El Sarcasmo
de Mujica, a muchos les dolió más que el exabrupto de su antecesor, Jorge Batlle.
Son los
mismos conceptos, por Izquierda, que hace un tiempo pronuncio por Derecha
Vargas Llosa.
¿Tendremos
que cambiar la tradicional lamentación, “¿Qué nos pasa a los Argentinos?”,
por “¿Qué nos pasa a los Peronistas?”?
Difícil,
muy difícil; porque es inimaginable encontrar P que se queden en los gimoteos
tan típicos del “Quiero; pero no Puedo, no me Dejan, o no me Animo”.
Los
Compañeros se lo comen vivo por pelotudo.
Mas que Hamlet
o Macbeth, tenemos el perfil psicológico del Hal de Falstaff y del Día de San Crispin, o del Yago de Otelo.
Una síntesis
de Cínicos Griegos y Budistas Zen.
“El Movimiento se
demuestra andando” de Diógenes, frente a la
Paradoja de Aquiles y la tortuga de Zenón.
O sea; “No
lo digas, ¡hazlo!; no lo pienses, ¡actúa!”
No se
trata, al fin de cuentas, de Superioridad; sino de capacidad de reacción frente
a las Crisis y los Desafíos.
Un umbral
frente a la frustración, mucho más flexible que el del resto de nuestros
compatriotas
Los Políticos
no P, al igual que las Burguesías Culturales y Administrativas; no son peores
que sus homólogos de ambos lados del Atlántico Norte.
Las “respuestas”
estereotipadas ya no dan resultados, o peor, son contraproducentes.
Así que, ¿por
qué no llamaría la atención la “reciedumbre” frente a la “Incertidumbre” de eso
que se denomina peronismo?
“Algo” que
no debiera haber existido, que debería haberse “esfumado” hace 60, 40, 30, 10
años, pero igual “persiste” contra todo razonamiento.
Resumiendo,
lo que plantea el Oriental es una “evidencia”; si quiere “acción” o “resultados”,
en lugar de “bellas expresiones” o “contundentes declaraciones”; esta obligado,
como mandatario de su Pueblo, a tratar con los Impresentables.
Aunque le resulten
“incomprensibles” los “códigos”.