requeriría de una Gestapo, la policía secreta alemana.

A diferencia de los oficiales de las Fuerzas Armadas y los civiles, los soldados ordinarios en el frente, que siempre tuvieron poca simpatía por el Churchill fumador de puros que gustaba presentarse en uniforme, se ofendieron con la sugerencia.

British Pathé filmó algunas de esas tropas votando en Birmania, así como a Churchill en su último día como Primer Ministro y a un victorioso Attlee hablando a una multitud.

Los intentos de Churchill de hacer ver a los Laboristas como poco confiables y potencialmente siniestros, contrastaba con el récord del partido en capacidad doméstica durante la guerra.

Las contrastantes estrategias de las campañas de los líderes de los diferentes partidos durante la guerra también hicieron que los Conservadores perdieran votos.






La inteligencia del argentino medio es agraviada cuando los protagonistas que perdieron tratan de conformarse con el viejo cuento de ser “campeones morales”.

En la plácida visión de la historia, para los estrategas derrotados del colectivo Cambiemos, constituye un triunfo, de por sí, haber planteado el tema.

Por el maniqueísmo extorsivo de instalar la disyuntiva artificial.

O se está con los honestos, con los artesanos de la transparencia.

O se respalda a la banda de corruptos “que asaltaron la república”.

http://www.jorgeasisdigital.com/2017/07/28/sin-vencedores-y-con-vencidos/