Normal science, the
activity in which most scientists inevitably spend most all their time, is
predicated on the assumption that the scientific community knows what the world
is like.
Normal science, often
suppresses fundamental novelties because they are necessarily subversive of its
basic commitments.
As a puzzle-solving
activity, normal science not aim at novelties of fact or theory and, when
successful, finds none.
La abstinencia de data firmada y “certificada científicamente”,
tan abundante en otros periodos preelectorales, no puede ser confortada con el Ersatz
que circula clandestinamente.
Son como los cigarrillos de “achicoria” para los fumadores,
mucho humo con cero nicotina.
El enfoque retroalimentado en el centimil grafico, y los
minutos de pantalla, colapso frente al piso del 1.5% de las PASO.
El Lupo y Balestra, entre otros caídos en desgracia; en su construcción
del “Populismo Perfecto” generaron un medioambiente totalmente hostil a lo Mediático,
los Testimoniales de Kiosco y Partidos de Notables.
Me explico, aunque Vargas Llosa y sus conmilitones del exterior
ya lo captaron al vuelo.
"Ahora tenemos un peronismo que es todo: es
la extrema derecha, es el centro, es el centro izquierda, es la extrema
izquierda, es la democracia y es el terrorismo, es la demagogia y es la
insensatez...
Todo es el peronismo"
Ya que el Campo Republicano y los “Independientes” se
resisten tozudamente a funcionar como un Sistema Político, exigencia primordial
para que funcione el “Demo-liberalismo”; y obligan a peronismo a ser, en
simultaneo, Offo y Oppo con la baja de eficacia subsecuente.
“La experiencia nos enseña que el peronismo es social y electoralmente
inclusivo y, al mismo tiempo, presenta un espectáculo transformista poblado de
"rumbeadores".
Como apuntó J.N. Matienzo, estos políticos detectan la oportunidad y
huelen dónde están los oficialismos establecidos y los oficialismos futuros (ya
nos hemos referido a estos juegos en otras ocasiones con motivo del pasaje de
Menem a Duhalde y de éste a Kirchner).
Una llave para salir
del pantano electoral
Por Natalio Botana
Como emergente de las Clases Populares, es tan “agresivamente
militante” en su “predicación inclusiva” como los Religiones Universales establecidas,
Cristianos, Musulmanes, Budistas, etc.; o las Ideologías del siglo XIX
europeas, Liberales y Marxistas.
Un “vacío” organizativo del 30% o 40%, por “fuera” del
Movimiento, es un cebo irresistible cuando se burocratizan u osifican los “mecanismos”
de promoción dirigenciales.
En términos futbolísticos, la organización “bilardista” tratando
de llevar al triunfo a los ideologizados “menottistas”.
Podría funcionar, pero no lo ha hecho en los intentos de los
ultimas 3 décadas; y termina complicando la propia interna, tema delicado para
todo oficialismo P.
Donde por la implosión Institucional del 2001, el “pejotismo”
es la hiedra que sostiene el “Muro de adobe” que es la Republica; y no a la
inversa, como sostienen las Tesis imperantes.
Como NADIE tiene la Autoridad suficiente para “expulsar”, “sancionar”
o “intervenir” sobre los “díscolos” o “desviacionistas”; aka el “peronometro”
que el mismo Perón considero Potestad del Pueblo Soberano.
Le buscaron “la vuelta” con las Primarias Abiertas
Simultáneas y Obligatorias (PASO); que actúan como cedazo de aquellas candidaturas
“no representativas”, 1.50%.
Y obligan a las “facciones” de cada subsistema a convivir “compartiendo”
las listas subsecuentes.
Claro, el primer problema es que son Nacionales; y solo
existen dos espacios que cubren todos los extremos geográficos y sociales; el
Centenario partido y el Populismo realmente existente.
Este ultimo, según la data existente “certificada científicamente”,
en investigaciones de campo financiadas por las Usinas del exterior.
Tiene, en su minima “expresión”, un “rango” que no baja del
40%; y una amplitud Catch-all que supera el 70%.
Un ejemplo paradigmático de Partido Dominante, según Sartori.
Pero eso no es todo; al generarse de “abajo hacia arriba”
CONTRA las Administraciones existentes de 1955 a 1989, según Steven
Levitsky et al, la “Caja” puede ser necesaria pero resulta insuficiente para
disciplinar y verticalizar al 40%; y mucho menos al 70%.
Así, las PASO del “peronismo” alentando la competencia de
las diferentes líneas tendría el mismo efecto que las PASO de la PBA.
1/ Una brecha indescontable con los otros espacios, 20% o
30% respecto al segundo; lo que implica que las Generales terminan siendo en
mero tramite.
2/ Al “integrar” dentro de las Listas a los perdedores, según
su “propia producción de Poder”, estabiliza y disciplina el Subsistema P; y por
lo tanto aumenta la “eficiencia” de la Gobernanza.
Ahora bien, el clon P de la UCR, el PJRA y sus componentes
provinciales y distritales; con sus competencias por autoridades partidarias “entre
elecciones”, se convierte en la dovela de las PASO.
Donde se “miden” las relaciones de fuerza “objetivas”, o sea
votos contantes y sonantes, entre las diferentes fracciones, de los DIFERENTES AMBITOS
FEDERALES.
Sin poder disponer de esa información la Administración
Federal, o sea el PEN, termina siendo rehén de los funcionarios “atrincherados”
en los Despachos.
Con una relación inversamente proporcional entre Partidas y
votos.
Lo que no le cabe en la cabeza al “Unitarismo provinciano
aporteñado”, es que el Elector o Ciudadano ejerciendo el sufragio no vota “necesariamente”
la boleta sabana completa.
Es cierto que existe el “Arrastre” (Capolista) y la “Tracción”
(Endorsement de los niveles federales inferiores); pero cada vez en menor numero
y aumenta significativamente el “corte de boleta”.
Al no haber prestado atención a las elecciones durante la Proscripción,
1955/73, se menosprecio la autonomía del llamado “Pueblo peronista” frente a
las “Directivas” de Perón.
Que era el primero en asumir las limitaciones de la Conducción
Estratégica en el Exilio.
- “Se cumplieron las Directivas de votar a Frondizi, y este mas que
duplico los votos del año pasado”
- “Pero, General, que paso con los que insistieron votar en Blanco,
casi un 10%?
- “¿Esos..?...¡Ah!...¡esos son los Leales…!
Dejar “caducar” los PJ, sea por acción u omisión, cuando UyO
no era lo suficientemente “maduro” para “disputar competitivamente” en los
diferentes niveles federales; termino convirtiéndolos en una caricatura de la
CC-ARI de Carrio.
Él Candidato de Balcarce 50 no necesariamente puede ser Él
Candidato que prefieren los “locales”; ejemplo a la vista, CFK puede arrasar en
la presidenciales de Córdoba o Santa Fe, pero eso no “influye” en las de medio
termino; sean nacionales, provinciales o municipales.
Que, para el Cuerpo Electoral, tienen la misma Legitimidad
popular que la Presidencia.
Como además del federalismo existe la asimetría demográfica,
un subprovincial puede poseer tantos o mas votos que un gobernador o candidatos
presidenciales.
Se amplia la base de la Dirigencia, donde los “juntadores de
votos” de los arrabales están en condiciones de “desafiar”: a las “elites
intelectuales radicadas en Buenos Aires que han acaparado las bancas de las
Legislaturas desde 1983”.
Mas que un conflicto marquetinero entre “lo nuevo” y “lo
viejo”, que se viene arrastrándose desde los tiempos de Chacho Álvarez, se
trata de lo “liquido” sitiado por lo “concreto”.
Lo discursivo y sus jerarquías, embestidos por las “urgencias”
del “aquí y ahora”; el color del gato es secundario y subordinado a su
capacidad de “cazar ratones”.
Mucho más cuando en el mundo globalizado se está sufriendo
los mismos síntomas que padeció la Argentina a fines del siglo XX.
La trama de estos últimos días, en particular las horas que median
hasta el próximo sábado a la noche, nos advierte que las idas y venidas de los
rumbeadores están en plena actividad.
El foco de atracción son los liderazgos -el más obvio es el de Sergio Massa-
que van minando desde adentro, con intenciones análogas a las de Scioli, la
férrea disciplina impuesta por la Presidenta al Frente para la Victoria.
Esta vieja historia vaciada en el molde de las nuevas generaciones de
dirigentes de entre cuarenta y cincuenta años agita a los interesados en estos
asuntos en un contexto electoral delimitado formalmente por las elecciones
primarias (PASO) y, materialmente, por un pertinaz faccionalismo.
No faltan defectos en la invención legislativa de las PASO.
En primer lugar, cada dos años, la ley obliga a los partidos a encarar
procesos electorales de larga duración.
Las inscripciones de alianzas y candidatos, las campañas para las PASO
de agosto y para las definitivas de finales de octubre se extienden, en efecto,
durante cinco meses.
Con el agravante de que, una vez determinadas las candidaturas y la
distribución de los cargos en las PASO, no hay en adelante replanteo posible.
Este cepo electoral explica las tensiones de última hora para dar a luz
coaliciones o, simplemente, plegarse a un candidato que las encuestas estiman
ganador.
Es una mezcla cargada de silencios, gestos arrogantes y diarias
apuestas con miras a 2015.
Una coalición, como hemos visto, se adelantó para disipar una
incertidumbre que en el otro conjunto se exacerba hasta el instante -ya llegaremos
a la noche del sábado- en que se registren las listas de candidatos.
Tras esta aparente confusión, perduran las falencias de un cuerpo
representativo invertebrado en el cual no emergen todavía liderazgos con la
enjundia suficiente para sobresalir y arrastrar adhesiones.
Éste es uno de los efectos de un régimen estructurado de arriba abajo
por el poder presidencial.
A medida que este poder se va apagando, lo que queda en su lugar, hasta
prueba en contrario, es un laberinto de facciones y un partido presidencialista
que, por flojo desempeño, se oxida y no responde a las demandas ciudadanas de
seguridad en la vida cotidiana y en el transporte, de empleo y de estabilidad
monetaria, entre otras.
Posiblemente, ese faccionalismo que brota por doquier sea uno de los
mayores obstáculos para rehacer en democracia el perfil de la república
representativa.
El faccionalismo conspira contra la mediación responsable y destruye el
cimiento de los partidos políticos.
Es una fuga hacia la dispersión: cada dirigente se vale de un sello
propio reconocido o busca adquirir uno de los tantos en oferta para luego
negociar y, de ser factible, fabricar con otros socios una coalición laxa.
En la provincia de Buenos Aires, al día de hoy, treinta sellos
registrados para las PASO han armado nueve coaliciones; en la ciudad de Buenos
Aires son diecinueve sellos y siete coaliciones.
Quizás en las otras provincias podría morigerarse esta tendencia.
Sin embargo, aunque entre tantas facciones perduran algunos partidos
organizados, las inclinaciones hacia la fragmentación del régimen se
realimentan constantemente.
Y lo hacen, tal vez, porque guardamos el recuerdo viviente de
antecedentes que, de un día para otro, hacen el montaje con esos fragmentos
dispersos de un nuevo arreglo de poder.
PD sobre los “rumbeadores” de Natalio Botana.
Aunque cite a Thomas Kuhn, que es mucho mas conocido por los
lectores de este blog; sigo prefiriendo a Gastón Bachelard y los “obstacles
épistémologiques”.
A él, GB, le parecería perfectamente natural que citara a
Sarmiento; para encuadrar los “rumbeadores”.