martes, 20 de abril de 2010

Paris estudia los Barrios, para aprender.


La réflexion déployée par Denis Merklen, tout à la fois sociologique et politique, sur les dynamiques de territorialisation des classes populaires dans les sociétés du Sud a, dès lors, vocation à s’étendre à d’autres villes et d’autres sociétés, en constituant un possible miroir pour des questionnements qui traversent, aujourd’hui, la société française (et d’autres encore).

…………………………………

L’« Âge classique de la citoyenneté à partir de laquelle on approche les classes populaires est teinté d’une essence normative issue tout droit des combats de la modernité contre ses ennemis du XVIII et XIXe siècle », écrit Denis Merklen qui montre comment le concept, mobilisé sur ce mode, opère comme un « obstacle épistémologique ».

Comprendre comment on devient individu dans un contexte de précarité et reconnaître, par là-même, l’émergence de formes nouvelles de citoyenneté suppose d’admettre que les « classes populaires ne vivent pas leur citoyenneté de la même façon que les classes moyennes », écrit-il encore.

La « politicité des classes populaires », ce par quoi il faut entendre une nouvelle forme de politique bâtie dans la tension entre « urgence » et « projet » ainsi que dans leur relation aux traditions politiques, constitue un outil conceptuel permettant de cerner ce qui demeure un angle mort pour des sciences sociales trop obsédées par une conception de la citoyenneté dépourvue de contenu sociologique.

……………………….

L’ouvrage de Denis Merklen porte ainsi une charge sévère contre les membres de la frange « supérieure » des « classes moyennes », auto-identifiées comme telles.

Il s’agit d’abord des « nouvelles classes moyennes », peu réactives face au mouvement de désaffiliation et de creusement des inégalités particulièrement sensible en Argentine suite aux « réformes » menées par le président Carlos Menem [15], et dont Denis Merklen livre un édifiant bilan statistique.

Sortant « gagnants » de ce mouvement de libéralisation économique, cette frange de la population formée de professions libérales, d’employés et de commerçants se sont identifiées aux nouveaux modèles de consommation désormais prônés, et soutenu ce faisant cette évolution que certains chercheurs ont qualifié de « modernisation exclusive » [16].

La communauté sociologique est également pointée du doigt pour son normativisme ethnocentrique, qui l’empêche trop souvent de repérer les formes particulières d’individuation à l’œuvre dans les quartiers pauvres [17], et plus encore celles de la participation politique qui en découle, celles-ci ne correspondant pas à l’idéal de citoyenneté que portent ces classes moyennes.

Quartiers populaires, quartiers politiques, Denis Merklen, con prefacio de Robert Castel.

http://livre.fnac.com/a2440750/Denis-Merklen-Quartiers-populaires-quartiers-politiques?PID=1

http://www.alterinfos.org/spip.php?article3627

http://www.liens-socio.org/article.php3?id_article=5640

http://www.histoire-politique.fr/index.php?numero=03&rub=comptes-rendus&item=194

http://www.paperblog.fr/1527006/denis-merklen-quartiers-populaires-quartiers-politiques-ed-la-dispute/

http://www.dailymotion.com/video/x85z5u_denis-merklen_news

Para Luciano, de Desierto de Ideas.


Fuente del mapa.

http://tierra.rediris.es/hidrored/ponencias/Tcarolina.html


Blogeros y periodistas, ¿un problema de caja?


La SIDE y el pago a periodistas

Viernes 2 de junio de 2006

El presidente de la Nación tiene razón al afirmar que las sospechas sobre el pago irregular de la ex Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) a ciertos periodistas afecta a toda la prensa independiente. Pero se equivoca cuando les exige a las entidades que agrupan a las empresas o a los periodistas que investiguen esas presuntas irregularidades, porque es el propio Estado el que debe y puede dar las respuestas sobre el presunto destino ilegal de los fondos reservados de la actual Secretaría de Inteligencia (SI).

Para ello, el primer mandatario haría un aporte fundamental a la transparencia en el uso de los recursos públicos si ordenase al organismo de inteligencia, que depende en forma directa de él, una profunda investigación para esclarecer estos hechos de corrupción, que afectan por igual las arcas del Estado, la credibilidad de la prensa y la honorabilidad de los periodistas.

Existe desde hace mucho tiempo una generalizada impresión de que la Secretaría de Inteligencia -conocida comúnmente por su antigua sigla, SIDE- ha respondido tradicionalmente a los intereses políticos de turno antes que a una misión estratégica relacionada con las necesidades de la Nación. El espionaje durante las campañas electorales y las denuncias de escuchas ilegales -no autorizadas por la Justicia- han sido moneda corriente en la Argentina de los últimos años. Por ello, es fundamental el funcionamiento de los organismos de control para garantizar su transparencia.

Las sospechas sobre la existencia de una lista de 200 periodistas a quienes la SIDE les habría pagado durante los gobiernos de Carlos Menem y de Fernando de la Rúa fue hecha pública por una consultora norteamericana que asesoró al gobierno de la Alianza. Específicamente, Mattie Lolavar, ex socia del consultor Dick Morris -funcionario del gobierno del ex presidente Bill Clinton-, había mencionado en una entrevista con LA NACION que se trataba de periodistas "de los principales diarios y revistas".

El presidente Kirchner les otorgó entidad a esos dichos en un acto público en la Casa Rosada y pidió a las entidades periodísticas que investigaran.

La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa), con absoluta razón, señaló que no cuenta ni podría contar con los medios requeridos para semejante tarea ni es tampoco su función. "La determinación de si efectivamente existieron -o si aún existen- pagos con fondos públicos, sean de la Secretaría de Inteligencia o de cualquier otra dependencia oficial destinados a solventar operaciones de prensa, es una obligación del Gobierno por tratarse de hechos de lisa y llana corrupción con directa implicancia de áreas del Estado", indicó la entidad que agrupa a empresas editoras de publicaciones periodísticas de aparición regular y circulación general.

Por su parte, el Foro de Periodismo Argentino (Fopea), integrado por profesionales de medios gráficos, radiales y televisivos interesados por la ética de la profesión, le solicitó al primer mandatario que en beneficio de la transparencia y el esclarecimiento de estas sospechas ordenara a los organismos del Estado que dieran a conocer, si los hubiera, los nombres de quienes han recibido dinero de la Secretaría de Inteligencia. En marzo de 2004, esa entidad había solicitado al titular de ese organismo que contribuyera con su apoyo a esclarecer las permanentes sospechas sobre el pago de sobornos a periodistas.

El Presidente ha asegurado que esas presuntas prácticas irregulares no se mantienen en su gobierno, lo cual merece ser saludado como un paso beneficioso y sustancial para la transparencia y salud institucional del país. La contribución sería aún mayor si hiciese lugar a los pedidos para que se pueda acceder a la información reservada en poder de la SI, que permita descorrer el velo sobre estas supuestas irregularidades.

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=810940

¿Se atreverán los bloques opositores del Congreso Nacional a exigir al PEN la desclasificación de las Operaciones de los últimos 30 años?

¿O el conocimiento público de los destinatarios de los sobres es un ataque a la Libertad de Prensa?

Porque lo que esta en colisión son dos Derechos Constitucionales básicos.

La libre expresión, que es general, porque abarca a TODOS los ciudadanos; y la Libertad de Prensa, que es especifica de los Medios.

¿La segunda puede avasallar la primera, por la simple prepotencia económica, y el consecuente poder de fuego jurídico?

Porque seria una desmesura, que yo acusara a quienes ejercen el periodismo de mercenarios, porque cobran por expresar una línea editorial de una empresa.

Estaría ejerciendo la real malicia, si no aporto pruebas especificas.

Lo mismo sucede cuando nos acusan de ídem, livianamente, y hasta se sugiere que se cometen ilícitos.

Y aquí no cabe la defensa corporativa, de Perro no come Perro.