Sin Oposición Organizada no puede existir
Roque Fernández, Miércoles 9 de julio de 1997.
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Tras una reacción pública de Fernández (tonificado por Menem) en contra de la cartera de Producción -limitaría su ministerio al control financiero, monetario, fiscal y presupuestario-, Duhalde lo cruzó sin piedad.
Sostuvo que el enfoque ortodoxo sobre la economía de mercado del titular de Hacienda "es una antiguedad en todo el mundo, aceptado por los organismos internacionales y los países que son cuna del capitalismo".
Sin embargo, Alfonsín -figura central de la presentación de ayer e inspirador de la carta- dio muestras de que la necesidad pudo más que el convencimiento a la hora de redactar el documento:
"Yo me opuse a la convertibilidad, pero ahora es peligroso sacarla de un plumazo. Podría tener efectos catastróficos", dijo.
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La distribución de los Cinco se correspondió con el protagonismo que tuvieron: Alfonsín ocupó la silla central, los precandidatos presidenciales, Fernández Meijide y De
La carta, que tiene 35 páginas, está dividida en siete capítulos precedidos por un mensaje para cada "compatriota" en el que se explica el objetivo del documento.
Hay una defensa explícita de la convertibilidad:
"Se logró la estabilidad, pero hay que consolidarla.
La estabilidad de precios es una condición esencial de toda política económica.
Como parte del esfuerzo para consolidarla,
Este es un sistema que asegura la estabilidad monetaria y apartarse tendría efectos muy negativos", enfatizó el primer mandatario, a la vez que sostuvo que los comentarios de Alfonsín son "una cuestión de temperamento".
Frente a corresponsales extranjeros, y en un intento por transmitir palabras de calma, De
"Aquí quien gobierna y decide es el Presidente.
Hay estabilidad, hay previsibilidad y no hay riesgo de abandonar la convertibilidad".
Fernando de
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Desde Mar del Plata, donde participó de la conferencia de
Frente a las críticas de Alfonsín, que cuestionó el actual modelo cambiario porque, a su juicio, genera recesión y desempleo en el país, Machinea sostuvo que "las inversiones, las exportaciones y el crecimiento posterior de
En idéntico sentido se pronunció el ex vicepresidente y titular del Frepaso, Carlos Alvarez, en un gesto destinado a respaldar la política económica encarada por el ministro Machinea.
"Hay que poner el acento en la producción y en el crecimiento manteniendo la convertibilidad, porque así lo marca el consenso social, que es muy fuerte", sostuvo el líder del Frepaso al finalizar un encuentro con el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini (acerca de lo que se informa por separado).
Fue el grupo de ocho diputados que se alejaron de su bancada de origen.
Sus cabezas, Germán Abdala y Chacho Alvarez, de inmediato enunciaron con claridad cuáles eran las razones que los separaban del peronismo en el gobierno y qué debía hacerse.
El Grupo de los Ocho es el núcleo inicial del Frente Grande y del Frepaso.
Tanto en las elecciones de constituyentes de 1994 como en las presidenciales del año siguiente, esa oposición crecía y se afianzaba; las victorias sucesivas de Graciela Fernández Meijide lo demostraron casi sin un hiato.
Surgía una nueva política y ella partía de la sociedad y del Parlamento, no del Ejecutivo ni de los gobiernos provinciales.
Las esperanzas fueron más grandes que las despertadas por Elisa Carrió años después.
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En 1997, esa oposición cometió un error fatal: la alianza electoral con
La matriz del error fue que, inexplicablemente, no se midió que las elecciones de 1999 tenían un candidato, Eduardo Duhalde, ya enemistado con Menem.
Y que, fuera Duhalde lo que fuera, no se estaba compitiendo con el menemismo, sino con quien se había alejado de allí años antes.
En 1999, la cuestión no pasaba por derrotar a Menem, que estaba de salida y no había designado un sucesor a su gusto.
Si, ejerciendo la licencia de una hipótesis, se imaginara que
Y si hubiera ganado Duhalde, la fuerza de dos polos de oposición, radical y frepasista, que eventualmente podían colaborar, habría pesado en un escenario donde un presidente justicialista, de todos modos, habría terminado enfrentando la crisis que Duhalde enfrentó, cuando por fin llegó al gobierno, en enero de 2002, en el remolino más caótico que se recuerde.
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¿Es necesaria la oposición?
Bueno, sin ir más lejos, la crisis de 2001 demuestra que la existencia de políticos y de una fuerza capaz de proporcionar cuadros administrativos y técnicos que no sean los del gobierno saliente es imprescindible en condiciones de urgencia crítica.
Si por alguna razón, de las que
Así jugó responsablemente el peronismo en la crisis de abril de 1987, cuando los carapintadas intentaron mucho más de lo que Alfonsín reconoció en ese momento.
Así jugó cuando cayó De
Beatriz Sarlo