Cualquier coincidencia con el Clivaje Izquierdas-Derechas de la “Nueva Política”,
no es fruto de azar, sino consecuencia de lobotimización provocada por los “personal
trainer” electorales; financiados por los Luis Barcena y Carlos Mulas.
Militancia Online
“Terrorista”, “mercenario”, apóstol”.
Esas son las categorías que estipuló Luis Huete,
autopresentado como “uno de los pensadores de referencia del management
internacional”, que impuso como categorías para referir comportamientos humanos
en situaciones de consumo y relaciones con empresas.
La especialidad también se denomina clienting, y procura
desarrollar estrategias para fidelizar a las personas.
“Terrorista” es aquel individuo disconforme y poco leal;
“mercenario”, el fácil de fidelizar a cambio de algo; “apóstol”, el satisfecho,
que no precisa estímulos.
En las capacitaciones, Metrovías comenzó a aplicar esos
términos a los usuarios.
Actividades
Lo primero que se supo fue que hacían la vuelta carnero.
Que se reunían en su horario laboral y cumplían consignas de
los capacitadores, como ser: dar la vuelta carnero y, al emerger de la pirueta,
decir la primera palabra que les viniera a la cabeza.
La experiencia abarcaba a personal de tráfico y estaciones,
que debían asistir para ello al auditorio de Central, las oficinas que
Metrovías tiene en Bartolomé Mitre al 3300.
Duró sólo dos días, o un poco menos.
“Hay compañeros de 58, 59 años, con más de 20 años de
trabajo, no están para eso”, contó Enrique Ro-ssito, vocero de los
metrodelegados.
También, contaron empleados de Metrovías, los capacitadores
pedían hacer “mímica, juegos, y otras pelotudeces”.
Por eso, en medio de la sesión alguien decía “hagamos una
asamblea, muchachos”, y aun ante la protesta de los capacitadores se suspendía
la actividad.
Al tercer día, separaron los grupos: personal de tráfico por
un lado, personal de estaciones y boleteros por otro.
“No nos aguantaron más en Central”, contó uno de los
protagonistas de la asamblea a este diario.
Existió tensión, “pero esa situación ya pasó”, dijo hace
pocos días a este diario un vocero de Metrovías, antes de explicar que “la
capacitación ingresó en su segunda etapa”.
La empresa explicó que el plan es aprovechar las ocho
semanas de parate para desarrollar “un programa de capacitación integral para
todo el personal que hace foco en dos ejes fundamentales: formación técnica
sobre la nueva flota y capacitación en calidad del servicio y seguridad
operacional”.
Recién el martes pasado una formación nueva recorrió el
trayecto entre Primera Junta y Nazca.
Hasta ese día, todos los guardas, conductores y maniobristas
“cumplían horario tomando mate y nada más”, esperando “que pasara el tiempo
porque no había curso ni nada para hacer”.
La propia empresa reconoció a este diario que los
conductores y guardas –“el personal de tráfico”– comenzaron “esta semana (por
la que acaba de pasar) la capacitación téorico/práctica para el manejo de los
nuevos coches”.
A Página/12 los trabajadores que debían recibirlos contaron
que recién el martes, a semana y media de cerrada la línea, comenzaron a ver
algunos manuales traducidos al español.
De todos modos, personal de tráfico dijo a este diario que
no tenían certeza de que ese material fuera a “cubrir las necesidades de los conductores”,
porque aunque Metrovías les advirtió que “si podían manejar los coches Fiat
(los más nuevos que ya circulaban), esto es igual”, muchos conductores “nunca
tuvieron capacitación para eso”.
Simplemente, un día, por necesidad, se sentaron y condujeron,
siguiendo algunos consejos de sus compañeros.
Para el personal de tráfico, Metrovías planeó una
capacitación técnico/teórica de 30 horas, el trabajo de una semana cumpliendo
su horario.
“Tanto apuro por cerrar y ahora nos tienen en stand by, no
pasa nada.
Es lo que decíamos: no era necesario el cierre éste”, dijo
un trabajador de señales.
El programa
Al personal de estaciones y boletería le cambiaron el lugar:
desde hace días ya no concurren a Central sino a Avenida de Mayo y Perú, a las
oficinas del Centro de Capacitación y Desarrollo (CCyD) que alquila Metrovías.
Antes, asegura la empresa, todos ellos participaron “de una
charla técnica dictada por los ingenieros de Metrovías que llevan adelante las
pruebas dinámicas, con la finalidad de que conozcan las características de la
nueva flota y puedan evacuar todas sus dudas”, algo que varios de esos
trabajadores desmintieron en diálogo con este diario.
“La semana pasada fue la de los problemas, el lunes fuimos a
Polvorín por primera vez (el taller mecánico de los trenes del subte), el
martes vimos una de las formaciones nuevas en Puán”, contó uno de ellos.
En CCyD, capacitadores que Metrovías reconoce como personal
propio brinda “actividades programadas que contemplan calidad de servicio y
atención al pasajero, sistemas de información operativos, comunicaciones,
seguridad e higiene y salud en el trabajo (con un módulo de prevención de
adicciones)” para boleteros y empleados de estaciones.
Este diario tuvo acceso a los manuales usados para esos
encuentros en los que los empleados de Metrovías sienten que “nos estudian
nuestras reacciones, son todos ejercicios como de psicotécnico y la gente no
quiere hacerlos” porque piden “formación en subte”.
–¿Qué sería “formación en subte”?
–En lugar de que traten de hacernos
análisis psicológicos, que nos den instrucción técnica.
Mecánica, electricidad, frenos,
señales, cómo funcionan, y cómo hacer algún arreglo o alguna intervención de
emergencia si es necesario.
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