martes, 27 de marzo de 2007
INSATISFACCION AL CUADRADO
General Disorder
La derecha no adopta el discurso progresista por ser mejor, lo hace porque se quedo sin argumentos propios.
Con K tiene tres diferencias, dos son de maquillaje.
1/Los modales del mismo K y los de Moreno.
Lo de los modales es pura chicana, y el toqueteo de los mercados y los índices no es muy diferente a la veda de carne y el índice descarnado de Joe.
2/La alianza con Chávez
La alianza del Proceso con la URSS, granos por plata y apoyo contra la campaña antiargentina ¿en qué se diferencian con lo actual?
3/La dependencia electoral del GBA, este es el tema crucial.
Toynbee, escribió “Ciudades en marcha”, donde le dedica todo un capitulo a las plebes de las ciudades capitales.
La cercanía física ejerce una presión que obliga a negociar o reprimir, por supervivencia política nadie reprime a sus propias bases.
Menem lo sabia, por eso su base siempre fue el interior y nunca intento, seriamente, discutir el liderazgo de Duhalde en Buenos Aires.
El cambio de capital de Alfonsin, fue en la época donde la presión de Ubaldini era mayor.
¿De la Rua habría colapsado si la sede era Carmen de Patagones?
Hoy la Concertación chilena y su exitoso modelo esta en crisis, no solo se sublevo el transeúnte, también se sumaron los pingüinos.
Si los adolescentes secundarios, que son los herederos del modelo, no creen tener futuro, ¿cómo sostenes el sistema?
Como podes administrar si la plebe desconoce tu autoridad.
¿Sacas de la tumba al Augusto, para que imponga el orden?
Si recordas, me llamaba la atención el 35% de Barrionuevo en Catamarca.
En Entre Ríos los aparatos del PJ y la UCR le ganaron al Frente de la Victoria
Delia sale a defender a los intendentes ante la embestida de Cevallos y la Transversalidad.
No lo hace porque los quiera, se siente el disconformismo, no solo por el bardeo sino por el incumplimiento.
Ahí es donde apuntan Duhalde, Alfonsin y el Cardenal.
Sobre los números Macro, Lavagna tiene tanto derecho como K, sino más.
Si a esto le sumas “el no” a Devido y la promesa de Justicia Social, la cosa se pone peluda.
Podes dudar de la “sensibilidad social” de Fraga o del Sr. Pálido, pero del Bañero, el Patriarca y Su Eminencia no.
Se sabe que no se va a ganar, pero se lo puede cuestionar.
El cuestionamiento viene por la diferencia de porcentaje, no es lo mismo el 50% que el 41%.
Aunque no se llegue al balotaje.
Es como el enfrentamiento entre Hezbollha e Israel.
Si él mas fuerte no te aplasta, y seguís entero es una victoria, el tiempo empieza a correr a tu favor.
sábado, 24 de marzo de 2007
RECORDANDO A LOS OLVIDADOS
24 de Marzo, que más se puede decir que no se haya dicho en discursos oficiales y editoriales periodísticos.
Después de leerlos, me entro un desasosiego que no podía evitar,
Sentía que faltaba algo que era importante.
No podía explicármelo, pero esta omisión dejaba sin sentido al golpe.
Es como si una mañana, las FFAA decidieran, “porque se me canta” voltearla a Isabelita.
Todos los calificativos sobre su gobierno, podrán ser ciertos, pero faltaban meses para elegir nuevas autoridades.
La guerrilla estaba desarticulada, las conducciones se habían exiliado.
El peronismo, como fuerza política, estaba dividido y desprestigiado en los sectores medios.
Era muy probable que perdiera las elecciones.
Entonces ¿Por qué el golpe?
El “arzobispo” Hard me dio una punta, esto sumado a lo dicho por Artemio a La Nación, me hizo un clic.
“1-Memoria y organización social y particularmente gremial disponible.Capital simbólico alto.”
Decía en su post “Chávez versus Pierre o Kofi Annan vuelve”, del 21 de Febrero.
Para compartir lo olvidado, pego parte del artículo Movimiento obrero argentino de Wikipedia.
1973-1976 (Peronismo)
El 25 de mayo de 1973 el peronismo vuelve al poder después de 18 años de proscripciones, al ganar las elecciones por amplio margen.
Poco después el presidente Cámpora renuncia para desencadenar una nueva elección en la que Perón triunfa por el margen más amplio de la historia electoral argentina.
En este período se sancionó una avanzada Ley de Contrato de Trabajo (Ley 20.744) y una nueva Ley de Asociaciones Profesionales, fuertemente protectora del sindicato único y que permitía expresamente su actuación política.
Se reconoce también la participación de la CGT en la dirección de diversos organismos estatales, como la Dirección Nacional de Servicio de Empleo, el Instituto Nacional de Remuneraciones, la Comisión Nacional de Trabajo Rural, la Comisión Nacional de Precios y Salarios, la Comisión de Cooperación Económica, la Comisión Económica Consultiva, la Comisión de Emergencia Sanitaria, etc.
Al mismo período corresponde la experiencia de autogestión de la empresa estatal de electricidad SEGBA.
Pero el período de 1973-76 se caracterizó por sobre todas las cosas por un nivel de división, enfrentamiento y violencia entre los distintos sectores de la sociedad argentina, que hizo fracasar cada uno de los proyectos intentados, sobre todo a partir de la muerte de Perón.
Luego de la muerte de Perón en 1974 los dirigentes sindicales peronistas incrementaron su poder político, lo que llevó a destacar el rol de las 62 Organizaciones.
Pero, inversamente, relegó el papel de las estructuras sindicales y en particular de la CGT, debilitada a partir del asesinato de José Ignacio Rucci en 1973.
Al mismo tiempo, se abandona la línea estratégica impulsada por Perón, fundada, socialmente en el Pacto Social entre empresarios (CGE) y trabajadores (CGT), y políticamente en el acuerdo PJ-UCR para impulsar un sólido sistema bipartidista.
En julio de 1975 el gobierno peronista toma la decisión de anular los nuevos convenios colectivos debido a que incluían importantes aumentos salariales establecidos para intentar compensar la cada vez más alta inflación desatada a partir de la muerte de Perón.
La CGT respondió con un paro general de 48 horas y una gigantesca movilización a Plaza de Mayo que obligo al gobierno a homologar los convenios colectivos anulados, y produjo la renuncia del ministro de Economía, Celestino Rodrigo y de López Rega, quien conducía clandestinamente el grupo parapolicial llamado la Triple A.
Este episodio conocido como "el rodrigazo", selló la suerte del gobierno peronista.
El golpe de estado ya se había puesto en marcha.
El grupo de dirigentes sindicales de las 62 Organizaciones y peronistas moderados que se hicieron cargo del gobierno no tenía proyecto alguno.
Los sindicatos se limitaron a tratar cada uno por su cuenta de lograr mejoras salariales para compensar la inflación incesante.
En noviembre de 1975 los grandes grupos empresariales constituyeron la Asamblea Permanente de Entidades Gremiales (APEGE) que impulso una "huelga patronal rural" (lock out) que paralizó las actividades rurales.
Los más importantes grupos empresariales fueron criticados por promover el desabastecimiento, el mercado negro, el acaparamiento, y demás formas de lo que se denominó entonces "subversión económica".
Se planteó entonces la posibilidad de establecer sistemas de control de la producción y la distribución por parte de los trabajadores.
En ese sentido, al momento del golpe de estado del 24 de marzo de 1976, un proyecto del senador Pennisi, disponía el control de las 500 empresas líderes por parte de los sindicatos y ya había obtenido media sanción en la Cámara de Senadores, en tanto que el Ministerio de Economía había dictado las resoluciones 8011/75 y 8012/75 disponiendo la constitución de comités sectoriales que tendrían a su cargo la fiscalización de las empresas, pero que no llegaron a ser instrumentados.
También se había presentado un proyecto del ministro de economía de crear un Instituto Nacional de Remuneraciones, Productividad y Participación, que contemplaba la participación de los trabajadores en la gestión de la empresa orientada a vincular productividad y salarios.
Los grupos empresariales rechazaron de plano el proyecto sosteniendo que era "sovietizante".
A principios de marzo de 1976 los grandes grupos económicos declaran un paro general de actividades (lock out), en un contexto de "disolución del Estado" y poco días después se produce el golpe militar.
1976-1983 (Proceso de Reorganización Nacional)
El 24 de marzo de 1976 se produce el golpe de estado que derroca a la presidenta María Estela Martínez de Perón y da origen al “proceso” más oscuro de la historia argentina.Una nueva categoría represiva, el “desaparecido”, entró de lleno a la historia mundial.
Se estima que entre 15.000 y 30.000 personas “desaparecieron” entre 1976 y 1983, la gran mayoría trabajadores, dirigentes y activistas sindicales.
El plan represivo estaba íntimamente ligado a un plan de reorganización económico-social dirigido por el ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz, al que siguieron Alemann, Dagnino Pastore, Whebe y Sigaut.
El objetivo central del plan fue desmontar el Estado de Bienestar.
Se instaló un sistema económico organizado alrededor de un sistema financiero de tipo especulativo.
La deuda externa pasó de 7.000 millones de dólares en 1976 a 66.0000 millones de dólares en 1983.
Los salarios pasaron de representar el 42% del PBI en 1974 al 25% en 1976 y al 19% en 1981.
Apareció la desocupación, que llegó hasta un 9%, como fenómeno social, aunque aún no masivo, como será a partir de la década del 90.
Uno de los objetivos declarados del régimen militar fue destruir el que se denominaba “poder sindical” y restablecer la "disciplina laboral".
Así lo precisó con claridad el Ministro del Interior, General Harguindeguy:
-
- "La unidad sindical atenta contra los principios liminares del Proceso."
En el mismo sentido, uno de los secretarios económicos, Juan Alemann, señalaba en 1983, que uno de los principales logros del gobierno militar había sido multiplicar la cantidad de sindicatos, llevándolos "de algo más de 500 en 1976 a más de 1500 en la actualidad"
Casi todos los sindicatos fueron intervenidos.
Se disolvió la CGT.
Se obligó a los sindicatos a separarse de sus obras sociales.
Se anuló la representación sindical en los organismos previsionales, bancarios y de seguridad social.
La huelga fue penada criminalmente con 6 años de prisión para los trabajadores que simplemente participaran en una huelga y 10 años para los dirigentes sindicales que la organizaran.
Se llegó hasta fusilar sumarísimamente a trabajadores en huelga:
-
- "El Comando de la Zona I informa a la población que el 2 de noviembre, en horas de la noche, en las proximidades de Plaza Constitución, una patrulla de las fuerzas leales sorprendió a un activista que incitaba al cese de actividades y trataba de impedir la concurrencia al trabajo de algunos operarios, siendo abatido por el fuego. Se procura su identificación. Las fuerzas legales cumplieron con su misión impuesta tendiente a asegurar la libertad de trabajo". (Abós,36)
Se anularon decenas de conquistas establecidas en la Ley de Contrato de Trabajo.
Se dejaron sin efecto por ley decenas de convenios colectivos de trabajo.
Se aplicó una ley de prescindibilidad por “razones subversivas” a millares de empleados públicos.
Se congelaron los salarios con récords mundiales de inflación.
Se indexaron los alquileres y los créditos hipotecarios.
Se sancionó una nueva Ley de Asociaciones Profesionales que prohibía las centrales y las confederaciones, la actividad política de los sindicatos, y fomentaba los sindicatos por empresa.
El proceso de desindustrialización comenzó a producir la caída de los sectores de obreros industriales y el aumento de los trabajadores de servicios.
El movimiento obrero argentino opuso una considerable resistencia a la dictadura militar.
Ya desde el primer mes se registran importantes huelgas sectoriales (como la de la electricidad que causó la desaparición de Oscar Smith, mecánicos, portuarios, ferroviarios en la que fueron fusilados varios dirigentes sindicales) y en 1979 la primera huelga general, decretada por la Comisión de los 25.
Para tener una idea comparativa de lo que ello implicaba en el gran campo de concentración en el que se habían convertido los países del Cono Sur, vale la pena tener en cuenta que en Uruguay, la primera huelga sectorial (colectivos y taxis) se produce en 1981, 9 años después del golpe y la primera huelga general en 1984, 11 años después del golpe.
En tanto que en Chile la primera huelga sectorial y la primera huelga general se producen casi 10 años después del golpe militar de Pinochet.
Luego del golpe militar, con la CGT intervenida y luego disuelta, el movimiento obrero argentino se organiza en varios grupos, como la Comisión de los 25, la Comisión de Gestión y Trabajo, la Comisión de los 20 y otros.
La Comisión de los 25 era reconocida por la CIOSL con representante del movimiento obrero argentino, provisoriamente.
Por esos años el movimiento obrero argentino empieza a aceptar la importancia de vincularse a los demás movimientos obreros del mundo.
En 1975 la CGT se había afiliado a la CIOSL (Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres) de orientación socialdemócratas.
El sindicalismo peronista siempre había sido muy reacio a impulsar las relaciones internacionales (con excepción de un fallido intento en la década de 1950, llamado ATLAS).
Durante el régimen militar tanto la CIOSL, y las Federaciones Sindicales Internacionales (FSI) vinculadas a ella, como la CMT (Confederación Mundial del Trabajo) de orientación socialcristiana, desarrollaron una fuerte acción de solidaridad con el sindicalismo argentino, que se convirtió en un serio problema para la Junta Militar.
Solo la FSM (Federación Sindical Mundial) que agrupaba a los sindicatos comunistas, se negó a criticar a la dictadura argentina, en línea con la posición de la Unión Soviética, de entonces, que vetaba sistemáticamente las condenas por violación de los derechos humanos en nuestro país.
En 1979 la Comisión de los 25 llama a la primera huelga general a la que se opone la CNT.
En septiembre de 1979 se concreta una central única llamada CUTA (Central Única de los Trabajadores Argentinos), pero que duró menos de un año.
En 1981 la Comisión de los 25 crea la CGT, y llama a un nuevo paro general.
En septiembre de 1981 una importante manifestación sindical de la CGT Brasil a la iglesia de San Cayetano se constituye en el primer reclamo masivo para terminar con la dictadura militar.
El 30 de marzo de 1982 la CGT Brasil convoca a una movilización a Plaza de Mayo que fue masiva y terminó con miles de detenidos.
La Comisión de los 20 y la CNT forman la Intersectorial.
Acorralada por la protesta social, la dictadura militar se embarca en la aventura y desastre de la Guerra de Malvinas, que arrastrará a las Fuerzas Armadas a un colapso institucional que se volverá estructural luego de que se hiciera público la violación masiva de derechos humanos durante "el Proceso" militar.
Luego de la Guerra de Malvinas, y con el régimen en retroceso las huelgas y las protestas se multiplicaron.
Los grupos sindicales se dividen en dos: la CGT Brasil (Ubaldini) y la CGT Azopardo (Triacca).
El 22 de septiembre de 1982 la CGT Brasil convoca a una huelga general con movilización a plaza de Mayo bajo el lema “Paz, Pan, Trabajo”, con alto acatamiento.
El 6 de diciembre de 1982 la CGT Azopardo realiza una huelga general que resultó en un paro total, y que se repitió el 28 de marzo de 1983.
El 16 de Octubre de 1983, dos meses antes de que se establezca un régimen democrático estable en Argentina, se concreta la unidad de las centrales obreras, con la denominación de CGT, con una representación de casi 4 millones de trabajadores sindicalizados, el 56% de los asalariados argentinos.
El 10 de diciembre de 1983, el presidente Alfonsín de la UCR, asume como presidente democrático, para convertirse en el primer presidente democrático en iniciar un proceso no interrumpido por un golpe militar de la historia argentina.
Bibliografía
- Abós, Alvaro (1984), Las organizaciones sindicales y el poder militar (1976-1983), Buenos Aires: CEAL. ISBN 950-25-0059-8.
- Alemann, Juan: "Declaraciones", en Primera Plana.- 30(21): 1983.-
- Harguindeguy, Albano: "Crónica periodística", en Clarín.- 20 de abril de 1979(-): .-
jueves, 22 de marzo de 2007
Hembra Poderosa
El martes a la noche vi a la Dra. Carrio en el programa de Julio Blanck.
La entrevista iba por carriles normales, hasta el momento que la Dra. comparo la incomprensión del periodismo con la de sus ex maridos.
Ante el rubor de Blanck, aclaro que los quiere, a los periodistas, como a sus ex.
Hasta ese momento, consideraba el tono de seducción inteligente que utilizaba como irrelevante.
Pero cuando Blanck cerro el programa, me di cuenta que él se comportaba como un macho frustrado y ofendido.
Que le otorgue la medalla de plomo por el desconcierto de sus seguidores del ARI, puede ser razonable.
Pero la fotografía que la enmarcaba, era terrible.
Vestida de negro, con kilos de más, el cutis brilloso y su cabello desordenado, daban la idea de la Pitia.
No tuvo mejor idea que decir que, por supuesto ahora estaba esplendida, nada que ver con la fotografía.
Julito, sos un ridículo, por no decir pajero.
En las reglas del juego de Poder masculino, una mujer fuerte, es una igual con la que se puede discutir y negociar.
Tiene como extra, el placer de relojear el escote o las piernas.
Lilita no quiere jugar con estas reglas.
Ella quiere ser una Hembra Poderosa, usar las reglas del Poder femenino.
En la vida diaria estas mujeres, son la que se hacen cargo en los velorios, enfermedades y fiestas del orden interno.
Van dando órdenes y repartiendo funciones entre los presentes.
Usan diminutivos para nombrarte, y te tratan como párvulos, aunque tengas 50 años y tres doctorados o 10 muertos en tu haber.
Su autoridad es incuestionable, ¿Quién discute con una madre?
Ella mejor que nadie, sabe lo que te conviene.
Te exige el arrepentimiento para volver a acogerte entre sus amorosos brazos.
Aun en las sociedades machistas su poder es palpable.
La mamma mediterránea en versión siciliana, judía o árabe es conocida por todos.
En el Hombre Quieto, de John Ford, Maureen O'Hara regaña a John Wayne y Victor McLaglen, después que estos se pasaron kilómetros peleando a puñetazos y parando en las tabernas para refrescarse.
Su comportamiento político seria entendido por de Staël, Récamier , Sophie de Condorcet
Como esta ultima, maniobra entre la seducción y la intimidación de la expulsión de la tertulia.
Su enfrentamiento con Sarmiento, es clásico y el lo recuerda avergonzado en una carta.
Los cargos públicos, son mas una carga que una oportunidad.
La Dictadura de la Tertulia y su poder de influencia, decidiendo lo correcto y lo inadmisible, es más divertido.
Porque los hombres nunca dejamos de comportarnos como chicos malcriados.
Después de todo lo dicho, Lilita nunca me va a invitar a la tertulia.
martes, 13 de marzo de 2007
Insatisfacción
En lo del amigo Escriba salto el tema de la insatisfacción por inexistencia de una política de promoción e inclusión social efectiva.
Ahora, si venimos de acá, y estamos como estamos, ¿por que estoy insatisfecho, si se logro tanto?
¿Que es lo que me pondría a cantar el tema de los Rollings?
Estar como en 55 y el 75.
50 y 50, ni más, ni menos.
No pueden decirme que este incumplimiento esta sustituido por la actividad del Napia Moreno.
Es como comparar a Florencia de la V con Florencia Peña.
Si estas en Devoto, lo entiendo, pero si queres futuro tu pareja tiene que ser una mujer.
¿Por qué?, porque el futuro son los hijos, los propios no los adoptados.
Si no revertimos la situación del “núcleo duro”, tendremos excluidos de 2° generación.
Y estos no son excluidos, son desposeídos.
No tienen futuro, son irrecuperables para el estudio, para un trabajo bien remunerado, para una salud que le permita una vida digna.
En vez de organizarlos la fe religiosa, la idea política o el sindicato, lo va hacer la Mara o los carteles narcos, como en Centro América o en Brasil.
Y la inclusión social es como una mujer, te permite reproducirte, y como la vieja de uno, es Salud, Educación, Alimento y Afecto.
En cambio Florencia de la V, en cualquier momento te dice, “Mi amor, ahora te toca a vos”.
No me pueden decir que los problemas Macro no lo permiten.
Ya lo dijo el compañero Rudi:
“….un país es mucho más que un conjunto de normas monetarias, financieras y fiscales”
Tal como estamos, hasta el penúltimo plan de coloniaje te corre por izquierda, fíjate:
Gran parte del problema fiscal tiene que ver con el federalismo fiscal, con el diseño y la aplicación de un pacto fiscal que lleve a compartir responsabilidades y recursos de una forma financieramente sostenible.
La evasión de impuestos y la corrupción -y la tolerancia gubernamental con ellas deben
Argentina no es el primer país que tiene problemas de recaudación tributaria.
Hay soluciones efectivas disponibles y deben ser impuestas.
Un servicio civil más profesional y reformado será particularmente útil.
Comprometer a las provincias en el esfuerzo, con un mínimo básico de coparticipación de alrededor del 30%, pero con fuertes incentivos para la recaudación local de los impuestos y la mejora de sus ingresos, es parte de la respuesta.
La proporcionalidad en la coparticipación no es suficiente.
Quizás debería darse a las provincias, más de un peso por cada peso extra de recaudación acordada por encima de cierto umbral.
Además, dadas las ventajas que una estructura impositiva simple tiene para fiscalizarla, aquí no hay espacio para elaborar un nuevo código tributario complejo.
Debe simplificarse a un sistema conciso y elemental – uniforme.
…..ahora necesita un inmediato incremento de la productividad de la mano de la tan postergada inversión y la erradicación de la corrupción como una manera de vivir.
El mecanismo de incentivo en el nuevo sistema tributario debería contribuir a controlar la corrupción a nivel provincial.
Los trabajadores deberían convertirse en accionarios de las empresas, participando en la distribución de ganancias.
Además de las ventajas de la flexibilidad de dicho sistema, agregaría, un mecanismo adicional de monitoreo de los beneficios y de la evasión fiscal.
Es mas, para los que dicen que apoyo el “roban, pero hacen”
Entonces, si el finado, al cual Paul Krugman hizo un panegírico, lo plantea como posible y necesario, ¿Por qué carajo no lo hacemos?
Buenas noches y un abrazo a todos
lunes, 12 de marzo de 2007
Cuando las piedras eran una opción
A Fede Vázquez, le debo una disculpa por no haber tenido tiempo para chequear que él es el autor de:
Por todo lo que esta pasando, quiero recordar lo que se presentaba en el 2002 como alternativa seria para nuestro país.
ARGENTINA: UN PLAN DE RESCATE QUE FUNCIONERicardo Caballero y Rudi Dornbusch
Argentina está a la espera del próximo rescate, un nuevo envío del FMI que no contribuirá a resolver sus innumerables problemas económicos, políticos y sociales.
Por supuesto, todos saben que esa no es la solución pero es más fácil que tomar el camino no convencional de una reforma radical.
La verdad es que la Argentina está quebrada.
Está quebrada económica, política y socialmente.
Las instituciones no funcionan, el gobierno no es respetable, su cohesión social ha colapsado.
Con rupturas de esta naturaleza no es sorprendente que la respuesta sea la reconstrucción más que la vía rápida de un apoyo financiero.
Argentina se parece a las economías europeas del inicio de los 20´, no a un país con problemas de liquidez que necesita sólo de un año duro para volver a levantarse como Corea, México o Brasil.
Es el momento de ser radicales.
Cualquier programa de reconstrucción plausible deberá ser diseñado sobre tres pilares:
1/El reconocimiento que será el esfuerzo de una década, no de unos pocos años.
El sistema productivo argentino, su crédito y sus instituciones han sido destruídos.
Tanto su capital político como moral deberán reconstruirse y eso llevará mucho tiempo
2/Dado que el sistema político está sobrepasado, debe ceder transitoriamente su soberanía en el manejo de los asuntos financieros.
La seguridad financiera es la clave desde donde debe crearse la estabilidad para empezar a pensar acerca de una sana finanzas públicas, el ahorro e inversión.
3/El resto del mundo debe proveer ayuda financiera a la Argentina.
Empero, ésta debe efectivizarse sólo cuando Argentina acepte una reforma radical y el control y la supervisión extranjera del gasto, la emisión y de la administración de impuestos.
Cualquier crédito externo debe ser encarado como puente que una la brecha entre las necesidades fiscales inmediatas y el inicio de un ciclo, en uno o dos años, en el cual las reformas radicales creen finanzas sustentables.
Actualmente, la Argentina está quebrada y adormecida.
Si el curso de los hechos continua como hasta ahora, la emisión de dinero, lejos de resolver los problemas pendientes del caos financiero y del sector publico, destruiría aún mas las bases de la reconstrucción.
Una batalla por la distribución has sido abierta entre los trabajadores y los ricos, entre quienes han quedado atrapados en el corralito y quiénes tienen su dinero en Miami, entre las provincias y Buenos Aires, entre los sindicatos y los empresarios, entre los acreedores e inversores extranjeros y una nación empeñada en olvidar sus obligaciones en un vano intento por mantener alguna impresión de normalidad.
La Argentina está siendo canibalizada por esas disputas.
El dinero del FMI, sin una profunda intervención externa en el cambio de las reglas de juego, no serviría para prevenir la autodestrucción.
Argentina deberá reconocer humildemente que sin una masiva ayuda e intervención externa no podrá salir del desastre.
¿Qué clase de ayuda externa?
Se deberá ir un poco más lejos del financiamiento.
En el corazón de la crisis argentina hay un problema de falta de confianza como sociedad y en el futuro de la economía.
Ningún grupo desea ceder a otro el poder para resolver los reclamos y arreglar el país.
Alguien debe empuñar el poder con fuerza.
Una dictadura no es probable ni deseable.
Pero mientras todos piensen - a menudo con acierto- que todos son egoístas y corruptos, ningún pacto social podrá alcanzarse.
Sin dicho pacto social la destrucción del capital social y económico proseguirá día a día.
Hay más resultados espantosos en el horizonte.
Argentina debe abandonar buena parte del control soberano de su sistema monetario, fiscal, de regulación y activos por un período extenso, digamos cinco años.
Después de la primera guerra mundial, la Liga de las Naciones reconoció el problema fundamental de una disfuncionalidad social en Austria.
Esto fue resuelto, además de con apoyo financiero, designando – con el consentimiento del parlamento - un Comisionado General residente y responsable ante la Liga de las Naciones.
El Comisionado General debía autorizar cada gasto, supervisar al Banco Central y monitorear las reformas.
Aquí se transcribe el duro lenguaje del informe de la Liga.
“Pero el éxito del programa de reformas, en el que la prosperidad y el valor de los activos de Austria depende, deberá ser, necesariamente una tarea difícil y dolorosa.
El esquema, por lo tanto, incluye el asentamiento de un Comisionado General , cuya tarea era asegurar, en colaboración con el gobierno de Austria, que el programa de reformas se llevara a cabo y supervisar su ejecución.”
Y eso funcionó!
Y esto es lo que Argentina debería hacer a cambio de nuevos préstamos .
Los Comisionados deberían provenir de pequeños países distantes y desinteresados (Finlandia, Los Países Bajo, Irlanda, por ejemplo) donde la gente entendió que las instituciones económicas salvaguardan la estabilidad y son las bases de la prosperidad.
Específicamente, un consejo de banqueros centrales experimentados debería tomar el control de la política monetaria argentina.
Esta solución aportaría mucha de la reputación y credibilidad de la convertibilidad sin cargar con los costos de adoptar una política monetaria hecha a la medida de otro país -estos es, de la dolarización.
Los nuevos pesos no deberían ser impresos en suelo argentino.
Otro agente extranjero es necesario para verificar el desempeño fiscal y firmar los cheques de la nación a las provincias.
Gran parte del problema fiscal tiene que ver con el federalismo fiscal, con el diseño y la aplicación de un pacto fiscal que lleve a compartir responsabilidades y recursos de una forma financieramente sostenible.
La evasión de impuestos y la corrupción -y la tolerancia gubernamental con ellas deben ser suprimidos de forma radical.
La micro gestión extranjera no es factible, pero sí lo son los mecanismos acordados de incentivos y el compartir las experiencias.
Argentina no es el primer país que tiene problemas de recaudación tributaria.
Hay soluciones efectivas disponibles y deben ser impuestas.
Un servicio civil más profesional y reformado será particularmente útil.
Comprometer a las provincias en el esfuerzo, con un mínimo básico de coparticipación de alrededor del 30%, pero con fuertes incentivos para la recaudación local de los impuestos y la mejora de sus ingresos, es parte de la respuesta.
La proporcionalidad en la coparticipación no es suficiente.
Quizás debería darse a las provincias, más de un peso por cada peso extra de recaudación acordada por encima de cierto umbral.
Además, dadas las ventajas que una estructura impositiva simple tiene para fiscalizarla, aquí no hay espacio para elaborar un nuevo código tributario complejo.
Debe simplificarse a un sistema conciso y elemental – uniforme, uniforme, uniforme.
La economía argentina se ha venido precipitando; ahora necesita un inmediato incremento de la productividad de la mano de la tan postergada inversión y la erradicación de la corrupción como una manera de vivir.
El mecanismo de incentivo en el nuevo sistema tributario debería contribuir a controlar la corrupción a nivel provincial.
Los trabajadores deberían convertirse en accionarios de las empresas, participando en la distribución de ganancias.
Además de las ventajas de la flexibilidad de dicho sistema, agregaría, un mecanismo adicional de monitoreo de los beneficios y de la evasión fiscal.
Una masiva campaña de privatización de puertos, aduanas, y otras medidas claves para la productividad deberían ser adoptadas.
Las medidas de desregulación en los sectores de comercio mayorista y de distribución son esenciales.
Otros agentes externos experimentados deberían controlar estos procesos así como también asegurarse que ellos acaben bien para que luego los beneficios puedan ser compartidos por todos los argentinos, presentes y futuros.
Comprometiéndose con un plan claro y radical, Argentina ofrecería un nueva apariencia, fresca y alentadora.
Un escenario oscuro de corto plazo podría repentinamente tener la chance razonable de un final exitoso.
Al mismo tiempo que el comité de conducción monetario se establezca se podría acelerar el paso a un nuevo plan de convertibilidad temporal, digamos a dos pesos por dólar, sólo porque es el próximo número después de el uno a uno.
Flexibilizar el "corralito" y dejar que el Fondo Monetario y otras instituciones financieras internacionales decidan a qué bancos ayudar y cómo - después de todo es su dinero.
El capital extranjero es rápido para cambiar de opinión; habría esperanza nuevamente.
Pero esto no sucederá sino se produce un cambio fundamental en lugar de seguir haciendo más promesas no cumplidas .
Vale la pena recordar lo que la Liga dijo al comienzo del programa austríaco:
“ En el mejor de los casos, las condiciones de vida en Austria serán peores el próximo año cuando esté dolorosamente reestableciendo su posición, en relación con el último año cuando estaba destinando los préstamos para ese fin, al consumo corriente.
La alternativa no es entre continuar con las condiciones de vida del último año o mejorarlas.
Es entre encarar un período de, probablemente, mayor dureza ..( pero con la perspectiva de una mejora real como consecuencia- la mejor alternativa) o colapsar en un caos de extrema pobreza y hambruna para el cuál no hay analogía en el mundo moderno fuera de Rusia.
No hay esperanzas para Austria al menos que esté preparada para apoyar una autoridad que deberá encarar reformas que implicarán condiciones más duras que las prevalecientes en la actualidad....”
Sin dudas, esta es la situación de Argentina hoy; sin dudas, más dinero del FMI sería un dramático error.
Rudi Dornbusch es Licenciado en Ciencias Políticas de la Universidad de Génova, Ph.D (Economics), de la Universidad deChicago. Ricardo Caballero es Economista y profesor de la Universidad de Harvard.
Publicado originalmente en www.mit.edu/rudi/
Traducción: Lucila Bonilla.
Cuando se conoció públicamente, lo defendieron en los medios escritos de nuestro país con la siguiente nota
LA BATALLA POR ARGENTINA
Ricardo Caballero y Rudi Dornbusch
Massachusetts Institute of Technology
Las negociaciones con el FMI ofrecen una oportunidad de crear una cabecera de playa para la estabilización, pero también el riesgo de que ambos lados se centren en sus preocupaciones políticas y no respondan a la crisis de la Argentina en toda su dimensión.
Las cuestiones centrales están claras: ambas partes obviamente desean una recuperación de la Argentina.
Pero dicho eso, el presidente Duhalde quiere el dinero que pueda aportar el FMI, mucho y rápido por favor, pero es renuente o no puede concretar reformas profundas; tiene que resistir a gobernadores que se enfrentan a los mismos problemas que él.
Por el otro lado, el FMI tiene un gran dilema.
No puede darse el lujo de ser intransigente hasta el punto de que caiga Duhalde.
Pero, como ha aportado fondos para programas argentinos fracasados a lo largo de muchos años no puede cerrar los ojos y poner el dinero sobre la mesa.
Quizás termine exigiendo demandas máximas de un feroz recorte hooveriano en medio de una depresión.
Si gana la estrategia máxima, la economía argentina volcará y se volverá ingobernable.
Si gana la estrategia mínima, nada habrá cambiado excepto que desaparece un elemento esperanzador más.
Pero este debate no toma en cuenta un elemento crítico.
Los fondos del FMI y las reformas que deben acompañarlos no son un fin en sí mismos.
Solo son la palanca para hacer volver el capital, argentino y extranjero.
El rol clave en la reconstrucción de la Argentina lo tiene que cumplir el capital privado, no el FMI.
¿Entonces, cómo puede llevarse las negociaciones a una salida en la que todos ganan? Claramente deben lograr más que definir algunas metas presupuestarias de corto plazo.
Deben incluir reformas comprehensivas con pasos específicos cuya implementación dé confianza y permita ver que no se trata de otro programa que pronto será dejado de lado por las prioridades que imponen las elecciones.
Hace unos días presentamos un plan para proveer el ingrediente preciso que se necesita para este acuerdo: un programa por el que la Argentina acepta e incluso solicita una comisión de estabilización extranjera que conduzca el banco central y, a cambio del desembolso de un importante préstamo de estabilización, tome control de la implementación del presupuesto.
Desde su publicación, nuestra propuesta ha atraído mucha discusión y de ningún modo toda favorable.
Pero es un dato importante que dos encuestas de opinión en la Argentina han revelado que cuenta con el apoyo de cerca del 50 por ciento de la poblacion.
Eso representa un apoyo sorprendente y munición política para un plan que crearía las bases para una fuerte recuperación de la credibilidad de la Argentina.
Una mayor credibilidad trae como premio una menor necesidad de medidas heroicas en materia fiscal, cuestión que el presidente Duhalde no dejará de ver.
Volvamos al plan y las reacciones.
Dijimos que esta crisis es peor y más peligrosa que cualquier cosa que la Argentina o cualquier otra economía emergente grande haya visto en las últimas décadas.
Están siendo destruidos los cimientos mismos de una sociedad moderna.
Lamentablemente muchos argentinos pudieron reconocer los síntomas que describimos.
Los que no, se están convenciendo con el avance de los hechos.
Nuestra receta de que se renuncie a la soberanía financiera y económica de la Argentina por unos años no fue recibida con el mismo consenso.
Los que objetan ven en ella un ataque contra el orgullo nacional.
Esta percepción es equivocada; un país es mucho más que un conjunto de
normas monetarias, financieras y fiscales.
No se renuncia a la identidad y el orgullo nacional al aceptar que unos cuantos extranjeros controlen la implementación de un conjunto de normas cuidadosamente diseñadas para no interferir con la soberanía política, y aprobadas por el congreso argentino.
Dejemos la retórica y el orgullo de lado.
La situación es demasiado grave.
Pedimos disculpas a quienes hayamos ofendido.
Este es otro intento de abordar un problema y su solución que tomamos muy seriamente.
El problema de la Argentina va mucho más allá de una crisis de liquidez común.
La solución no es una inyección temporaria de recursos por sí sola.
Debe comenzar por una visión clara de cómo arreglar lo que viene después, el mediano y el largo plazo.
Hay acuerdo significativo respecto de algunos de los ingredientes claves de la reforma estructural, y gran parte de estos se pueden partir sin demora.
Una campaña contra la corrupción sin piedad para jueces, parlamentarios, funcionarios públicos y otros.
Una reforma de los sistemas impositivo y de coparticipación mucho más allá de la discusión pequeña de estos días.
Protección de los derechos de propiedad y estabilización definitiva de las reglas de juego.
Una reforma laboral mas de acuerdo a las características del ciclo económico argentino.
Partan ahora, y elijan en el 2003 al candidato que haga de esta propuesta su bandera.
Aunque lo anterior es una condición necesaria para llegar a algún lado, no bastará para contener la caída libre de la Argentina.
No hay esperanzas de tocar fondo o siquiera implementar muchas de las medidas urgentes necesarias para volver a poner en marcha el sistema financiero y de pagos hasta que se recupere la confianza.
Deben volver los capitales privados para encontrar una salida a la crisis.
En este momento el flujo va en sentido contrario.
No hay fondos del FMI que puedan cubrir esta brecha.
Por desgracia, pare recuperar la confianza no bastará el mero anuncio de una estrategia de largo plazo sólida: tiene que ser creíble.
Lograr esto último es difícil para cualquiera que tenga el record de la Argentina, y más aún para un gobierno detransición, por buenas intenciones que tenga.
El punto es tan simple, pero el debate se confunde con recetas de “caldo de pollo” que solo postergan la salida.
El problema es terriblemente real – hay que enfrentarlo.
Y para esto hay solo dos opciones:
Opción 1: La variante ajuste-brutal (tradicional).
No hay mejor manera de crear credibilidad respecto de la implementación de un plan de largo plazo que comenzar de inmediato, incluso pasarse de la marca en el corto plazo para dejar las cosas claras.
En muchos casos esta es una estrategia adecuada, pero la Argentina ya está demasiado enferma como para tomar esta medicina.
Es difícil creer que la Argentina puede reducir su déficit fiscal lo suficientemente rápido como para alcanzar la tan necesaria meta de la credibilidad sin provocar una explosión social.
Toda promesa de tal ajuste simplemente no es creíble.
Es aún más difícil creer que el banco central puede encontrar una política monetaria lo suficientemente contractiva, que no sea eliminar el peso, que pueda convencer a alguien de que se ha encontrado un ancla nominal.
Opción 2: La variante de la credibilidad importada – el puente.
Si el problema no es la falta de convicción de la necesidad de una estrategia viable de largo plazo sino de falta de confianza durante la transición, la manera más barata de conseguirla es alquilarla.
Este principio es la base de nuestra propuesta.
Si la Argentina quiere tener acceso a una política monetaria sólida, hay que traer a un banquero central internacional reconocido para que la conduzca con un juego de normas estrictas acordadas entre la Argentina y sus asesores.
Si la Argentina quiere aumentar su credibilidad basado en una buena política fiscal, puede prometer un ajuste menos pesado que en la opción uno, pero con un supervisor internacional como testigo de las transacciones claves, que quizá incluso esté a cargo de librar los cheques más gordos y que la chequera sea de información pública junto con el acuerdo.
Si Argentina quiere tener sistema financiero, necesita normas claras, permanentes y respetadas fiscalizadas por un regulador internacional, quizá si alguien del Banco de Conciliaciones Internacional.
En todas estas áreas deben cumplir un rol muy activo los expertos argentinos, quienes tienen que estar preparados para tomar la batuta una vez que, pasados algunos años, la intervención ya no sea necesaria.
Que no haya ilusiones, incluso la opción 2 tendrá costos y habrá tiempos difíciles.
El que diga lo contrario habla con deshonestidad o está profundamente confundido.
Tiene que haber algo positivo –el cumplimiento de un programa estricto- que los supervisores extranjeros puedan informar al resto del mundo y a los argentinos por igual.
Tiene que haber algo de ajuste, simplemente menos brutal que el de la opción 1.
Usar la oportunidad de construir instituciones y emplear expertos externos respetados para sentar los cimientos y asegurar un éxito temprano y sostenido reduce los costos económicos y políticos de la reconstrucción y claramente mejora las posibilidades de alcanzar los objetivos.
No es un sustituto para Duhalde y quien venga después.
De hecho puede ser la única opción de Duhalde para mantenerse en el poder y para que la transición al próximo a cargo del país se dé en un ambiente democrático y ordenado.
Por supuesto que los políticos pueden llegar a despilfarrar los logros: aparentar que aceptan un programa serio buscando utilizar los recursos adicionales para su satisfacción.
Pero eso será más difícil porque el público tendrá un modo más efectivo de controlar qué es lo que se hace con su vida económica.
Esperemos que dada una opción permanente para salir de esta terrible crisis, los políticos finalmente se pongan a la altura de la ocasión.
Si no, tendrán bien merecidos los “escraches”.
¿Cuánto vale la patria?
¿Existe en la Argentina un foro de la Presidencia como tiene Méjico?
¿Fox esta a la izquierda de Néstor?
¿Tienen miedo que Hard los bardee?
Cuando las piedras eran una opción los mejicanos planteaban esto:
El dictamen viene de arriba: no hay alternativa. "Y de haberla -añaden bajito los modernos- nos ocuparemos de que no la haya." Que la añeja y vetusta noción de "patria" sea erradicada del lenguaje. Que no exista más. ¿Creías que la patria tenía un valor? La patria, es decir el mercado, ya no tiene valor. El mercado, es decir la patria, tiene precio: a la una, a las dos... ¿quién da más?
Las cosas tienen precio cuando dejan de tener valor. Tu madre te dejó un relicario de oro a condición de que siempre lo conserves en tu poder. Pero como no supiste o no pudiste transmitir a tu hijo que la prenda encerraba una memoria y un sentimiento, un pensamiento y una conciencia, se rehusó a estimar el valor que le dabas y tasó el precio del oro. Así con la patria.
En 1989 la empresa Lund International Inc. solicitó al gobierno de Puerto Príncipe permiso para alquilar La Tortuga, isla de 198 kilómetros frente a la costa norte de Haití, para convertirla en paraíso tropical y otras partes del territorio para "industrias" (maquiladoras). Ambos, la isla y los territorios, formarían parte de la República de La Tortue, con leyes propias, ciudadanos y bandera y todos los adelantos de la modernidad.
La corporación ofreció al Estado haitiano 250 millones de dólares y planeaba invertir entre 14 mil y 20 mil millones en la construcción de casas y hoteles de lujo, campos de golf, fábricas farmacéuticas, plantas eléctricas, hospitales, autopistas y un aeropuerto internacional.
En Haití Progrés, Norman Lund aclaró que los haitianos que viven en la isla no serían ciudadanos del nuevo país: "...estarían allí con permisos de trabajo". Felizmente valores "premodernos", como la conciencia nacional y de indignación de un pueblo pobre, pionero de las causas libertarias de América y atrasado en el mundo como pocos, fueron superiores al precio ofrecido por la empresa.
¿Es que los haitianos se oponían a la "globalización" y a un proyecto benéfico para su patria? A esta conclusión arribaría cualquier vendedor de pizza empeñado en confundir pan con tulipanes y creído de que la impotencia de los países en el conventillo global depende de "...súbitos desamores financieros".
La razón es más simple: los haitianos rechazaron la oferta porque a más de verse obligados a vender parte de su patria debían visitarla "...con pasaporte o un permiso de trabajo". Es decir, como mano de obra barata de Lund y en calidad de súbditos del extranjero.
Pero tales aspectos son los que justamente tienen sin cuidado a charlatanes como David DeRosa, quien podrá ser un "prestigiado profesor de Yale" pero también de quienes ahora nos dicen que "...los desastres se hacen en casa" (Ugo Pipitone, "Bulbos de tulipán", La Jornada, 28/05/02).
¡Como si estos desastres no fuesen impuestos por el FMI y el Banco Mundial, y estimulados a los agentes criollos que responden al crimen organizado de los mercados financieros, la Casa Blanca y el Pentágono, interesados, en el caso de La Tortue, en instalar una base militar en el canal de aguas profundas entre Cuba y Haití!
Actualmente Argentina es el camino: deuda por territorio. "It' time for change" (es hora del cambio), sugería un aviso de una ignota Unión Patriótica 2003, escrito en inglés y publicado en enero pasado en el diario Buenos Aires Herald (unionpolitica2003@fibertel.com.ar). "Es tiempo de que la humildad (sic) remplace al nacionalismo."
El aviso ponía como ejemplo a la generación de argentinos que hace 130 años unificó a las provincias constitutivas del Estado moderno. "Para atraer nuevos inversores e 'inmigrantes educados' " (leáse blancos pero no pobres).
"La Argentina debe encabezar una 'Unión Americana' con el estatus de protectorado (sic). Después de un periodo inicial de 25 años el país podrá renovar el contrato, volver a su situación anterior o aspirar a convertirse en un Estado más de su protector. Una pérdida de soberanía temporaria es preferible a un futuro económicamente inmovilizado."
El desplegado propuso que Argentina entregue "temporariamente" su soberanía a Estados Unidos para salir de la crisis económica.
Dos meses después otro par de "genios", Rudiger Dornsbusch y Ricardo Caballero, economista chileno del Massachusetts Institute of Technology (MIT), publicaron el artículo "Argentina: un plan de rescate que funcionaría", en el que estipulan que el país rioplatense tiene que "renunciar a la soberanía sobre todos los aspectos financieros, monetarios, fiscales, regulatorios y de gerencia por un periodo extendido".
El tuyo es un hijo moderno y "progresista": da precio a lo que no tiene valor y da valor a lo que debería merecer mucho precio. Por eso estima lo que debería darle vergüenza. La honra, la justicia, los principios eran tus motivos de tu valor. Para él, todo esto tiene un precio. Así con la patria. Nuestras patrias anegadas en oceános de... (siga usted) que nuestros hijos recibirán de herencia.
José Steinsleger. La Jornada 29/05/02