martes, 19 de junio de 2007

Globalización e inseguridad. Parte 1: Lombroso no ha muerto.


Quienes como yo pintan canas, recuerdan a la Argentina aislada del mundo.

Nos llamaba la atención el nivel de inseguridad que tenían las ciudades americanas.

La New York de Harlem y el Bronx, Los Ángeles de Starsky y Hutch.

El temor de viajar de noche en transporte publico o de equivocarte de bajada en la autopista, eran desconocidos.

Cae el muro de Berlín, se acaba la guerra fría y comienza la globalización.

Nuestros problemas de seguridad comienzan a ser similares a los del resto del mundo.

En el ex bloque soviético, las mafias son las primeras en aprovechase de la apertura política y comercial.

Buenos Aires, Río, Sao Paulo, Ciudad de Méjico; comienzan a parecerse a las urbes ciberpunk de Blade Runner.

Además de los “folclóricos” carteles de Medellín o Ciudad Juárez, tenemos las amenazas de las Maras, o el Comando Vermelho.

¿Nadie se a preguntado, si esto es un “daño colateral” del Modelo?

¿Es casualidad la semejanza o aire de familia, de la tipología criminal?

¿Acaso los narcóticos y la prostitucion, no se manejan por las leyes de mercados no regulados?

Muchas preguntas, que la Derecha no quiere contestar, y la Izquierda ignora; por no estar el los textos canónicos.

El triste papel, de esta ultima y su aliado, el progresismo; permiten el regreso de las teorías mas reaccionarias.

Lombroso ha resucitado, la Derecha perezosa es el médium que lo ha convocado.

“La pena tiene como objetivo según Lombroso la defensa social, entendida como neutralización del peligro que para la sociedad representan ciertos individuos que no pueden dominar sus tendencias criminales.

Al mismo tiempo, tiene el fin de intentar una readaptación en los casos en que fuera posible.

La concepción de Lombroso torna irrelevante el estudio de la imputabilidad del sujeto, puesto que –según se deriva lógicamente de sus postulados– todos los criminales son inimputables, y cuanto menor sea su responsabilidad, mayor es su peligrosidad.

Esta idea se opone agudamente a las concepciones más frecuentes entre abogados y juristas, a quienes Lombroso criticó, sosteniendo que pretendían aminorar la pena precisamente para los individuos más peligrosos (Lombroso, César. "El delito. Sus causas y remedios".

Traducción de Bernaldo Quirós. Ed. Victoriano Suárez. Madrid, 1902, cap. VIII, pág.490)”.

Como individuo degenerado, el delincuente nato no tiene opción.

La “ciencia” de fines del siglo XIX y principios del XX, confirman esta visión.

La eugenesia ha apoyado firmemente este punto de vista.

"En realidad, para los criminales natos adultos no hay muchos remedios: es necesario o bien secuestrarlos para siempre, en los casos de los incorregibles, o suprimirlos, cuando su incorregibilidad los torna demasiado peligrosos" (Lombroso, Cesare. "Le più recenti scoperte ed applicazioni della psichiatria ed antropologia criminale", Ed. Fratelli Bocca, Torino 1893, Cap. XIV, pág. 314).

Me parece que es hora de empezar a tratar este tema tabú, como corresponde.

Con información y herramientas del 2000, no del 1900.

Relacionar la criminalidad con el contexto de anomia social.

Comprender, que el Núcleo Duro de exclusión, va camino a convertirse en Lumpemproletariat.

Que el Crimen Organizado, es parte del entramado financiero internacional.

Que el delincuente común, es un parásito de los Desposeídos, como plantearon en los 60, los Black Panther.

«La eugenesia es la auto-dirección la evolución humana»: Lema del Segundo Congreso Internacional de Eugenesia, 1921, representado como un árbol que unifica una diversidad de campos diferentes”.

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