Neid zu fühlen ist menschlich, Schadenfreude zu genießen teuflisch.
Sentir envidia es humano, gozar de la desgracia de otros, demoníaco.
Schadenfreude, Arthur Schopenhauer.
¿Por que debería negar ese sentimiento, descripto por el
cuestionador radical de Hegel, al leer el artículo publicado en Anfibia por Ernesto
Calvo y Marcelo Escolar, con la colaboración de Tomás Olego?
Los “pases de factura” son esenciales a toda autocritica política,
de lo contrario solo se ejerce la autoflagelación religiosa, un pecado tan
grave como el onanismo; consultar con Albino.
En fin; en nuestra Argentina actual Clasista y territorializada, o sea desigual y combinada, es insuficiente depender del error no
forzado del otro.
Por no hablar de quienes se aferran a la “lapicera” del “centro”,
como fuente de “toda sabiduría y conocimiento”.
Con “financiación” escasa o nula, por razones de público
conocimiento, la planificación de la operatoria política depende más que nunca
de los OEM; que los “Operadores”, “Pautados” y “Asesores rentados”.
Parafraseando a un almirante otomano depues de Lepanto, “solo
nos afeitaron los pendejos”.