“Cabeza
fria, corazon caliente y culo en tierra”; directiva de
Peron, metralleta en mano, a Roberto Galan en Caracas; frente al
asalto de los comandos de la Marina en 1958.
Rememorado por
Enrique Olivera (Francois Lepot) en una charla de 1986, sobre la
biografia de Joseph Page.
De Resistencia a
Palermo.
"Parece
que a la gente nada le mueve el amperímetro; somos nosotros y los
medios los que estamos a mil, pasados de vueltas, como si esto fuera
a vida o muerte".
Ese
expresivo reconocimiento no constituye una novedad de la sociología
política.
Es
solo la constatación de una brecha característica: la que separa al
poder de la sociedad, a las elites del pueblo.
Diversos
factores, como la apatía y la desafección políticas, explican este
fenómeno universal de las democracias.
En ese
contexto, la Argentina asiste a una campaña electoral que como pocas
se distingue por un rasgo: la brecha entre la pasión agonal de los
políticos y la estabilidad emocional de los votantes
El equilibrio
de la opinión pública se observa en dos planos.
Primero, en la
reacción ante acontecimientos de gran trascendencia, como la muerte
del fiscal Nisman, las presiones sobre el juez Fayt, los casos de
corrupción, la crisis de los holdouts y los paros nacionales.
Y segundo, en
la evolución de la intención de voto a los candidatos
presidenciales.
Los que
esperaron que durante los últimos meses la mayoría reaccionara con
emoción o cambiara su preferencia electoral quedaron desconcertados.
Los
acontecimientos tuvieron respuestas focalizadas.
Fueron
las minorías intensas las que expresaron interés, adhesión o
rechazo, pero nunca mutó masivamente el humor social ni cambió el
modo de votar.
La
estabilidad se acentuó durante 2015.
….....
Los políticos,
al borde de un ataque de nervios, interpelan a los encuestadores y
éstos, con mínimas variaciones, les repiten las cifras inamovibles,
desesperantes: 40, 30, 20.
A ninguno le
alcanza para estar tranquilo.
Y la aguja no
se mueve.
La
inmutabilidad de los votantes no se traduce en una película, sino en
una fotografía.
La Argentina
electoral permanece estática, fijada en un plano.
Allí pueden
leerse, e interpretarse de distintas maneras, las distribuciones de
opiniones, actitudes y comportamientos de los votantes.
Los
clivajes, como los denominan los politólogos.
Estas
divisiones son endiabladas y difíciles de descifrar, las piezas no
encajan fácilmente.
Una
mitad aprueba al Gobierno, la otra mitad lo desaprueba; el 62%, sin
embargo, votó a la oposición y el 38% al oficialismo; otro 61%, no
obstante, prefirió candidatos peronistas y sólo el 39% a los que no
lo son.
Por
último, apenas el 25% quiere cambiar todo lo que hizo este gobierno,
mientras el 55% desea transformaciones parciales y el 20% mantener
las políticas vigentes.
En torno a
este críptico retrato se definirá la elección presidencial.
Con
el pueblo impasible y la elite estresada.
Pero
habrá que aguardar el desenlace”
De Palermo a
Resistencia.
“Roberto,
¿trajeron cigarrilos y yerba?, porque esto va para largo”;
Enrique Olivera (Francois Lepot), lanzando una carcajada al recordar
la impasibilidad del General frente al estres del tiroteo.
PD para los
cazadores de becas y subsidios; como plantea Joseph Page en la nota
de Natanson en 2005; hay mucho material nuevo sobre JDP en USA.
Sin hablar de los
reservorios de Moscu y Londres, aun “virgenes” de investigacion
academica.