Dijo bien en La Nación el historiador Luis Alberto Romero: “Las manifestaciones no pretenden gobernar ni deliberar; pero hacen
explícita una opinión”. Frente a esa opinión explícita es que la Presidenta
y sus funcionarios oscilan entre la negación, el silenciamiento o la condena
ciega. Parecen reacciones de quien no sabe qué hacer frente a una dificultad
inesperada.
Lo inesperado de la protesta, su carácter
inorgánico y ajeno a estructuras y liderazgos políticos o sociales, también
interpeló con fuerza a la oposición, cuyas reacciones han sido dispersas o
erráticas.
Otra medición, de las muchas que ofrece en
estos días difíciles la consultora Equis, sostiene que un 69% no percibe en la
oposición un proyecto alternativo capaz de gobernar el país. Solamente el 13%,
según ese sondeo, ve en los opositores esa condición fundamental.
No es una verdad absoluta, como no lo es
ninguna encuesta. Pero también dibuja un estado de opinión, que incluye aún a
quienes están nutriendo las crecientes legiones de ciudadanos que, como se ve
cada día, están dispuestos a expresarse públicamente.
Mauricio Macri, el opositor no peronista mejor
perfilado, confiaba en que la candidatura de Gabriela Michetti pondría al PRO
en condiciones de disputar el triunfo en la estratégica elección bonaerense de
2013. Pero Michetti rechaza esa postulación y Macri se ve obligado a buscar un
plan B que estaba fuera de su cálculo. Sigue siendo una referencia natural para
muchos de los que salieron con la cacerola. Pero tiene que saltar una valla: la
gente está con otras preocupaciones, que no son las de la política.
El socialista Hermes Binner, desde el FAP, se
puso al frente de una iniciativa poco sofisticada pero rendidora: juntar firmas
en la calle contra la re-reelección. Difícil que eso genere una construcción
política sostenible, pero al menos permite ganar tiempo y visibilidad,
poniéndose del lado de una opinión que abarca cuando menos a la mitad de la
población.
Los radicales, en tanto, desovillan una vez
más sus propios dilemas. La conducción partidaria de Miguel Barletta también
lanzó su propia ronda de reuniones con sectores políticos y sociales para sumar
voluntades contra la re-reelección de Cristina. Pero en el radicalismo siempre
la interna mete la cola.
El sector de Ricardo Alfonsín intenta retener
el menguado poder partidario y sueña liderar una alianza con los socialistas,
alianza que los aliados del socialismo rechazan con fervor. En cambio, otros
dirigentes ven con buenos ojos un acercamiento con Macri y ya hay movimientos
visibles operados sin mucho disimulo desde el macrismo.
Ahora aparece un tercer polo interno, los
intendentes de capitales provinciales y ciudades de peso. Se reunieron esta
semana en Buenos Aires, coordinados por la chaqueña Aída Ayala (Resistencia).
En ese grupo, entre otros, están el cordobés Ramón Mestre, el santafesino José
Corral, los bonaerenses Gustavo Posse (San Isidro) y Mario Meoni (Junín), y el
mendocino Alfredo Cornejo (Godoy Cruz).
Allí empezó a circular la idea de buscar
acercamientos con el peronismo no kirchnerista, incluyendo a los que son
oficialistas porque hoy no tienen más remedio.
Algo así como un “peronismo republicano” con
el cual acordar reglas de juego que les garanticen la sobrevida política.
Estos radicales ven a la UCR muy lejos de ser
alternativa de poder y por lo tanto avizoran el riesgo de que se desgrane
definitivamente en 2013, con cada dirigente eligiendo la alianza que le
convenga para retener su control territorial. Y suponen que solamente desde el
interior del peronismo puede surgir el liderazgo capaz de desplazar al
cristinismo del poder.
Eligen, en ese camino amargo, la opción entre
ser un socio minoritario del eventual poder por venir, o tener que declararse
en quiebra y bajar la persiana de una vez y sin remedio.
Ficha Técnica
El presente informe registra los resultados de la medición realizada entre el 18 el 24 de Septiembre de 2012.
Se utilizó el método interaccional a través de entrevistas personales mediante la aplicación de un cuestionario semiestructurado diseñado ad-hoc.
Los entrevistados fueron personas
de ambos géneros mayores de 18 años de todos los niveles
socioeconómicos residentes en los principales aglomerados urbanos de la
Argentina: Ciudad de Buenos Aires, Partidos del Conurbano e interior
de la Provincia de Buenos Aires, Provincia de Salta, Provincia de
Córdoba, Provincia de Santa Fe, Provincia de Mendoza y Provincia de
Tucumán..
Para la selección de los entrevistados, entonces, se aplicó un muestreo probabilístico de tipo aleatorio polietápico consistente en:
- Selección de región de residencia.
- Selección de provincia de residencia.
- Selección de departamento de residencia.
- Selección de localidad de residencia.
- Selección de barrio de residencia.
- Selección de hogar de residencia.
- Selección de persona.
El último nivel de selección fue ajustado por cuotas de género y edad de acuerdo a parámetros censales.
http://rambletamble.blogspot.com.ar/2012/09/el-dilema-de-la-opo-animemosnos-y-vayan.html