jueves, 5 de noviembre de 2015

@omixmoron tiene toda la Razón, Compañeros.

Churchill, como Massa, gano una Guerra y perdió las elecciones.

Como consuelo para el “viejo sicótico”, caracterización de todos sus subordinados militares, le otorgaron el Premio Nobel de Literatura; el mismo que los suecos le negaron a Borges.

Lo más llamativo de las elecciones británicas de 1945, aparte de calificar al Laborismo como Gestapo y publicar "The Road to Serfdom" de  Friedrich Hayek con insumos “reservados” para el “esfuerzo de Guerra”, que se le negaban a los otros partidos,

Fue que sufragio de los ciudadanos enrolados, y destinados a los frentes de combate, del Pacifico a Alemania, del Norte de África al Océano Ártico; votaron contra su Señor de la Guerra.

Churchill y las elites británicas luchaban por el Imperio, y las working class luchaban por el suelo patrio, y solo por él.

Un error muy común en la planificación de las campañas electorales.

El futurible de Sergio depende de la eficacia del “rifle sanitario” de los ultras combinados con las necesidades “electorales” de los amarillos.

Cambiemos se prepara para cubrir 10.000 cargos

Son los puestos a llenar si además de la ciudad y la provincia gana la Presidencia; apunta a empresarios del sector privado.

La nota, que se queda corta con las estimaciones, trata un tema que ya publicamos en reiteradas oportunidades en este blog.

Y puede ser interpretada en más de un sentido; desde la “eficacia administrativa” hasta el “refugio laboral” frente a las “consecuencias” de las medidas económicas.

Que no por casualidad genero un revuelo en el gallinero de la UIA.

En fin, Volveremos y seremos Bane, más que el Cafiero de los 80. 


1 comentario:

  1. La gente acaba de entrar al super, Manolo.

    Van con el carrito. Miran la oferta, analizan parsimoniosamente.

    Si algo no les gusta lo meten en el tele beam y le dan un par de vueltas.

    Miran si el precio, tan barato, se compadece con la calidad. Miran las terminaciones, si los tornillos están bien ajustados, si lo fabricaron en Corea, China o Taiwan.

    Tiene un par de semanas más para decidirse. Cada mínimo gesto, a derecha e izquierda, suma. O resta. Restan Aníbal y Melconián. Suman Lavagna y Frigerio. Y sabe que no compra jabón en polvo, está comprando el autito que los lleva al futuro.

    Calma. Los dados no terminaron de rodar. Por más que Clarín y LaNación nos digan que es un once, puede ser un siete.

    Paciencia. No nos almorcemos la cena.

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