Miren bien la imagen, repito, miren bien la imagen; es un típico truco de percepción alterada.
Durante los últimos dos años hemos estado en medio de una Guerra de percepciones, donde el Esblishnment aprovecho cada uno de los “errores seriales que condujeron al choque de la calesita por los K”.
Chapeau a los estrategas que condujeron esa batalla, pero nada es gratis, y menos la Victoria.
Tanto se hablo del Colapso económico, que ahora no hay espacio para recular, a pesar de lo que digan los economistas del Mainstream y sus voceros mediáticos.
Aunque reconozcan que no es el 89 o el 01; los planteos recuerdan a Isabel y el Plan Rodrigo, ergo los “muchachos” reaccionaran a cualquier Junio del 75 con un Julio del 75, y el Partido Militar no esta a mano para salvar al Establishment de la Sovietización Penissi.
Si hasta Barrionuevo habla de discutir las paritarias en base a la productividad y ganancias; o sea disputar la plusvalía relativa. ;-P
Se que parece joda, pero no lo es; estamos en una típica lucha de la Aristocracia Obrera contra la Patronal, Corporación contra Corporación, y quien tenga de su lado al Monopolio de la Fuerza tiene ventaja.
¿Y los que no pertenecen a la Aristocracia Obrera, que pasa con ellos?, depende de la misma relación de fuerzas que dije antes.
Al Ingreso Universal se le responderá con algo mas revulsivo, la PLENA aplicación de los DERECHOS LABORALES Y SOCIALES; o sea, la economía informal esta condenada, porque tiene que ver con la propia acumulación de fuerzas.
Porque la apuesta es a quien se llevaran presos, a los burócratas corruptos o a las patronales negreras.
Ya no queda margen para los “Don Carlos”, en lugar de “Gracias” recibirán “vende la 4x4 hijo de puta”.
Para los pequeños burgueses que defienden al “pobre PyME de Don Carlos”, les recuerdo la figura de "Estado de Necesidad Justificante" incluido en el art. 34 del CP.
Traducido para legos; “si el negro del empleado es la única posibilidad que tiene el patrón de subsistencia, y encima se somete a sí mismo a esas condiciones laborales, no habrá redacción posible de la ley que pueda condenarlo sin que se le reconozca ese Estado”.
“Ahora si el negreo del empleado es la única posibilidad que tiene el patrón para continuar viviendo en un Departamento que paga mas de expensas que de salario, tener TV satelital, Medicina Prepaga de primer nivel (escatimando sus aportes a la seguridad social), los hijos en escuela privada y vacaciones anuales variadas y placenteras, Devoto.
http://deshonestidadintelectual.blogspot.com/2007/11/cul-es-el-lmite-aceptable-para-una-pyme.html
Otro si, una mirada del significado de Junio-Julio del 75, y su percepción en el Campo Laboral.
Mi opinión, compartida por el ámbito subordinado, es que se ha hecho un pronunciamiento prematuro sobre el agotamiento del peronismo y que de ese pronunciamiento derivaron decisiones de importancia capital que hoy están sometidas a prueba.
El punto crítico a partir del cual se decretó el agotamiento del peronismo fueron las movilizaciones obreras de julio del 75 contra el "Rodrigazo".
Allí pareció efectivamente que la clase obrera, al combatir contra un gobierno peronista, firmaba el acta de defunción del movimiento peronista.
Este análisis omitía dos cosas: una, que sectores de vanguardia de la clase obrera estaban dispuestos a rebozar (sic) el peronismo siempre y cuando se diera una dirección de avance contra un gobierno vacilante como el de Isabel Martínez, pero que dentro de esa misma dinámica la clase trabajadora en conjunto, incluyendo las vanguardias, iba a retroceder hacia el peronismo cuando la marea se invirtiese por la presencia militar; otra, el peso efectivo que en tales movilizaciones tuvo la burocracia sindical peronista.
Cabe suponer que las masas están condenadas al uso del sentido común.
Forzadas a replegarse ante la irrupción militar, se están replegando hacia el peronismo que nosotros dimos por agotado y la dirección del peronismo se ha visto subrayada por el gorilismo del gobierno.
En suma, las masas no se repliegan hacia el vacío, sino al terreno malo pero conocido, hacia relaciones que dominan, hacia prácticas comunes, en definitiva hacia su propia historia, su propia cultura y su propia psicología, o sea los componentes de su identidad social y política.
Suponer, como a veces hacemos, que las masas pueden replegarse hacia el montonerismo, es negar la esencia del repliegue, que consiste en desplazarse de posiciones más expuestas hacia posiciones menos expuestas; y es merecer el calificativo de idealismo que a veces nos aplican hombres del pueblo.