jueves, 17 de septiembre de 2009

Leyes Mordaza; el caso “United States v. Paramount Pictures, Inc.”


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A quien le interese la “intervención” del Estado en los negocios entre privados.

United States antitrust case law; hacer clic.

Tolueno o Diván; Niños Pobres, Niños Ricos.


La Nación, Sábado 25 de marzo de 2006.

Desprotegidos, vulnerables, presas fáciles para los que manejan el negocio de las drogas... Hoy no es raro encontrar en la vía pública a chicos, algunos muy pequeños, ingiriendo sustancias tóxicas.

Son víctimas de la indigencia, de abusos sexuales y de los que los explotan laboralmente. Carecen de un entorno familiar sólido, de contención, de límites, de proyectos. Estas son algunas de las causas que, según los especialistas, llevan a muchos chicos de la calle -a partir de los siete u ocho años- a involucrarse con la droga.

Los que tienen 15 o 16 están más comprometidos. "Aunque consumen desde pequeños, esto se incrementa en la adolescencia, ya que al problema económico, la calle, el trabajo o la explotación sexual, se suma la crisis de la adolescencia", explica José Manuel Grimma, coordinador de la Unidad de Intervención y Servicios Especiales del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.

Según investigaciones del Observatorio de Drogas de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el narcotráfico (Sedronar) y del Consejo Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Connaf), estos menores consumen sustancias como pegamentos con tolueno -Poxiran-, marihuana, pasta base - "paco"-, cocaína, Nevadoi -marihuana con cocaína- y psicofármacos, como Rivotril y Diazepan.

Por su bajo costo y fácil acceso, el "paco" (compuesto por los desechos de la producción de la cocaína y ácidos) y los inhalantes, son los más comunes entre estos chicos.

Con respecto al "paco", Eugenio Nadra, médico psiquiatra y coordinador del Consejo Científico de la Sedronar, remarca: "Aparte del daño que provoca la cocaína, estos solventes destruyen las neuronas y producen grandes lesiones en el sistema nervioso central".

Alteraciones en la capacidad cognitiva, disminución en la inteligencia y agresividad, son algunas de las consecuencias de consumir esta droga. "El chico cree sentir placer y euforia. Supone que es fuerte, con capacidad ilimitada; pero esto dura pocos minutos, después se siente depresivo, con fatiga y cansancio. Eso los lleva buscar desesperadamente la droga", explica el psiquiatra.

Los inhalantes, por su parte, también dañan el sistema nervioso y, entre otras cuestiones, "producen trastornos del equilibrio, ceguera permanente y encefalitis", comenta el doctor Nadra.

A pesar de que el artículo 64 del Código Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires (ley 1472) prohíbe el suministro indebido a menores de 18 años, estas sustancias siguen llegando a manos de los chicos. "Una de las estrategias que utilizan es el contacto con adultos que se las proveen a cambio de vino, por ejemplo", expone Grimma.

El contexto del chico

Las causas por las que los chicos consumen tienen más que ver con el marco afectivo que con la pobreza económica.

Consumen para intentar abstraerse de la realidad angustiante y de la soledad. Cristian Laclau, del área de Relaciones Institucionales de la Fundación Manantiales (entidad de bien público internacional que se ocupa del problema de las adicciones), expresa: "La falta de comunicación con la persona que tiene que ser el referente hace que muchas veces los chicos tapen esa soledad con la droga y el alcohol".

Las investigaciones enumeran como causas la curiosidad, el desconocimiento, la presencia de drogas en el hogar, la identificación y condiciones de pertenencia a un grupo de pares, situaciones de angustia, el aburrimiento y la búsqueda de experiencias placenteras.

María Muro, licenciada en psicología y terapeuta de la Fundación Manantiales, afirma que "las adicciones es un problema o patología determinado por múltiples variables. Lo leemos como un síntoma familiar; ya sean conflictos intensivos a nivel parental y falta de límites".

Por su parte, Grimma explica que es muy común que las familias de estos chicos estén desestructuradas y que se mezclen la pobreza económica y la cultural, la imposibilidad de construir vínculos, además de problemas afectivos y de adicciones en el núcleo familiar.

La droga en los chicos es un tema que involucra a cualquier clase social. Sin embargo, es más difícil encontrar niños de corta edad que consuman en las clases más altas porque viven en un contexto diferente de contención; si se produce es, en general, en la adolescencia. "Los chicos pobres consumen porque tienen vacío el estómago y los ricos porque tienen vacío el espíritu", dice Nadra.

Los problemas socioeconómicos hacen que disminuyan en los chicos un proyecto de vida, y si no lo tienen, "automáticamente se instala un proyecto de muerte como es la droga", resume Grimma.

Paula María Martin


PD: La imagen es de la nota.

Si el único objetivo político es mantener el Status Quo Social, no hay manera de salir del círculo vicioso.

En Estados Unidos llevan más de 40 años en “Guerra contra la Droga”, Nixon 1968, y todos conocemos el resultado.