La pregunta envenenada de la política actual consiste en saber cuánto rating tiene el cambio y cuánto, la continuidad.
Está visto que una mayoría silenciosa es indiferente a avasallamientos republicanos, y que ve con buenos ojos al Estado y con sospecha a la iniciativa privada.
El kirchnerismo no nació de un repollo.
Los Kirchner no son venusinos sino el resultado directo de un pensamiento muy arraigado en nuestra sociedad.
Mi primo no está ideologizado, ni tiene una particular simpatía por los actuales gobernantes.
Piensa que la inflación es nefasta, pero que por ahora está bajo control:
"Con las paritarias yo voy recuperando lo perdido y por suerte la rueda del consumo nos mantiene a todos a flote".
¿La corrupción?
"En todos los gobiernos hubo, hay y habrá".
¿La inseguridad?
"Nadie tiene la fórmula para arreglar ese tema."
¿Entonces?
"Ponete en mi lugar -me advierte-.
Le saco la administración al kirchnerismo y se la doy a Ricardo Alfonsín.
¿A vos te parece?
Darle un país dominado por la inflación y los sindicatos a un tipo que se apellida Alfonsín, y que además ni siquiera es el original.
¿Qué hago?
Se la doy a Mauricio Macri.
¿Qué hizo este pibe, porque yo no veo una revolución en la ciudad?
¿Para qué se la doy?
¿Para que baje el dólar, frene al Estado y enfríe la economía?
Escuché en la tele que así se frena la inflación.
Me da frío en el pecho que se enfríe, te digo la verdad.
No sé.
¿Querés que le dé una oportunidad a Pino Solanas o a Elisa Carrió?
Los votaría únicamente si supiera que no pueden ganar.
Perdoname: yo a los kirchneristas no me los banco mucho, y no derramé una lágrima por Néstor.
Estos son tan malos como todos los demás.
Pero no me obligues a tener que elegir entre el chorizo y el chinchulín."
………….
Cuando critico los negociados, la venalidad, el doble discurso, la lógica del enemigo permanente, el escaso apego por las instituciones, mi primo se echa a reír.
"¿Sabés lo peor que les puede pasar a los críticos? -me pregunta; el malbec nos está haciendo efecto a los dos-.
Que gane la oposición, que no la dejen gobernar, que la acosen con sindicatos y mafias, y que fracase.
Y que al fracasar, vuelvan éstos con más fuerza que antes.
Que vuelvan para quedarse.
Para siempre."
El kirchnerista desganado; hacer clic aquí.
Jorge Fernández Díaz
El Mejor Cronista, y Analista, de
Quizás ahí, se comprenda el porque de los fracasos seriales; el porque de los resurgimientos del ultimo ½ siglo, luego de derrotas aplastantes e indiscutibles.
“No nos eligen por buenos, sino porque los otros son peores”
¿Por qué son peores?
“En el arte de la conducción hay sólo una cosa cierta.
Las empresas se juzgan por los éxitos, por sus resultados.
Podríamos decir nosotros: ¡qué maravillosa conducción!, pero si fracasó, ¿de qué sirve?
La conducción es un arte de ejecución simple: acierta el que gana y desacierta el que pierde.
Y no hay otra cosa que hacer.
Lo suprema elocuencia de la conducción está en que si es buena, resulta y si es mala, no resulta.
Y es mala porque no resulta y es buena porque resulta.
Juzgamos todo empíricamente por sus, resultados.
Todas las demás consideraciones son inútiles”.