La tesis centra su atención sobre el problema que supone,
para la estimación de los resultados electorales, que las encuestas telefónicas
se realicen sólo en teléfonos fijos, "excluyendo por tanto a entre el 20%
y el 30% de la población española que dispone exclusivamente de teléfono
móvil".
Éste es uno de los principales motivos por los que cada vez
son menos las personas que tienen alguna probabilidad de ser contactadas para
participar en una encuesta.
En el caso de la entrevista telefónica, el modo de administración
empleado en la práctica totalidad de las encuestas preelectorales realizadas en
España, se estima que cerca de la mitad de la población no tiene ninguna
probabilidad de formar parte de sus muestras, bien porque no disponen de
teléfono fijo en el hogar bien porque su número no aparece en los directorios
telefónicos que muchas de estas encuestas emplean como marco muestral.
"A este segmento de la población no localizable por
teléfono, ya de por sí elevado, habría que sumarle la población que rechaza
participar en una encuesta de este tipo y la que, accediendo a responder, se
inhibe en las preguntas de intención de voto", señala la experta.
Para el estimado Ayj, sobre el post de Abel.