Los 30 años de la Commodore 64, la
computadora que cambió la historia
Salió a la venta en
agosto de 1982, y aunque luego cedió el liderazgo a la PC, revolucionó al mercado de
las computadoras hogareñas; el recuerdo de los fanáticos argentinos
“Aunque existen pocos
datos sobre el peronismo clandestino durante el Proceso, el número de
militantes que se incorporó en al menos esporádicas actividades políticas
parece haber sido significativo.
De las unidades
básicas encuestadas por el autor en 1997, el 58% estaba dirigida por un
militante que militó en el peronismo durante la dictadura.
Como resultado del
trabajo clandestino, al colapsar el régimen militar en 1982, el peronismo
rápidamente resurgió como una organización de masas.
Las unidades básicas
brotaron (aparentemente de la nada) por todo el país y ya a mediados de 1983 el
PJ había afiliado a más de tres millones de miembros, lo que representaba más
que el resto de los partidos combinados.[45]
A diferencia de
períodos previos de dirigencia civil, durante las cuales las organizaciones
peronistas ignoraron la actividad partidaria, el PJ sufrió después de 1983 un
proceso de “partidización” sin precedentes.
Como las elecciones
comenzaron a ser percibidas como la única forma legítima de acceder al poder,
prácticamente todas las subunidades peronistas se integraron dentro de la
actividad partidaria a través de la participación en elecciones internas.
Los sindicatos
peronistas invirtieron fuertemente en la política partidaria,[46] lo mismo hicieron
las anteriores organizaciones paramilitares como Guardia de Hierro, Comando de
Organización (C de O), la
Juventud Peronista (JP) y Montoneros.[47]
Para mediados de la
década del ochenta, a excepción de los sindicatos, la actividad peronista no
partidaria había en gran medida desaparecido.
El proceso de
“partidización” no fue, sin embargo, acompañado por un proceso de
burocratización.
Más que establecer
una estructura burocrática, el PJ post `83 retuvo aspectos clave de su
organización como movimiento.
El peronismo
reemergió después de la dictadura desde abajo hacia arriba y de una forma
semianárquica.
Los militantes
establecieron sus propias unidades básicas sin la aprobación (e incluso el
conocimiento) de la jerarquía partidaria.
Ésta no solo no creó
o financió unidades básicas, sino que tampoco pudo establecer quién podía
crearlas, cuántas fueron creadas, o dónde estaban localizadas.
Por otra parte,
aunque si bien los sindicatos, los ex paramilitares, y numerosas redes
territoriales informales entraron a la actividad partidaria en la década del
ochenta, no abandonaron sin embargo sus formas organizacionales ni se
integraron a la burocracia partidaria.
En cambio,
permanecieron autoorganizadas, creando, financiando y operando sus propias
unidades básicas.
Como resultado de
esto, la organización nacional del PJ permaneció como una unión laxa y
heterogénea de débiles facciones nacionales, paramilitares, organizaciones
obreras y emergentes feudos provinciales.
Pese a que el período
de renovación de 1987-1989 trajo algún grado de orden institucional al
partido,[48] las reformas asociadas a este período fueron menos importantes de
lo que habitualmente se cree.
Durante dicho
período, los reformistas (llamados Renovadores) dieron importantes pasos en pos
de la democratización interna del PJ (como la introducción de elecciones
directas para la selección de candidatos y líderes) y prestaron una atención a
su estructura formal sin precedentes.
Los órganos formales
del partido, como el Consejo Nacional, se reunieron con más frecuencia y el
partido comenzó a tener registro de sus actividades, y un gran esfuerzo se
realizó para adherir a los estatutos partidarios.
Sin embargo, aparte
de la introducción de elecciones internas, la Renovación hizo poco
para cambiar la forma en que el PJ realmente funcionaba en la práctica.
Fracasaron para
imponer una norma para la estructura organizacional del partido y fueron
incapaces de crear una burocracia central efectiva, capaz de disciplinar a las
organizaciones inferiores.
En consecuencia, las
subunidades permanecieron informales y relativamente autónomas.
El peronismo
contemporáneo: Un partido de masas informal
De acuerdo a los
estatutos partidarios que surgieron luego del proceso de reformas de 1987, el
PJ contemporáneo se encuentra estructurado al estilo de los partidos de masas
europeos, con una cadena burocrática y un comando que corre desde el Consejo
Nacional pasando por las estructuras provinciales y municipales y finalizando
en las unidades básicas barriales.[49]
Sin embargo, en la
práctica el partido parece más lo que un intendente peronista calificó como una
“desorganización organizada”.[50]
El PJ conserva una
masiva organización con profundas raíces en las clases bajas y trabajadoras,
pero estos vínculos continúan siendo no burocráticos, informales y altamente
descentralizados.
Una “Des-Organización
Organizada”
Organización informal
y persistencia de estructuras partidarias locales en el peronismo argentino*
Che, Compañera Cristina; ¿te acordas lo que era el peronismo
antes de Octubre de 1987?
Las “Kajas” estaban copadas por el “Alfon-cinismo” del
Tercer Movimiento Histórico; Nación, la
PBA, Córdoba, Mendoza, Entre Ríos, los Municipios del 1º Cordón,…
Los canales de Aire, y sus retransmisoras, TODOS en manos
del PEN; eran el feudo de la
Coordinadora.
Todavía no nos podían acusar de Clientelistas; el PAN,
Programa Alimentario Nacional, era como la USAF en Vietnam, y nosotros parecíamos los “Chaly´s”;
el Vietcong “enterrados” en el barro.
Mientras los escuadrones de Reynaldo y el Hipotecario,
realizaban su campaña de “búsqueda y destrucción” de las Dirigencias, disparando
los Créditos para “dignificar” la Clase
Política.
Uds., con Néstor y el resto de los Compañeros de Río
Gallegos, la pasaban canutas; pero, por lo menos, tenían el paraguas de la Gobernación.
Acá, en el GBA, era la mas absoluta “Intemperie” de Tomas
Abraham; ¿Cajas?, ¿Qué cajas?
Si hasta los Sindicatos estaban ahogados por las restricciones
“políticas”, sin mencionar la Hiperinflación.
Si fue cuando comenzó la proletarización de los Docentes, y
la transformación del “Apostolado Sarmientino” en los “Combativos” de CTERA y
SUTEBA, con sus Marchas Blancas…
¿Y los Municipios del Segundo Cordón?; era joda, porque eran
los tiempos de los “Asentamientos”.
A los tradicionales “expulsados” de las Provincias se les
sumaban los “volcados” de la
CABA.
Mientras los Cívicos y sus aliados Republicanos, que eran
quienes tenían la “bolsa”, dudaban entre resolver o reprimir; los peronistas
solo teníamos para ofrecer “encuadramiento”, y la “promesa” de regularizar la situación
si alguna vez llegábamos al Gobierno.
¡Qué década la del 80!, ¿eh?
Las enormes montañas de papel continuo, donde estaban los
padrones, imprescindibles para reconfigurar las “Orgas”; Sindicales,
Paramilitares, Agrupaciones y Mesas de Trabajo, etc.; en “estructuras”
Territoriales.
Acostumbrados a no tener “listas”, por las Clandestinidades
de 1955/73 y 76/83; era un esfuerzo titánico realizar la tarea del “punteo”.
Gracias a Silicon Valley, aun no se llamaba así, vino al
rescate la Drean;
que con el elemental soft de aquellos tiempos, nos evito la monstruosa tarea de
organizar y tipear.
¿Saben lo que era tipear por cuadruplicado, una y otra vez,
las planillas de los afiliados?
¡¡¡Ufff!!!, no solo terminabas boludo, sino que te dolía desde
el meñique hasta el coxis.
A mi me toco Morón Centro, en un radio de 10 cuadras
alrededor de la Estación;
compilar la data, ordenar lo que estaba por Orden alfabético o de numero de
DNI, mas de 100.000; por Localidad primero, y luego por calle y altura.
Y después, dirección por dirección, visitar ofreciendo las
dos últimos números de Línea a los Compañeros.
¡¡¡Como puteaban el Pelado Acosta y los Compañeros de
Militancia!!!, los cagamos, Morón Centro era “nuestro”, no solo habíamos “purgado”
el padrón de los “dibujos”; sino que teníamos la data de las “preferencias” de
los afiliados.
La “Verde” nunca termino de perdonar el par de miles de “votos”,
que les servia para hacer la diferencia; en especial al “anteojudo”.
Termine en Florencio Varela, para dar asistencia a Riu.
¡Qué padrones de mierda!, los que los habían confeccionado
eran Carteros; y para evitar el desembarco de “paracaidistas polacos”, habían
mezclado a propósito las localidades.
Tiempos de Francisco “Chicho” Basile, y el Japonés como “capo”
de los Basureros Municipales; que todavía me anda buscando para cagarme a trompadas.
Apostilla al margen, como pueden ver, nunca tuve el don de
ganarme amigos. ;-(
Kunkel solía contar en la oficina de la V, en la calle Libertad, a las jóvenes
promesas de los 80; Felipe, Aníbal, etc.; la calentura obsesiva de la lista de
Chicho con una lista que nunca podía pasar el 10%.
Porque hasta ese detalle se podía calcular con elementos mínimos.
Claro, el problema era que a Arroyo las Piedras solo se podía
entrar cuando Defe jugaba de visitante; los otros días eran una invitación a la
sodomía del alíen.
Las Compañeras del Barrio/Asentamiento, no necesitaban
demostrar “atributos”, con la indiferencia alcanzaba y sobraba.
Llego el “Urnazo”, y volví a Morón, tocándome ir a Cultura;
para no molestar con mis actitudes “irritantes”. ;-P
Fue en esos momentos que Quique nos comento sobre el
Intendente electo de Río Gallegos, y su Compañera, que pedía; a los gritos, que
desde Buenos Aires, le enviaran asistencia para formar cuadros.
Me acuerdo como si fuera ayer, me encogí en la silla, silbando
bajito; siempre active en la
Capital, baje a Morón porque vivo en ella, fui a Varela
porque no quedaba otra; y siempre estaba a mano la Costera.
Pero Gallegos era Siberia, además de tener a tiro el PEN,
era Noviembre de 1987; y habíamos barrido todo el país, revirtiendo la ola de
1983.
¿Quién iba a ser tan pelotudo de querer ir a Gallegos en ese
momento?
Las idas y vueltas de esos años; nace la Cafieradora, que es el
embrión de la Cooperativa
de La Plata.
Alfonsín y Armendáriz entregan la PBA tal cual la conocemos; con
el futuro desfinanciado, y con todos los casilleros de los tres Poderes llenos
a full de amigos y entenados, cubiertos por la estabilidad del empleado
provincial.
Tiempos del Festival del Contrato, hasta para poder meter un
chofer o un cafetero.
Tan desesperados estaban los Cafieristas, por ser
reconocidos como pares por la “Patota Cultural”; que cometieron dos errores históricos.
El primero, que repitió Menem en 1989, aceptar sin beneficio
de inventario los Despachos; todos los Horrores cometidos por incompetencia,
dolo o irresponsabilidad, barridos bajo la alfombra del olvido.
Que nos costaría a los peronistas, comernos las cachetadas
por las cagadas ajenas; para mayor INRI, los responsables directos eran los
primeros de la fila de los cacheteadotes.
El segundo, acompañar la “retirada” dirigencial de radicales
y satélites, del Territorio a los estudios de TV.
En nombre de un Partido Político Moderno y “Aerodinámico”;
la pantalla sustituía a la militancia, el Despacho a la Básica, el After Hours de
esos tiempos a la Pizzería
del Barrio, y el flujo de Información Militante-Dirigente por las
Encuestadoras.
Así les fue en la
Interna de 1988; donde con el grueso de los Gobernadores, excepto
Ricardo del Val, la gran mayoría de los legisladores nacionales y provinciales;
fueron barridos por las “caminatas” del Turco.
Que hasta 1986, era el Cobos peronista, para la Reelección de Alfonsín,
y su Tercer Movimiento Histórico.
La Drean
ya estaba siendo remplazada por la
Amiga, aunque se veían venir los clones de la PC y ladrillo de Motorola.
Claro, primero había que cumplir con el Plan Megatel, evitar
los cortes eléctricos rotativos, y encontrar la forma de parar la Híper antes que estallara la Sociedad Civil.
Che, Compañera Cristina; ¡¡¡que tiempos!!!, ¿no?