De liderazgos, proyectos y reelecciones, de Mariano
Fraschini, en Artepolítica.
Más allá de la reforma constitucional, que permita o impida
la rere; más allá del marketing electoral, sea por designación directa o por sinergia
de los candidatos.
Sigue el problema administrativo, el día a día que supera a
Ministerios Nacionales o Provinciales.
La situación polisémicas del Jefe Territorial; encarnadura
del Estado frente al Pueblo, según la tradición Liberal; Delegado de sus pares
frente al Estado, según la tradición peronista.
La segunda se basa en una simple consigna, “a la cabeza, o
con la cabeza”; no corre la escusa “no me corresponde”, o “excede mis funciones”.
No se lo elige solo para el Alumbrado, Barrido y Limpieza;
sino para encabezar todo reclamo ante el Estado provincial, nacional, o todo
aquello que implique el Poder Desnudo.
La tradición de Mostotes o Villa Manuelita,
hacer
clic aquí; que se convierte en un chiste de la militancia peronista.
Desembarcan los marcianos, y el Intendente o Delegado
Municipal, tiene que confrontarlos en nombre del Pueblo; que es una Autoridad
superior al Gobernador, el Presidente y el Comité de Seguridad de las Naciones
Unidas.
La lista, basada en el ultimo censo, son de las divisiones administrativas
subnacionales de mas de 50.000 habitantes; y representan mas del 80% de los
40.000.000 millones de habitantes.
Controlar las Burocracias Nacional y Provinciales se
convierte en inútil si no se los tiene en cuenta; las administraciones de Alfonsín
y de la Rua pueden
dar fe.
Puentearlos administrativamente, sin generar reemplazos en
los territorios, le costo la permanencia a Cafiero y Menem.
Comprender que para los habitantes de las demarcaciones,
significan un contra poder frente a las Administraciones Centrales; sean
Nacionales o Provinciales, es la navaja de Ockham ante los resultados
electorales que dejan confusos a los estrategas de marketing electorales.
Esos que, parecen no tener ni pies ni cabeza, a pesar de las
teorías de las tracciones, las boletas sabanas, las colectoras, y otros enjuagues
administrativos.
“En la provincia de Buenos Aires la competencia política es acaparada
por el peronismo...
–Es cierto, pero no
quita que la competencia sea feroz.
Aquí hay otro problema
que merece ser pensado: ¿qué pasa con la oferta política?
¿Por qué el peronismo
tiene un lugar tan importante?
Creo que una posible
respuesta es que el peronismo tiene una tradición política con más capacidades
para entender este tipo de relaciones entre el Estado y los ciudadanos.
Dentro del juego
clientelar, varios dirigentes peronistas tratan con más cuidado y respeto a sus
“clientes”.
Con pocos recursos
literarios, Duhalde dijo que el 2001 enseñó que con la gente no se jode.
Esto significa que no
hay una manipulación total.
El clientelismo
también tiene que ver con los derechos, el honor, el respeto, con una cantidad
de dimensiones de la vida política que también están en juego en las capas más
pobres de la sociedad.
No se puede pensar el
clientelismo tal cual como es descripto en la literatura, porque se caería en
una visión compasiva (la pobre gente que es manipulada) o despreciativa (la
gente vota por los que otros deciden).
Algunos dirigentes
sociales con mucho poder en los barrios se lanzan a la batalla electoral y no
obtienen votos.
Por ejemplo, en el
caso de Luis D’Elía, la gente no autorizó que su autoridad política se
trasladara de un dominio al otro.
Y esto requiere
perspicacia, inteligencia y un análisis fino de la política.
…………….
Está rompiendo con un sentido común sobre la manipulación de los
sectores populares y su falta de autonomía individual...
–Sí.
Rechazo la idea de que
a la gente la llevan por la nariz como el dueño de una estancia que pasea el
toro por la Rural.
Esto no se corresponde
con la realidad.
No hay nada que un
habitante de un barrio popular deteste más que la posibilidad de sentirse
manipulado.
Claro que se reparten
choripanes y dinero para que la gente vaya a los actos.
Pero esto no determina
su voto.
Alcanza con escuchar
las risas y burlas de la gente cuando dicen:
“Le comimos todos los
panchos a Fulano y él se creía que lo estábamos apoyando”.
Son juegos complejos,
negociaciones.
Creer que la gente va
libremente a una manifestación sólo porque adhiere a una opinión, a un ideal,
significaría pensar que las clases medias que se reunieron en los actos de
apoyo al “campo” no tenían intereses en juego además de sus convicciones.
En el caso del
conflicto del “campo”, no todos eran los más acérrimos defensores de la
libertad, la democracia y la transparencia.
También defendían un
modo de vida, un tipo de relación con el Gobierno e intereses económicos, a
pesar de que una porción ínfima fueran propietarios rurales.
Ideales e intereses
están siempre mezclados.
¿O acaso la Revolución Francesa
se hizo sólo porque la gente creía en la libertad?”
“Conflictividad
La manifestación
callejera es una clara singularidad nacional respecto de la región.
El 35% de los
argentinos aprueba los cortes de ruta y el 20,7, la invasión de la propiedad
privada como formas de protesta.
Participación política
El índice de confianza
en las elecciones, en un rango de 0
a 100, es de 42 puntos entre los argentinos.
Tampoco es alta la
confianza en los partidos políticos: en ese ítem, liderado por Uruguay con un
índice de 50,4 puntos, Argentina aparece anteúltimo con 27,3.
Clientelismo
El 18% de los
argentinos afirma haber recibido alguna vez una oferta por su voto.
La cifra duplica
prácticamente el promedio latinoamericano.
De todos modos, podría
decirse que el clientelismo no paga bien: el 43,9% de los encuestados afirma no
sentirse ni más ni menos inclinado a votar por el candidato del benefactor, en
tanto que el 45,3% dice sentirse menos inclinado a hacerlo.
Ideología
En un rango de 1 a 10 (donde 1 es izquierda y
10, derecha) la identificación ideológica de los argentinos se ubica en 5,1.
La cifra, comparada
con 2008, está ligeramente más ubicada hacia la izquierda, ya que entonces
había sido de 5,5.
La posición de la
ciudadanía argentina aparece como una de las más pronunciadas del continente:
sólo Uruguay está más a la izquierda.
El rol del Estado
El nivel de apoyo a la
idea de que el Estado debe ser el dueño de las empresas e industrias más
importantes se ubica entre los más elevados de la región: de 0 al 100, obtiene
67,9 puntos.
Derechos civiles
Los argentinos son
particularmente receptivos -junto con los canadienses, norteamericanos y
uruguayos- a la idea de que los homosexuales puedan posturlarse para ocupar
cargos públicos y puedan casarse.
LA
ENCUESTA
En forma conjunta, la Universidad Torcuato
Di Tella y la Universidad
de Vanderbilt realizaron por segunda vez la encuesta de opinión pública
denominada Barómetro de las Américas.
Se trata de un estudio
multinacional, encarado en forma simultánea, sólo que de los resultados
generales se desglosan informes analíticos producidos en cada uno de los países
americanos (menos Cuba, que no pudo ser incluida, y Haití, donde el
relevamiento se frenó por el terremoto y eso demoró hasta ahora la inclusión de
datos haitianos).
El informe que analiza
los resultados argentinos en perspectiva americana es muy vasto, abarca desde
opiniones sobre la participación del Estado en la economía hasta la tolerancia
ciudadana con los homosexuales.
Tiene 354 páginas e
incluye 270 gráficos.
Fue redactado por
Germán Lodola, doctor en Ciencia Política de la Universidad de
Pittsburgh y profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Torcuato
Di Tella”.