Termidor fue el cuello de botella Jacobino; Guillotina o Administración.
Las periferias militarizadas, en su cuerpo a cuerpo con el Ancien
régime europeo en las fronteras, tenían los huevos al plato con los delirios
sobre el si o no del Ser Supremo y el Culto a la Razón.
Ineficacia absurda, que no solo dilapidaba esfuerzos, en sus
minués rosqueros, salpicados con decapitaciones literales y simbólicas; sino
que terminaban por ser mas mortales que la Coalición Reaccionaria
internacional.
Los Termidorianos eran tan regicidas y subversivos como Robespierre
y Saint Just, al fin y al cabo todos eran Jacobinos que habían “arrasado” con
el resto de las facciones de la Convención.
Para que la Revolución, y mas importante los
revolucionarios, sobrevivieran; no solo se debía realizar la transformación de
la Realidad francesa, sino la europea.
El programa de los montañeses por los medios de los girondinos.
Si la flota británica bloqueaba el azúcar de caña del
Caribe, se desarrollaba la remolacha azucarera.
Hoy parece una tontería la cuestión del azúcar, pero en el
siglo XVIII era la única alternativa a la sal y el vinagre, para conservar
alimentos.
La Guillotina no reclutaba tropas, ni las abastecía; tampoco
resolvía los problemas de la población civil, ni las estrecheces
presupuestarias.
La Revolución se estaba devorando a si misma, y había que
salvarla, y salvar de paso las propias cabezas.
Para lograrlo, el costo era quitarle “centralidad” a Paris
como “campo de batalla revolucionario”; para centrar los esfuerzos en la “periferia”
Al fin de cuentas, el fantasma del Indulgente Danton le gano
la partida al Incorruptible Robespierre.
Robespierre era Kasparov al lado de de I Vitelonni
ResponderBorrarpuajj,mercenario
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