En una revista de fines de los 60 y comienzos de los 70
publicaron una entrevista al autor de “El americano impasible”; donde explicaba la creciente, y “perniciosa”,
influencia del periodismo en la Guerra de Vietnam.
La comunidad de corresponsales extranjeros que solían “departir”,
y por lo tanto “transar data”, en los bares de los Hoteles Top de Saigon, los
caracterizaba en dos grandes grupos.
Los “cultos” que solo “alternaban” con los “Altos círculos” políticos,
militares y sociales; y eventualmente obtenían “data no oficial” de los barman
y taxistas que daban “color popular” para sus columnas de ultramar.
Los “informados”, por contraste, eran aquellos que no
dudaban en “arriesgarse” hasta físicamente para delinear las aristas informativas.
Ahora bien, el riesgo físico era menos “peligroso” que la
potencial “manipulación”, u “operación”, que podían realizar las “fuentes”
sobre los corresponsales.
Y aquí es donde menciona al francés Jean Lartéguy, al que considera
un eximio equilibrista en la “jungla de la desinformación” que era Saigón de
las décadas de los 50 y 60.
Un “Combatiente de la Liberación” que no dudaba en denunciar
torpezas y estupideces del Campo Colonial; y un anticomunista respetado por el
Campo anticolonial, por no caer en las caricaturas habituales de la época.
Por lo tanto no sorprende que el autor de “Los Centuriones”
haya estado entre los primeros en mencionar que el marxismo en Asia Oriental, Vietnam
pero también China, estaba subordinado a lo nacional.
En el conflicto de 1979, .chinos y vietnamitas actuaron como
en los tiempos de los Yuan, para regocijo del francés
La nota de Reato sobre los “saqueos del Conurbano” me hizo
recordar la novela GG, ya que está en la línea de Alden Pyle; más orientado a
los “cultos” que en los “informados”.
Desde 1989 las situaciones objetivas que generaron saqueos
SIEMPRE comenzaron FUERA de la PBA y el Conurbano, y fueron disparadas por “omisiones”
o “recortes” generados por Balcarce 50.
Sin estos últimos la “conflictividad local”; Bariloche, Córdoba
Capital, Tucumán Capital, etc.; no ha logrado escalar en virulencia y
extenderse geográficamente.
Los “periodistas de investigación” deberían saberlo, pero si
sus fuentes son los taxistas y barman de Palermo y Micro centro, es más
agradable la interpretación del Lobby del Faena.
Una última observación, cuando en los círculos “Cultos” ya
nadie lee a GG y JL, sus obras son de obligada lectura entre los “profesionales
de la Información”; sean civiles o militares destinados a las zonas más
conflictivas del globo.
Al fin y al cabo ambos literatos fueron “operativos” hasta
su fallecimiento.
Los que hoy desaparecen transitoriamente de la pantalla del festejo.
Son muchísimos, y sin embargo esperan.