Son las 15.00 horas, me dirijo a mi mesa para ejercer el Derecho a Retribuir a quienes gobiernan.
No hay nadie en la cola; las Compañeras que fiscalizan, que me conocen desde hace décadas, se ríen de mi cara.
“¿Que paso?”, pregunto.
La Fiscal de Duhalde me responde; “Lito, sos el elector 204”.
“¡¡¡Ahhh!!!, ahora entiendo”, digo mientras me dan el sobre.
Entro al cuarto oscuro, donde me vuelvo a sorprender; la prolijidad y el orden desmienten el horario.
Al colocar mi sobre en la urna, le pregunto por el tema a la fiscal de Rodríguez Saa.
Con el mismo mohín de cuando era una quinceañera, con la mano izquierda corre la solapa de su camisa, y con el pulgar derecho me señala el tirante de su corpiño.
Todas, y yo como único varón, largamos la carcajada.
No solo ha ido a votar muchísima gente muy temprano, sino que para asegurar su Voluntad, materializada en el Voto, lo han llevado desde la casa.
Como en las épocas de la proscripción, donde las mujeres guardaban el papel blanco en el pecho; del lado izquierdo, donde esta el corazón.
Mientras los hombres lo ponían en el bolsillo interior del saco.
Me despido con besos para las Cumpas, que defienden los porotos aun en las derrotas, recuerden que Morón es Territorio Infiel; les espera una muy larga noche, nadie tiene la menor idea cual es el corte.
Los Ciudadanos, gracias a las campañas sobre el robo de boletas y otras zaranjadas, han resuelto el cubo de Kubrick electoral en su casa.
No se trata que estén en riesgo los Ejecutivos; Cristina, Daniel y Lucas; sino que formaran un collage con los Legislativos.
En fin, parafraseando al General, la Masa siempre ha sido más sofisticada que las Dirigencias.
Y por abajo, los niveles más cercanos al ciudadano, las sorpresas pueden ser el dato de este día.