sábado, 12 de noviembre de 2011

6- La Campora en La Poliarquía; de Fidanza a Mosca, Pareto y Toynbee; y de Bonasso a Trotsky, Lenin y Perón.

¿La exculpación de Perón?, ¿o la Negación de Asumir la Persistencia en el Error de los epígonos de la Organización de Combate?



“En abril de 1973, Perdía, Quieto y Firmenich se reunieron con Perón en Madrid.

Al respecto, Perdía escribió:

“…(Perón) destacó que los próximos cuatro años debíamos utilizarlos para aprender a gobernar y asegurar un eficaz trasvasamiento generacional en el movimiento y en el país.

Manifestó que asumía la responsabilidad de asegurar que, progresivamente, se nos fueran asignando crecientes responsabilidades.

Argumentó sobre la necesidad de avanzar en la organización popular y (...) veía en las tareas de promoción social una manera eficaz para darle continuidad a nuestra organización. (...)

El general Perón le manifestó en esa oportunidad (a Bidegain) la conveniencia de integrar a su próximo gabinete a algunos muchachos de la JP, para que se vayan acostumbrando a gobernar”.

Notemos, en estas palabras relatadas por el propio Perdía, que Perón:

1) aceptaba la continuidad de la existencia de Montoneros como tal aún después de establecido el gobierno popular y aún más allá del período constitucional de gestión peronista;

2) nos ofrecía, como Organización, hacernos cargo del trabajo social (léase, el Ministerio de Bienestar Social el cual, ante nuestro rechazo, quedó en manos de López Rega) para construir organización popular lo cual, sin dificultad alguna, se interpreta como organización política.

Trabajo social: construir barrios populares, armar cooperativas, desde abajo impulsar cultura, llegar hasta el último rincón del país y organizar a su gente.

Esto, que constituye la mayor ambición de cualquier corriente política en el seno de una gestión gubernamental políticamente heterogénea, significaba, nada más ni nada menos, que fortalecer el crecimiento de nuestra Organización en las bases peronistas y, con ello, darnos una auténtica posibilidad de lograr, en cuatro años, la hegemonía política del movimiento peronista.

Nos heredaba el movimiento, nos ofrecía el futuro porque, digámoslo de una buena vez, el presente era él, el propio Perón.

La conducción nacional de la Organización, jamás informó a sus cuadros de esta oferta -político-estratégica en relación con nuestro futuro de cabo a rabo- la cual, por lo tanto, no tuvo oportunidad de ser debatida”.

……….

“Desde otra mirada, más íntima, un comentario de Dante Gullo, contribuye a dar una respuesta:

“Lo mejor que le podía pasar a un joven era ser militante.

Entonces, entre estar militando en la villa, en los barrios, en las columnas, en las tareas de solidaridad o un cargo de diputado, se elegía sin dudar lo primero.

Al compañero que se le ofrecía un cargo era como una ofensa… porque todavía no habíamos hecho una síntesis entre lo que era el partido y nuestra práctica como movimiento.

El movimiento nos brindaba la posibilidad de estar con la Argentina y los argentinos en cualquier lugar.

Era una tarea de militancia, noble, solidaria, desinteresada.

Lo otro era como que de repente te obligaban a ponerte corbata, a vestirte de funcionario.

Una anécdota: se estaban discutiendo los cargos y le pido a un compañero, Pietragala, que vaya a las reuniones y pelee el 25 % de los cargos que le correspondían a la Jotapé.

Aceptó a regañadientes pero, en lugar de ir a discutir los cargos en el partido, se iba a militar a los barrios o al gremio telefónico.

Entonces, los otros sectores interpretaron que la juventud no concurría como forma de presionar por más cargos.

A la semana me vienen a ver.

‘Nos entregamos’, me dijeron.

‘¿Se entregan por qué?’.

‘Porque si ustedes quieren más cargos, estamos dispuestos a darles el 25 % y algunos cargos más’.

Yo, no sólo no entendía nada sino que me decía en qué problemas nos ponen estos tipos, si apenas podemos cubrir el 25 %”.

Lo cierto es que en 1973, muy pocos compañeros estaban preparados para pensar un futuro político desde un lugar de poder que no fuera el de la movilización popular o, en su caso, “el que surge de la boca de un fusil”.

Para la mayoría resultaba inconcebible la posibilidad de construir poder desde las instituciones.

En nuestra experiencia, el poder se tomaba: desde nuestro lado, como el Palacio de Invierno o la entrada en la Habana y, desde el otro, como los militares con sus golpes de estado.”

Amorín, hacer clic aquí.



En consonancia a la publicación de Ceferino Reato en Perfil, comparando la militancia "desinteresada, sin avidez de poder" representada, según él, en Cacho El Kadri para arremeter sobre las juventudes kirchneristas, me encontré con otros artículos que también buscan comparar el papel de la juventud peronista en el '73 con la actual. Mientras Reato alaba intencionalmente la actitud de Envar (ya tratada en un post anterior, los verdaderos motivos), en el blog Deshonestidad Intelectual y en el artículo de Brienza en TIempo Argentino el domingo pasado, aborda con diferente objetivo con respecto al primero el papel de los montos en este caso para contrastarlo con La Campora y demás juventudes kirchneristas. Lo que resalta Reato como plausible en Cacho (que por cierto evita utilizar como ejemplo militante a un monto porque seguramente los considera unos "sucios marxistas leninistas), Brienza y "Manolo" acusan el error estrategico de la organización setentista. Vayamos por partes...

Deshonestidad Intelectual es duro con los Montos sobre su negación a ocupar puestos en el gobierno peronista los califica de "idiotas de gran calibre", mientras que Brienza (asombrosamente un artículo ¿inspirado en el post?) es más medido en los calificativos aunque ambos reflejan la satisfacción de que esta nueva militancia esté dispuesta a ocupar puestos en el Gobierno (algo que a Reato le provoca urticaria) para profundizar el cambio de la mano de Cristina. Ahora bien, en el ultimo punto estoy de acuerdo, desde luego que si no es la juventud la que lleve las banderas de Nestor, Perón y Evita para el 2015 y acompañe activamente este (esperemos) proximo gobierno de Cristina, el proyecto va a sufrir un seguro retroceso sin renovación politica. Pero, ¿por qué se parte de una falacia histórica para resaltar el loable papel de nuestra juventud? ¿acaso un periodista que interviene en radio con bloques sobre Historia no sabe que lo que está argumentando en su artículo es una ingenuidad?

Tanto Deshonestidad Intelectual como Brienza se basan (aunque este ultimo no lo aclare) en el libro de José Amorín (Montoneros, la buena historia.) y en el de Perdía (que es citado en el libro de Amorín). Partamos de la base que el libro de Amorín, (uno de los fundadores de Montoneros) es entretenido, tiene grandes ambiciones literarias, escribe sus memorias en cuentitos (a lo Feinmann) que deja como resultado un libro altamente subjetivo, donde se parte que la veracidad de los dichos lo son así porque él lo dice (como Feinmann). Estoy de acuerdo en cuanto a la responsabilidad de Firmenich (un personaje nefasto sin lugar a dudas para la militancia setentista) pero tampoco tratemos a los Montos como idiotas que estamos faltando a la verdad. Aquí no se trata de decir "entonces Perón era un facho", pero tampoco lo tratemos como un bonachón que le servía en bandeja a la juventud cargos para que se entrenen en el manejo de la cosa publica. Tratar a los Montos como personas que sólo querían usar la lógica del fusil es ridiculo, ¿entonces por qué fueron el principal apoyo de la campaña de Hector Campora si descreían de la toma del poder por vías democráticas? ¿Tanto puede cambiar un estratega como Perón en "al no querer hacerse cargo los montos del Ministerio de Biniestar Social" darselo a Lopez Rega, que está en las antipodas ideologicas del movimiento?

Si exculpamos a Perón totalmente y partimos de esta falsa premisa que "ya que la juventud no quiere hacerse cargo" entonces, ¿cómo explicamos la masacre de Ezeiza y el llamado a silencio de Perón al respecto? ¿Cómo explicamos la presidencia de Lastiri? ¿Cómo explicamos que Perón se apoye en la burocracia sindical? ¿Es por qué los montos no quisieron hacerse cargo? ¿Entonces qué?¿viramos a la derecha?

Con esto no quiero justificar el accionar de la Dirección de la Orga, por el contrario, y tampoco vamos a entrar en las criticas que para eso está el informe que realizó Walsh, pero tampoco desliguemos de responsabilidades a Perón. Dejemosno de joder...

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