“…la vitalidad de una tradición depende de su capacidad para renovarse, cambiando en forma y fondo (a veces profundamente) para seguir siendo útil”.
“Unos poetas - otro problema es éste, y no de expresión sino de punto de arranque - son poetas de "minorías".
Son artistas (no importa el tamaño) que se dirigen al hombre atendiendo, cuando se caracterizan, a exquisitos temas estrictos, a refinadas parcialidades (¡qué delicados y profundos poemas hizo Mallarmé a los abanicos!); a decantadas esencias, del individuo expresivo de nuestra minuciosa civilización.
Otros poetas (tampoco importa el tamaño) se dirigen a lo permanente del hombre.
No a lo que refinadamente diferencia, sino a lo que esencialmente une.
Y si le ven en medio de su coetánea civilización, sienten su puro desnudo irradiar inmutable bajo sus vestidos cansados.
El amor, la tristeza, el odio o la muerte son invariables.
Estos poetas son poetas radicales y hablan a lo primario, a lo elemental humano.
No pueden sentirse poetas de "minorías".
Entre ellos me cuento.
Por eso, el poeta que yo soy tiene, como digo vocación comunicativa.
Quisiera hacerse oir desde cada pecho humano, puesto que, de alguna manera, su voz es la voz de la colectividad, a la que el poeta presta, por un instante, su boca arrebatada.
De ahí la necesidad de ser entendido en otras lenguas, distintas a la suya de origen”.
Tradición y revolución. He ahí dos palabras idénticas.
Vicente Aleixandre, hacer clic aquí.
no sé por qué esto iría contra los escritores neoperonistas, manolo. esta etiqueta encuentra su sentido en el hecho de que el kirchnerismo rehabilitó para la progresía el santoral peronista. los etiquetados como neoperonistas no son necesariamente "poetas de minorías", los habrá que sí y que no; o, para decirlo de otro modo: balzac lo era borges lo era, mallarmé ni hablar
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ResponderBorrarFavio: tradición y revolución.
ResponderBorrarA los neoperonistas no los conozco.
Pero ojo con esa alineación automática entre el poeta solidario, generoso, que se presta a la colectividad y el"dirigirse a lo permanente del hombre". Y por oposición homologar "las refinadas parcialidades" al poeta de las minorías. No se trata del objeto (minorías, mayorías) sino de la actitud, de correrse del centro, de pasar de toda vanidad, de no ser si no el espíritu.
Se alcance el corazón de un individuo o el de una colectividad.
Aquello que reúne nos recuerda nuestro orígen común y aquello que separa permite construir una identidad.
Se trata de funciones. Me gusta creer que la paz se alcanza cuando son aplicadas según la siguiente máxima: para encontrarse en lo infinito hay que discriminar para luego unir.
Saludos.
veniamos bien Manolo, ahora esta apelacion a lo Ilhya Eremburg (si se escribe asi) no lo veo en km 42 vea, que se yo
ResponderBorrarsaludos