"En la República la elección es cosa de todo el pueblo y asunto comunitario de todos los ciudadanos" y que la función del proceso electoral es la "delegación del poder del Estado a la representación popular". Por ello, su legitimidad no puede ser sacrificada en función de la comodidad de funcionarios o la ansiedad de políticos por conocer los resultados.
La sentencia tiene una amplia aceptación en la opinión pública. Esto se explica por el hecho de que en pocos países la administración pública y privada está tan informatizada como en Alemania y es precisamente este conocimiento de lo que una computadora puede y lo que no puede hacer, lo que genera la demanda popular de saber qué sucede dentro de la computadora electoral. No es casual que quienes impugnan sean especialistas en elecciones y en software.
Esto resulta un golpe muy fuerte para aquellos que intentan encontrar soluciones "mágicas" disfrazadas de tecnología para compensar una institucionalidad debilitada. Un procedimiento no soluciona problemas estructurales.
Clarín, Sábado 30 de Mayo de 2009, hacer clic aquí.
La Corte Constitucional alemana afirma algo que muchos políticos y consultores olvidan:…
Una elección, sin proscripciones ni voto calificado, es una movilización ciudadana en si misma.
En la Argentina ha significado históricamente un piso del 3% de la población con derecho a voto.
No hay ciudadano que no tenga un familiar o conocido que, en ese día de días, participe del acto.
Como empleado publico; docentes, judiciales, fuerzas de seguridad o armadas, etc.; se esta obligado por ley.
O, como voluntario o militante, uno por cada mesa y por partido, también son cientos de miles.
En pares de ojos superan los 600.000, y es muy difícil escapar al escrutinio.
Los fraudes, cuando los hubiere, nunca son en la base de la pirámide, sino en instancias superiores.
No son la falta de boletas, ni la escasez de fiscales, ni siquiera la deserción de presidentes de mesa.
Es en el recuento electrónico, o en las maniobras judiciales.
Los Testigos, que es como se llama en muchos lugares a los Fiscales, están para conjurar estas maniobras.
Aunque las urnas terminen en el basurero, son las actas firmadas por todos los PRESENTES las que tienen validez.
Pero para eso hace falta despertar el “espíritu cívico”, promover el compromiso republicano; es decir generar voluntariado.
Quienes promueven el modelo de ciudadano consumidor, políticos y consultores, según la Corte Constitucional alemana; saben que es incompatible con su Modelo de sociedad.
Por eso buscan soluciones "mágicas" disfrazadas de tecnología para compensar una institucionalidad debilitada.
Porque lo “institucional” es responder al Soberano, y en Democracia este es Juan Pueblo.
…"delegación del poder del Estado a la representación popular"…
Donde Aguinis vale lo mismo que el Cartonero Báez, el rabino Bergman ídem con el travestí del Rosedal, y Biolcatti o Paolo Rocca están en igualdad de condiciones que el boyero o el apuntador de sus empresas.
Como señalaba Aristóteles, hace ya tanto tiempo, la Democracia es un Cambalache; y por eso se sublevan contra ella las elites.
Y quienes creen ser parte de ellas, y se autodenominan “la gente”.
Cuando se critica su legitimidad, y es sacrificada en función de la comodidad, en realidad se ocultan problemas estructurales.
No les interesa resolver los problemas sociales, ni la participación política, solo defienden su lugar en la cadena alimenticia.
No están dispuestos, como los Privilegiados del Ancien régime, a ceder nada; aunque sean conscientes de la espiral de protestas y represión que se generaran.
Esa hipocresía, en los estratos superiores, y estupidez, en sus seguidores; se constata en SUS organizaciones políticas.
No existe la democracia interna; no hay ni elección de candidatos, ni consultas a sus bases; los disidentes son expulsados y sus distritos intervenidos.
El Consenso es la unanimidad del Vaticano; el Papa infalible y el Colegio de Cardenales; que obedecen mientras maniobran los papabiles en las gateras.
No es un insulto a la Santa Madre de hoy, sino una comparación de su conducta en la Edad Media.
Porque nuestras elites tienen una visión medieval de su papel.
Una sociedad estamental, donde los laboratores deben mantener a los bellatores (propietarios) y oratores (intelectualidad).
Desde este punto de vista, es comprensible el odio y desprecio que comparten, desde el progresismo y la reacción; a cualquier tipo de organización de los laboratores.
Lo Impresentable, una caracterización social, es elevada a descripción política.
Martínez de Hoz, Macri, Cavallo, de Narváez, Rattazzi, Paolo Rocca, etc.; nunca cargaran con esa cruz.
Ibarra, Binner, Cobos, Carrio, de la Rua, Fernández Meijide, etc.; tampoco.
Son socialmente aceptables, porque pertenecen al colectivo de la gente, o sea a los dos Estamentos Superiores.
Propietarios e Intelectuales.
¿Exagero?, miremos la “Realidad Publicada”; Perfil y Clarín refuerzan la imagen que solo los pobres de baja instrucción votan por el “pejotismo” oficial.
La Nación, por ahora, guarda la compostura; sabe que sus comentaristas se desbocarían, y como el trosqueo de los escarches puede terminar siendo contraproducente.
Terminaría asustando a quienes quiere seducir, que no es la Clase Media bienpensante, sino a los “pejotistas” podridos por las metidas de pata de los pingüinos.
Como, por ahora, no se tiene acceso al Partido Militar; y los Golpes de Mercado no son efectivos, solo queda operar en la Interna.
Donde los prisioneros del Clientelismo y la Burocracia, todos ellos laboratores, tienen Poder de Veto.
Son concientes que “un hombre, un voto”, es la única arma Constitucional que tienen para defenderse.