Me regresa a fines de los 70, cuando el aforista José Narosky era el Amo y Señor de la "poesía del levante".
Ojo, nunca renegué del valor de los epigramas, que pueden mortales en una discusión; pero este abuso, es como convertir al Acorazado Potemkin en un clip de
Ni Quevedo y Oliverio Girondo, juntos, pueden mantener una producción viral, que sea eficaz y continuada.
En fin, como decía Oliverio:
“Con la poesía sucede lo mismo que con las mujeres: llega un momento en que la única actitud respetuosa consiste en levantarles la pollera”
PD: La diferencia entre misógino y boludo, termina dependiendo del Deseo de