Su conclusión fue clara: la codicia, una vez más, está
venciendo al miedo.
Tampoco les importa a esta altura lo que haya hecho o lo que
pueda hacer el kirchnerismo.
Y no entran en detalles sobre qué candidato pueda resultar
más "pro mercado" o qué planes tienen para solucionar los problemas
que dejará sin resolver la presidenta Cristina Kirchner.
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