miércoles, 14 de agosto de 2013

Los que van a extrañar a Cristina, pico en punta Natalio Botana.





Es columnista de LA NACION y miembro fundador del Círculo de Montevideo que preside Julio María Sanguinetti.

Además de publicar artículos en medios nacionales y extranjeros, es autor de varios libros, como La República vacilante, El siglo de la libertad y el miedo, De la república posible a la república verdadera, Sarmiento: un aventura republicana (con Ezequiel Gallo) y Diálogos con la historia y la política (con Félix Luna).

Es Doctor en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad de Lovaina, es Profesor y Director del Departamento de Ciencia Política y Gobierno en la Universidad Torcuato Di Tella, además de Miembro de Número de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas y de la Academia Nacional de la Historia.

Dictó cursos y seminarios en diversas universidades americanas y europeas.

En 1979 obtuvo la Beca Guggenheim y en 1995 el Premio Consagración Nacional en Historia y Ciencias Sociales.

Ha sido Visiting Fellow en el St. Antony's College de la Universidad de Oxford y Profesor Visitante en el Instituto Universitario José Ortega y Gasset de la Universidad Complutense de Madrid.

El fin de la hegemonía
Ahora, la sucesión

De Octubre de 2013 a Octubre de 2015, ¿es inevitable que venga la Derecha?

¿Están seguros?, ¿pero seguros-seguros-seguros?

Hay unos cuantos, que son miembros de pleno derecho del Establishment, que creen que a seguro se lo llevaron preso.

Repetir la interna del 88; sin Partido Militar, sin capacidad material para dar Golpes de Mercado, con los Audiovisuales impotentes para imponer agenda y/o candidatos a las llamadas Clases Populares.

Con información que implica un rechazo masivo al “free market”, la “industria financiera” y las concesionarias de servicios públicos; y empresarios en general.

Ven las condiciones para la tormenta perfecta de la Demagogia populista.

Quebrados por la Hegemonía muda, Compañero Abel.


El Kicilloff de Alfonsina abrazándose a las PASO, como si fuera Grosso, Manzano o el Gallego de la Sota de los 80; gambeteando al 3º Movimiento Historico.


Mi propuesta es la institucionalización del peronismo, o del FPV ¿por qué no?, en serio: reafiliación, elecciones fiscalizadas para la elección de autoridades, participación de las minorías en los órganos de conducción,…
Toda la parafernalia democrática, la que el kirchnerismo, pese a la histeria “republicana”, ha contribuido a extender en la sociedad.
Nada original, por supuesto, me apresuro a reconocer.
Era el programa – Ezequiel Meler lo diría estentóreamente – de la Renovación en los ’80, del que yo estuve en el lado opuesto, dicho sea de paso, porque la consideraba una moda alfonsinista.
Pero la realidad es la única verdad, como decía un dirigente más citado que imitado.


El video lo descubrí porque quería escuchar a Andy en lo de Pagni. 

J. J. Rousseau y su lamento, por el Coronel Gonorrea a cuatro manos con Luís Alberto Romero.



En nuestros conurbanos la sociedad pobre creció, sobrevivió y se organizó al margen de la tutela y la protección del Estado.

Su lugar fue ocupado por diferentes asociaciones, que traducen el complejo entramado social, y por liderazgos fuertes, de personas que encabezan la acción colectiva y se hacen cargo de las necesidades del conjunto.

…………….

Se trata de un intercambio cotidiano, continuo, que en un momento se expresa políticamente, en la asistencia a una marcha o en una elección.

En el primer caso el colectivo es visible y quiere serlo: desde el transporte hasta las pancartas.

En el comicio, el colectivo negociado -denominado "el paquete"- se disimula, y se traduce en votos singulares, secretos.

Pero reconocibles por el puntero, quien certifica el cumplimiento de los términos del acuerdo.

Es común llamarlo clientelismo.

Es una palabra genérica, pobre y descalificante.

No da cuenta de los matices de una relación compleja, siempre abierta y en proceso, en la que hay también independencia e imprevisibilidad.

Cada persona pertenece simultáneamente a varios colectivos, y su lealtad bascula entre ellos.

Los compromisos políticos son flexibles, graduales y reversibles.

Los intercambios requieren no sólo una base material, sino también sintonías de forma, tono y trato.

La gente no se entrega ni obedece, sino que "acompaña".

Manejar todo esto requiere una enorme sabiduría artesanal.

Nada es automático.

Todo es cambiante, y a la vez regular, como en un caleidoscopio.

Al final, se traduce en votos, singulares, cuantificables, acumulativos.

A veces, cambian los gobernantes.

Usualmente los ratifican.



Omix, que es un Cuadro Político, los torea y los opera con la cuestión de las garrochas; cuando sabe perfectamente que no se trata de dirigentes, ni de la “pareja en crisis del Galicia”, ni del “Relato” con “autocrítica” incluida.

Massa es secundario, repito por milésima vez, Sergio Tomas Massa es un “cebo” para los Sectores Medios.

La clave es la disputa por los 2º y 3º Cordón, donde están los que “votan o matan, sin pasión”.

No se trata del  “bon sauvage”, como suponen la pequeña burguesía bien pensante; que cree en su infatuada ingenuidad que se comportaran como la UCR con Raúl Alfonsina.

Del 52% en 1983, al 2% en 2003.

Sicarios rusos, sin pasión, no es una metáfora inédita del Coronel G, ya la había planteado un Coronel yanqui, sobre el estupor de un Coronel nazi en Ucrania.


El oficial Waffen SS Josef Kramer odia a los rusos porque no se ajustan a la imagen que de ellos le ha inculcado la propaganda: los odia por haber desmentido todos sus prejuicios:

"Odiaba a los rusos porque lo habían embaucado, a él y a millones como él.

Habían dejado creer al mundo que eran toscos bárbaros cuando de hecho -y cualquiera podía verlo- eran espectaculares ingenieros, formidables agricultores e increíbles, colosales soldados.

Odiaba a los rusos porque había llegado a Ucrania esperando liberar a campesinos borrachos, estúpidos y bonachones, del furioso desgobierno de satánicos judíos, pero se había encontrado luchando contra soldados tan rubios como él, de igual coraje, igual fanatismo y un equipo tremendamente  efectivo.

El equipo le preocupaba.

¿De dónde había salido, de la pobreza, del hambre y del terror del bolcheviquismo?

Esos hombres no eran borregos.

Tampoco eran maniáticos.

Eran tenaces, valientes, astutos, fanáticos."

Coronel P. M. A. Linebarger, autor de Psychological Warfare, 1948; y Essays on military psychological operations, Special Operations Research Office, 1965.

Los “sujetos sujetados” habían aprendido, Y RESUELTO, lo planteado por John Holloway UNA GENERACION ANTES.

A partir del Holocausto del 30 de Octubre de 1983.

“El (capital) invita constantemente a los que se oponen a él a meterse en su terreno de organización.

Araña inteligente:

Si se oponen a nosotros, organicen un partido para ganar el control del estado por la elección.

Si no pueden hacer esto, organicen un ejército para vencernos y ganar el control del estado por esa vía.

Si eso es demasiado extremo para ustedes, pueden organizar una ONG y ayudarnos en el proceso de formación de políticas”

El peronismo se ha transformado a si mismo en el Sistema, el Régimen, el Estado sin Estado; la Maquina de Guerra Nomadica “devorando” la  Maquina Administrativa Despótica de Deleuze.

Es verdad que, en el centro, las comunidades rurales quedan atrapadas y regladas en la máquina burocrática del déspota, con sus escribas, sus sacerdotes, sus funcionarios; pero, en la periferia, las comunidades emprenden una especie de aventura, con otra clase de unidad, nomádica en este caso, en una máquina de guerra nómada, y se descodifican en lugar de dejarse sobrecodificar.

Hay grupos enteros que se escapan, que se nomadizan: no como si retornasen a un estadio anterior, sino como si emprendiesen una aventura que afecta a los grupos sedentarios, la llamada del exterior, el movimiento.

El nómada, con su máquina de guerra, se opone al déspota con su máquina administrativa; la unidad nomádica extrínseca se opone a la unidad despótica intrínseca.

Y, a pesar de todo, son fenómenos tan correlativos y compenetrados que el problema del déspota será cómo integrar, cómo interiorizar la máquina de guerra nómada, y el del nómada cómo inventar una administración del imperio conquistado.

En el mismo punto en el que se confunden, no dejan de oponerse.

El discurso filosófico nació de la unidad imperial, a través de muchos ava­tares, los mismos que conducen desde las formaciones imperiales hasta la ciudad griega.

E incluso en la ciudad griega el discurso filosófico mantiene una relación esencial con el déspota o con su sombra, con el imperialismo, con la administración de las cosas y de las personas (se encuentran todo tipo de pruebas de ello en el libro de Léo Strauss y Kojève sobre la tiranía) (e).

El discurso filosófico siempre ha permanecido en una relación esencial con la ley, la institución y el contrato que constituyen el problema del Soberano, y que atraviesan la historia sedentaria que va de las formaciones despóticas hasta las democráticas.

El «significante» es en verdad el último avatar filosófico del déspota.

Si Nietzsche se separa de la filosofía es quizá porque es el primero que concibe otro tipo de discurso a modo de contra- filosofía.

Es decir, un discurso ante todo nómada, cuyos enunciados no serían productos de una máquina racional administrativa, con los filósofos como burócratas de la razón pura, sino de una máquina de guerra móvil.

No comprender la dinámica de los últimos 30 años, porque se NIEGAN los 80 como causa necesaria de los 90, generan las sorpresas como las del domingo.

Que no solo ha dejado estupefactos a los Offos; sino también a los mismos Oppos; que festejan sin darse cuenta que la van a extrañar a CFK.

Tal como extrañan a Cafiero, Menem, o el mismísimo NK.  


Los Caníbales, “bon sauvage”, eligen jefes a los les aplica con una ferocidad sin pasión “a la cabeza o con la cabeza”.