viernes, 19 de enero de 2007

4 ¿EL GENERAL ES UN TRAIDOR?

Hacerse cargo, ¿Qué es eso?

“El 6 de septiembre de 1973, tres semanas antes del asesinato de Rucci,

Quieto y Firmenich se reunieron a puertas cerradas con Perón, y el Viejo les

ofreció un acuerdo: Montoneros seguiríamos al frente de la juventud, de la

universidad y de los espacios de poder en el Estado que teníamos hasta el

momento. En el Partido Justicialista -al cual el Viejo nunca le dio mucha

importancia- podíamos hacer lo que quisiéramos dentro de los límites

impuestos por los estatutos partidarios, él no iba a interferir. Como

contrapartida nos exigió respeto al Pacto Social y que dejáramos de meternos

con el sindicalismo.

Imagino al Viejo, amplia la sonrisa cuando afirma: “muchachos, el futuro

es de ustedes, el presente es nuestro”. Nuestro dice, y sus manos -largas,

sarmentosas- señalan su pecho. Imagino a Firmenich cuando horas después

-solemne, fruncido el ceño, pesaroso-, en la reunión de Conducción Nacional,

interpreta: “el Viejo nos da lo que ya tenemos y a cambio quiere que

disolvamos a la Juventud Trabajadora Peronista”4.

En realidad, las propuestas eran buenas. Tanto la de abril, cuando la

relación era buena, como esta última de septiembre cuando, a diferencia de

abril, ya existía una situación de tensión con el general. Las propuestas se

sintetizaban en una palabra: el futuro. No un futuro indiscernible: un futuro

apenas signado por la (breve) expectativa de vida del General y nuestra

capacidad para formar cuadros de conducción. Un futuro que exigía de

nosotros generosidad para conceder, inteligencia para proceder, cintura para

establecer alianzas y habilidad para sumar. El futuro que nos ofrecía Perón, de

nuestra parte sólo exigía capacidad política. En concreto, Perón exigía de

Montoneros la única virtud que escaseaba en la inmensa mayoría de los

miembros de su conducción.

No me cuesta -con otras palabras quedó escrito- imaginar sus

cuestionamientos: ¿A quién se le ocurre que después de tanto esfuerzo vamos

a disolver la Juventud Trabajadora Peronista? ¿En qué cabeza cabe si,

precisamente, es la JTP la vanguardia concreta de la clase obrera organizada?

¿Cómo hacer la revolución sin la clase obrera? ¿Cómo la clase obrera va a

hacer una revolución sin vanguardia? Lo que nos pide el General es que no

hagamos la Revolución. El general conspira contra la Liberación: es un traidor.

No sé si fueron los términos exactos que se intercambiaron en la reunión

de la conducción montonera realizada después de la propuesta de Perón del 6

de septiembre. Sólo Firmenich lo sabe; tal vez Vaca, tal vez Perdía: no sé si

estuvieron presentes pero en la soledad de una conducción por años

compartida, a la sombra de sus soledades y en el laberinto de sus culpas, no

sería extraño que, en algún momento, aflorasen las confidencias.”

3 Carlos Flaskamp, op. cit.

4 Al salir de la reunión con Perón, los periodistas le preguntaron a Firmenich si Montoneros abandonaría

las armas. “De ninguna manera”, respondió Firmenich, “el poder político brota de la boca de un fusil”.

"El Descamisado", 11/9/73. Tres posibilidades: tonto, confundido o despechado. Cualquiera de ellas es

posible, tal vez las tres. En todo caso, el resultado fue igual.

http://www.bitacoraglobal.com.ar/textos/Columnas/C_Amorín_BuenaH29.pdf

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