…es la capacidad de
los seres humanos para adaptarse positivamente a situaciones adversas.
Sin embargo, el
concepto ha experimentado cambios importantes desde la década de los 60.
En un
principio, se interpretó como una condición innata, luego se enfocó en los
factores no solo individuales, sino también familiares, comunitarios y,
actualmente, culturales.
Los
investigadores del siglo XXI entienden la resiliencia como un proceso
comunitario y cultural, que responde a tres modelos que la explican: un modelo
«compensatorio», otro «de protección» y por último uno «de desafío».
Asimismo, la
resiliencia es la capacidad de tener éxito de modo aceptable para la sociedad,
a pesar de un estrés o de una adversidad que implica normalmente un grave
riesgo de resultados negativos.
Los
usufructuarios “nativos” de Cambiemos están desesperados por una “salida” que
no sea un despeñadero, por eso saltan del Plan V al Plan L, a medida que se
acerca la fecha de las PASO.
No sucede
lo mismo con los usufructuarios “externos”.
Con el FMI
a la cabeza juegan a lograr un “Menem del Peloponeso” en Diciembre.
Con una
Sociedad Civil exhausta y un Estado sin recursos y sobre endeudado, no quedan márgenes
para ir al choque sin precauciones.
Como sucedió
en la Grecia
de Syriza.
En Grecia, Syriza vive
una situación paradójica.
Alejada de ciertos
planteamientos radicales de los principios, la formación griega ha abrazado
posiciones pragmáticas que han producido avances indiscutibles.
El PIB griego creció
un 2% en 2018 y debería mantener ese ritmo este año; la tasa de paro bajó de un
pico de más del 27% a alrededor del 19%; Atenas cumplió con los requerimientos
de los acreedores en materia de superávit primario (antes del pago de
intereses).
Pese a ello, en un año
en el que se convocarán elecciones generales, en los sondeos Syriza anda una
decena de puntos por detrás de los conservadores de Nueva Democracia.
Tiene una intención de
voto del 26%, cuando en las elecciones de 2015 logró un 35%.
Pese a resultados
apreciables, paga quizá el desgaste del poder y el espíritu derechista de los
tiempos.
En fin, de
repudiar la “grieta” a “reclamarla” como propia del “proyecto”; pero del lado
antiperonista.
Los “consensos”
con la inclusión de la UCR
y el PS, pero la “exclusión” del PJRA por ser este “un camino particularmente
partidista”.
Traducción,
“vótenme
boludos, pero ni piensen en tener un lugar en las listas y la administración,
si ganamos”.