domingo, 27 de enero de 2013

Neo Militancia y Clienting ideológico.



Cualquier coincidencia con el Clivaje Izquierdas-Derechas de la “Nueva Política”, no es fruto de azar, sino consecuencia de lobotimización provocada por los “personal trainer” electorales; financiados por los Luis Barcena y Carlos Mulas.



Militancia Online

 


“Terrorista”, “mercenario”, apóstol”.
Esas son las categorías que estipuló Luis Huete, autopresentado como “uno de los pensadores de referencia del management internacional”, que impuso como categorías para referir comportamientos humanos en situaciones de consumo y relaciones con empresas.
La especialidad también se denomina clienting, y procura desarrollar estrategias para fidelizar a las personas.
“Terrorista” es aquel individuo disconforme y poco leal; “mercenario”, el fácil de fidelizar a cambio de algo; “apóstol”, el satisfecho, que no precisa estímulos.
En las capacitaciones, Metrovías comenzó a aplicar esos términos a los usuarios.


Actividades

Lo primero que se supo fue que hacían la vuelta carnero.
Que se reunían en su horario laboral y cumplían consignas de los capacitadores, como ser: dar la vuelta carnero y, al emerger de la pirueta, decir la primera palabra que les viniera a la cabeza.
La experiencia abarcaba a personal de tráfico y estaciones, que debían asistir para ello al auditorio de Central, las oficinas que Metrovías tiene en Bartolomé Mitre al 3300.
Duró sólo dos días, o un poco menos.
“Hay compañeros de 58, 59 años, con más de 20 años de trabajo, no están para eso”, contó Enrique Ro-ssito, vocero de los metrodelegados.
También, contaron empleados de Metrovías, los capacitadores pedían hacer “mímica, juegos, y otras pelotudeces”.

Por eso, en medio de la sesión alguien decía “hagamos una asamblea, muchachos”, y aun ante la protesta de los capacitadores se suspendía la actividad.
Al tercer día, separaron los grupos: personal de tráfico por un lado, personal de estaciones y boleteros por otro.
“No nos aguantaron más en Central”, contó uno de los protagonistas de la asamblea a este diario.

Existió tensión, “pero esa situación ya pasó”, dijo hace pocos días a este diario un vocero de Metrovías, antes de explicar que “la capacitación ingresó en su segunda etapa”.
La empresa explicó que el plan es aprovechar las ocho semanas de parate para desarrollar “un programa de capacitación integral para todo el personal que hace foco en dos ejes fundamentales: formación técnica sobre la nueva flota y capacitación en calidad del servicio y seguridad operacional”.

Recién el martes pasado una formación nueva recorrió el trayecto entre Primera Junta y Nazca.
Hasta ese día, todos los guardas, conductores y maniobristas “cumplían horario tomando mate y nada más”, esperando “que pasara el tiempo porque no había curso ni nada para hacer”.
La propia empresa reconoció a este diario que los conductores y guardas –“el personal de tráfico”– comenzaron “esta semana (por la que acaba de pasar) la capacitación téorico/práctica para el manejo de los nuevos coches”.
A Página/12 los trabajadores que debían recibirlos contaron que recién el martes, a semana y media de cerrada la línea, comenzaron a ver algunos manuales traducidos al español.
De todos modos, personal de tráfico dijo a este diario que no tenían certeza de que ese material fuera a “cubrir las necesidades de los conductores”, porque aunque Metrovías les advirtió que “si podían manejar los coches Fiat (los más nuevos que ya circulaban), esto es igual”, muchos conductores “nunca tuvieron capacitación para eso”.
Simplemente, un día, por necesidad, se sentaron y condujeron, siguiendo algunos consejos de sus compañeros.

Para el personal de tráfico, Metrovías planeó una capacitación técnico/teórica de 30 horas, el trabajo de una semana cumpliendo su horario.
“Tanto apuro por cerrar y ahora nos tienen en stand by, no pasa nada.
Es lo que decíamos: no era necesario el cierre éste”, dijo un trabajador de señales.

El programa

Al personal de estaciones y boletería le cambiaron el lugar: desde hace días ya no concurren a Central sino a Avenida de Mayo y Perú, a las oficinas del Centro de Capacitación y Desarrollo (CCyD) que alquila Metrovías.
Antes, asegura la empresa, todos ellos participaron “de una charla técnica dictada por los ingenieros de Metrovías que llevan adelante las pruebas dinámicas, con la finalidad de que conozcan las características de la nueva flota y puedan evacuar todas sus dudas”, algo que varios de esos trabajadores desmintieron en diálogo con este diario.
“La semana pasada fue la de los problemas, el lunes fuimos a Polvorín por primera vez (el taller mecánico de los trenes del subte), el martes vimos una de las formaciones nuevas en Puán”, contó uno de ellos.

En CCyD, capacitadores que Metrovías reconoce como personal propio brinda “actividades programadas que contemplan calidad de servicio y atención al pasajero, sistemas de información operativos, comunicaciones, seguridad e higiene y salud en el trabajo (con un módulo de prevención de adicciones)” para boleteros y empleados de estaciones.
Este diario tuvo acceso a los manuales usados para esos encuentros en los que los empleados de Metrovías sienten que “nos estudian nuestras reacciones, son todos ejercicios como de psicotécnico y la gente no quiere hacerlos” porque piden “formación en subte”.

–¿Qué sería “formación en subte”?

–En lugar de que traten de hacernos análisis psicológicos, que nos den instrucción técnica.
Mecánica, electricidad, frenos, señales, cómo funcionan, y cómo hacer algún arreglo o alguna intervención de emergencia si es necesario.


Militancia Unplugged