Para quienes
no lo sepan, en España es imposible el “robo de boletas”.
Ya que las “papeletas”
están en una mesa a la vista de todos los que están en el local electoral, y el
elector las retira de allí antes de ir a sufragar.
Esa “visibilidad”
ha sido, y es, el origen de “acosos” sociales y físicos, que han llegado hasta
el apaleamiento, en las autonomías más conflictivas como el País Vasco, Navarra
y Cataluña.
Sin obviar
el bullying a Socialistas en Galicia y Populares en Andalucía.
¿Cómo se resolvió
esta problemática en los tiempos anteriores a la digitalización masiva?
A través del
“mailing”, sea el correo oficial, las empresas privadas, o las “cooperativas”
de militantes.
Todos los
partidos reciben una subvención electoral para costear el envió de sus “papeletas”
a cada uno de los electores inscriptos en el padrón.
Hasta los “emergentes”
como Podemos y Ciudadanos, tan impregnados por las redes sociales y la digitalización,
entregan puerta a puerta su boleta o papeleta.
Así que,
tanto en España como Argentina el elector “arma” su sufragio en la intimidad
del hogar.
En la PBA se
calcula que más del 30% del electorado va con la “papeleta” en el bolsillo.
La propuesta
de Andy, de las maquinas expendedoras o la impresión online ver link.
Resumiendo,
el “secreto” del voto no es una cuestión menor; al igual que el “mestizaje”
entre los “clásico y lo moderno”.
Y aunque es
cierto que el 26J no se logro el sorpaso al PSOE, se “consolido” un “piso” de más
de 5.000.000 de sufragios, lo que resultaba inimaginable hace un año.