La implosión del 2001 no solo destruyo Instituciones, Contratos y Partidos.
También puso en jaque una nueva forma de hacer política.
La utilización de los Medios de Comunicación como única herramienta política colapso.
Las Internas generales del 2003, fueron una demostración de fuerza de las fracciones de cada una de las identidades previas.
De las 6 que se presentaron, los titulares del sello UCR llevaron la peor parte.
Mientras tanto, en los medios, los expertos analistas económicos y políticos explicaban el rumbo de colisión si se seguían las políticas implementadas.
Anarquía, desorden, caos y expulsión del mundo civilizado.
Un « cordon sanitaire », impuesto por el FMI, seria el castigo merecido.
La falta de autoridad, por no ejercer el “control social”, era ser Somalia.
La Mazorca del conurbano maniobraba, ante los “Proyectos” consolidados.
López Murphy era la encarnación de la seriedad y el pulso que no tiembla.
Carrio representaba los valores de los imperativos éticos, ante el parto que se avecinaba.
Rodríguez Saa significaba un volver a vivir los 40, sin posguerra ni Muro de Berlín.
El Turco tenía atrás los aparatos de los 14 ranchos, más el visto bueno de la comunidad financiera.
La peor pesadilla, tener que elegir entre LM y CSM.
De la Sota no media, Reutemann no quería, Mauricio no se animaba y Tachuela no tenia resto después del Puente de Avellaneda.
Solo quedaba el Bizco, Tristan o Lupin, como lo llamaban en sus pagos.
El Chirolita de Duhalde.
Se perdió en todo el país, menos la Patagonia y PBA, pero alcanzo para llegar arrastrándose al balotaje.
Los sesudos análisis políticos fallaron, y de los económicos mejor no hablar.
Solo queda en pie “el viento de popa”, si este se demuestra falso, solo queda quemar los libros.
Ni anarquía, ni impotencia al principio; ni hegemonía o unicato al final.
Los experimentos de Tranversalidad, Pluralidad, eje izq. /der.; se mostraron fútiles.
Todos vuelven sus ojos Conurbano, el castrado y castigado objeto de odio.
Pagamos como el Primer Mundo y 20 de nosotros cobramos como un puntano.
Los votos necesarios para se gobernador de Tierra del Fuego o elegir 3 diputados en La Rioja, apenas alcanzan para ganar la Intendencia de Lanus o ser elegido concejal de La Matanza.
Solo pesamos en la Presidencial, y ello amerita tener las redes de Fiscales, para controlar el escrutinio.
Pero olvidamos que la fiscalización es la culminación de una tarea de comunicar y convencer al votante.
Porque nadie le presta atención a los medios, Chacho Álvarez y el Frepaso harían sapo.
Las encuestas y bocas de urnas brillan por sus errores, los encuestados son unos ingratos, mienten.
Misiones, fue un ejemplo de movilización contra el gobierno provincial y nacional.
La CABA, le hizo saltar los tapones a los bienpensantes.
Y el Chaco, Dios mío, demostró que se puede hacer política a la antigua.
Caminando, charlando, acordando.
ARMAR un frente que incluye desde Recrear a Barrios de Pie, hacerlo creíble y arrimarle el bochin a el Oficialismo.
Esto le dolió muchísimo a los medios.
Un montón heterogéneo de colonos, indios y pobres lograron lo que ellos no pudieron.
Sumando voto a voto personalmente, sin grandes despliegues de oratoria.
Los liberales reconociendo el problema social como imperativo, y los progresistas aceptando que pueden agregar cosas valiosas.
Rozas, se quejaba que por cada par de ojos propios tenia en frente 7 pares que lo controlaban.
Cuando estudiaba Instrucción Cívica, hace muchos años, a esto se lo llamaba Espíritu Cívico; obligación fundamental del Ciudadano, Carga Publica como defender la Patria
Hoy, se pone en duda el sistema; demasiadas manos dicen.
Demasiados ojos les contesto.
En búsqueda del Poder perdido, quieren el voto electrónico, sin intervención humana.
La Republica Virtual, con candidatos Mediáticos, campañas Marquetineras, y conteo en Tiempo Real.
Como en los juegos de video.
Las muchedumbres deben dejar de Mediatizar la Cosa Publica, no están capacitados para ejercer el Quid pro Quo democrático.
Para eso están los “expertos”, con el don divino de “interpretar” la voluntad soberana.
1. tr. Intervenir dificultando o impidiendo la libertad de acción de una persona o institución en el ejercicio de sus actividades o funciones.
2. tr. Privar al Gobierno de un Estado de la autoridad suprema, que pasa a otro Estado, pero conservando aquel la soberanía nominal.