Los argentinos son mas desconfiados que caballo tuerto
El Cano Lanusse.
La leyenda de "Kirk Allen" fue echada a rodar por Brian Aldiss en Billion Year Spree, su conocida historia de la ciencia ficción. Basándose en el testimonio personal que le había confiado el doctor Leon Stover, Aldiss aseguraba allí [40] que el texto incluido en el libro La hora de cincuenta minutos, de Robert Lindner, bajo el título "El diván de propulsión a chorro: la historia de Kirk Allen"[41] era un relato de la terapia psicoanalítica de Paul Linebarger.
A pesar de no sentirse especialmente atraído por la obra de Cordwainer Smith, Aldiss había incluido el relato del psicoanalista en una antología de cuentos[42] por considerarlo tan apasionante como una obra de ficción. A raíz de la publicación de esa antología, se le acercó Leon Stover, un conocido fan, quien dijo tener pruebas que "Kirk" era el hombre conocido como Cordwainer Smith.
Aldiss, que aún describe a Stover como un personaje algo excéntrico que se presentaba como "sobrino de Eisenhower", omitió esta referencia en la edición ampliada de su historia de la ciencia ficción[43] donde apenas nombra una vez a Cordwainer Smith. Sin embargo, en una entrevista personal de abril 2001 admitió que la cuestión sigue siendo un misterio y la posibilidad de que el paciente de Lindner y Linebarger sean la misma persona permanece abierta.
La obra de Lindner, clásica en su género, fue una de las primeras muestras del género de divulgación psicoanalítica, que luego inspiraría una abundante literatura.
Lindner fue un cotizado psicoanalista, autor de varios ensayos. Tenía cierto talento narrativo, y en una de sus obras se inspiró el guión del célebre film Rebelde sin causa, que llevó a la fama a James Dean.[44]
En La hora de cincuenta minutos, Lindner expuso los casos más notables que había enfrentado en su larga experiencia terapéutica. Todos los pacientes aparecían bajo nombres supuestos, especialmente porque era habitual que atendiese a funcionarios de alto rango, por cuenta del gobierno.
En cuanto a la historia de "Kirk", existen bastantes pistas que apoyan la versión de Stover, aunque el texto no puede ser considerado un documento en sentido estricto. Es muy probable que Lindner haya interpolado hechos o circunstancias procedentes de otros casos, "refundiendo", por así decirlo, varios personajes en uno.
Burns menciona dos veces el tratamiento psicoanalítico de su amigo. En la primera, señala que la fantasía de Linebarger había sido liberada por el psicoanálisis:
"Paul había seguido un curso que formaba parte de la preparación de sus trabajos sobre guerra psicológica; luego había continuado con el análisis casi una vez por semana -cuando no viajaba- durante quince años."[45]
Sin embargo, en otro texto Burns no habla de un curso teórico de psicoanálisis, como podríamos entender si nos atenemos a la cita anterior. Explícitamente, habla de una terapia a la cual Linebarger fue sometido por orden de sus superiores:
"En el curso de su trabajo, y para su mejor preparación, se le hizo seguir un tratamiento psicoanalítico, y esto explica mejor que otra cosa su personalidad y, en cierto modo, el estilo de sus escritos."[46]
Estas citas parecerían corroborar la veracidad del testimonio de Stover. De otra manera, no quedaría en claro cuál sería la misteriosa razón de que para compilar un manual de propaganda bélica, hubiese sido necesario someter a su autor a la terapia. Leyendo la historia de "Kirk" se comprenderá por qué.
Quizás lo más notable del texto de Lindner sea la suerte que corrió desde la época de su publicación. Conocido por profesionales y legos en la forma testimonial que le diera el psicoanalista, el relato era algo tan "fantástico" que varias veces fue incluido en antologías de ciencia ficción, donde era presentado como una historia imaginaria.
También es posible descubrir algún eco de ella en un cuento de Howard Fast: "La profesión del general Hardy", (1972), que aparece en el libro A touch of Infinity.[47] Su planteo nos resultará familiar: un paciente "enviado por el Gobierno", quien se hace llamar "Alan Smith", inicia una terapia con el psicoanalista Blausman. Éste descubre que se trata del general Franklin Hardy, veterano de Vietnam. Hardy presenta problemas de identidad: tiene la sensación de ser otra persona y a menudo se evade de la realidad. El desenlace del cuento es bastante convencional, pero no dejan de sorprender las coincidencias del planteo y del nombre Alan Smith (C. Smith + Kirk Allen).
Más pintoresca aún resulta la publicación del relato de Lindner como "historia verídica" en la revista Planète. En la introducción, Jacques Bergier, que evidentemente desconocía el origen del texto, se lanzó a construir toda una especulación teosófica y hasta intentó conjeturar quién podía ser el "físico" que allí se mencionaba, para concluir asegurando que "trabajaba en el proyecto de
Años más tarde, el texto de Lindner acabó su carrera literaria en las páginas de los libros ocultistas. En un libro de magia publicado en Inglaterra[49] se repetía la historia de Kirk, convertida en "un ejemplo clásico de la psiquiatría" ofreciéndola como prueba de que la lectura de ciertos libros permite atravesar las "puertas astrales" para acceder a los mundos paralelos.
Después de la guerra, Lindner había puesto un consultorio en Baltimore. Cuando Linebarger comenzó su tratamiento tenía poco más de treinta años, como el paciente de Lindner, y sabemos que estaba dictando cursos en
Lindner oculta la verdadera identidad de su paciente bajo un nombre de fantasía, "Kirk Allen." Al elegirlo, quizás pensara en Kirk Alyn, el primer actor que llegó a encarnar a Superman en el cine, precisamente en esos años (Superman, 1948). Además, por una extraña coincidencia, "Kirk" era uno de los apellidos de la madre de Linebarger, Lillian Bearden Kirk.
En la "historia de Kirk" el paciente, en lugar de ser analista político, es un físico, de quien se dice que había trabajado durante
En realidad, el proyecto de mayor importancia en que trabajó Linebarger durante la guerra fue la organización del primer servicio de inteligencia sistemático de las fuerzas armadas de los Estados Unidos. Si comparamos ambas situaciones, diríamos que la "chifladura" de un físico podía llegar a ser relativamente tolerable en un centro de investigación mientras no incidiera en su trabajo, pero el desequilibrio mental de un agente de inteligencia sería considerado francamente peligroso por las autoridades.
Si comparamos la historia de "Kirk" con la de Paul, encontramos que Kirk es cinco años más joven. Pero aquí Lindner incurre en una contradicción. Le hace decir a su paciente que ha nacido en 1918, aunque poco antes había afirmado: "Nací en Hawaii, donde mi padre había sido destinado cuando estalló
Si Kirk había nacido en 1918, era preciso fechar la terapia en 1948 (el libro de Lindner apareció en 1955), ya que el paciente aparenta "unos treinta años." En cambio, si es correcta mi hipótesis, la época del tratamiento de Paul coincide con la preparación del libro de guerra psicológica, que apareció en 1946, cuando Paul tenía treinta y dos años.
Los años de estudio de Kirk y Paul coinciden aproximadamente aunque, por la diferencia de edad, Kirk no resulta tan precoz como Paul. Al igual que Linebarger, tiene acento extranjero, como quien estuviese acostumbrado a hablar "un idioma más suave." Es probable que se tratara del chino, que Paul dominaba, y no del dialecto polinesio a que alude Lindner. Por otra parte, aun si nos atenemos al texto del analista, Kirk había abandonado Hawaii a los catorce, unos quince años antes: no es muy convincente suponer que aún conservara el acento polinesio. Linebarger, en cambio, acababa de regresar del Extremo Oriente.
Las mayores divergencias entre "Kirk" y Paul aparecen en el período de la infancia y la pubertad, pues "Kirk" permanece en Honolulu hasta los catorce, mientras que el verdadero Linebarger vive allí solo unos meses, cuando tenía seis años.
Kirk nace en Hawaii, mientras el verdadero Paul venía de los Estados Unidos. En la versión del psicoanalista, el padre de Kirk es un comodoro, una figura algo lejana y patriarcal, siempre empeñado en misiones diplomáticas. El dato es verosímil, si tenemos en cuenta que el padre de Paul fue una figura bastante dominante, que exigía al máximo a su hijo, aunque en su conducta personal era alcohólico y mujeriego.
La madre de Kirk prácticamente se desentiende del niño, dejándolo a cargo de una nodriza. La madre de Paul parece haber sido egocéntrica y controladora. Recordemos que en la ficción de Cordwainer Smith, cuando Casher O'Neill se reencuentra con su madre luego de muchos años, descubre que ni siquiera puede dialogar con ella, pues nunca han tenido nada en común.[50]
La crianza de Kirk estuvo rodeada por el afecto de una niñera nativa de nombre Myna. Pero el niño llega a distanciarse tanto del ambiente familiar que sólo a los seis años comienza a hablar en inglés, adoptando las costumbres y vestimentas occidentales.
Este parece haber sido su primer extrañamiento: sentirse ajeno a la cultura polinesia sin llegar a identificarse con la de sus padres. Lindner lo describe con estas palabras:
Durante su infancia y adolescencia lo acosaba la diferencia entre él y sus compañeros, una diferencia no sólo de color de piel sino también de herencia social, y de las innumerables sutilezas de la vida. Aunque podía compartir con sus compañeros de juego más directa y plenamente que con los adultos blancos, incluso de su propia familia, hasta con ellos se sentía alejado y distinto. Siempre había algo, una barrera invisible en ellos y él, una barrera que no podía cruzar. Por una parte, se desarrolló en él una declinación de la autoestima, un sentimiento de inferioridad y la sensación de haber sido rechazado por alguna razón. El mundo nativo, con su calidez y cohesión comunal, se abría para él sólo en parte, lo admitía sólo a medias...[... ] Por otra parte, Kirk desarrolló un sentimiento íntimo de superioridad...[51]
Esta descripción resulta comprensible si consideramos el desarraigo de un niño que oscila entre dos culturas, pero el conflicto revela tener una complejidad aún mayor si tenemos en cuenta los lugares donde transcurrió la infancia de Paul Linebarger.
Por la infancia de Kirk desfilan varias institutrices venidas de los Estados Unidos, entre las cuales se destacan dos. Una, "la esterilizada Sally", es una personalidad neurótica, de conductas compulsivas, maniática de la limpieza y llena de desprecio por los "negros roñosos", es decir, los niños nativos de quienes trataba de apartar a Kirk.
La otra es la "señorita Lillian" (curiosamente, el nombre coincide con el de la madre de Linebarger), una ninfómana que lo inicia sexualmente a los once años y domina su voluntad hasta llevarlo casi al borde de la alienación. En este episodio, según el psicoanalista, se originan todos los posteriores trastornos de la personalidad de Kirk.
Si existieron las precoces experiencias sexuales de que habla Lindner, por supuesto no ocurrieron en Polinesia, sino en otra parte. Un personaje muy parecido a la "señorita Sally" aparece en la novela Ria, que de algún modo evoca la adolescencia del autor.
En cuanto al episodio de Miss Lillian, quizás aparezca simbólicamente sublimado en la experiencia traumática en torno a la cual girará la vida de Ria: la joven ha presenciado un intento de suicidio y sufre de parálisis histérica en un brazo.
El hecho traumático que le había ocurrido a Paul en Honolulu era la pérdida del ojo izquierdo, que le había dejado una discapacidad permanente.
Si Kirk es Linebarger, Lindner lo habría conocido precisamente en la época en que estaba terminando de escribir su tratado militar y trabajaba en las novelas de "Félix C. Forrest." El relato del psicoanalista debía ser forzosamente una versión novelada de los hechos, donde lo más objetivo parece ser la minuciosa descripción que hace del delirio estructurado de su paciente.
Por otra parte, la intención del libro era divulgar la técnica psicoanalítica, que por esos años aún no era demasiado popular en los Estados Unidos. La historia de la iniciación sexual evoca demasiado a
En la ficción,el jefe de Kirk Allen le recomienda consultar al psicólogo a causa de sus frecuentes fugas de la realidad, que entorpecen su rendimiento profesional. Según los informes, en su comportamiento no hay nada anormal, salvo el hecho de "creer que vive una vida paralela en otra galaxia."
Luego de las primeras entrevistas, Lindner comienza a investigar el pasado de su paciente. En su infancia y adolescencia descubre un progresivo distanciamiento de la realidad, originado en su falta de identificación, tanto con la cultura polinesia como con la materna, que ha llegado a agravarse por el trauma de una azarosa iniciación sexual.
Según la interpretación del psicoanalista, Kirk se sentía tan segregado de la realidad, tan falto de nexos personales en el medio que lo rodeaba, que una de las pocas salidas que le quedaban, si quería salvarse momentáneamente del colapso, era identificarse con un personaje imaginario y evadirse en la fantasía.
Esta "identificación proyectiva", destinada a recuperar la autoestima, se desencadenaría a partir de la lectura de algunas novelas de ciencia ficción, género que "Kirk" frecuentaba desde la adolescencia, al igual que el verdadero Linebarger.
En los primeros textos de ciencia ficción que caen en sus manos, Kirk encuentra una serie de coincidencias "significativas." Empieza a leer dos novelas distintas y descubre que en ambas el protagonista tiene su mismo nombre. Este hecho precipitará su identificación.
En esta primera etapa de su neurosis, Kirk comienza a sentirse dominado por la sensación de que él ya ha estado en los lugares que describen los libros. Esta experiencia, que él mismo caracteriza como déjà vu, es un conocido síntoma esquizoide.
Kirk siente que el protagonista de la novela es él mismo, tiene la sensación de haber estado ya en los lugares de sus hazañas y, en un determinado momento, se decide a "completar" su biografía imaginaria, describiendo o dibujando hechos y circunstancias que cree "recordar."
Esta seudobiografia es la vida de un héroe galáctico de historieta, visitante de mundos fabulosos, vencedor de monstruos y seductor de exóticas damas: la típica fantasía compensatoria de un carácter introvertido hasta lo patológico que busca satisfacer deseos irrealizables en el mundo real.
Pero aun cuando posea la sistematización y la coherencia que suelen tener las fantasías de los esquizofrénicos, todavía no se trata de un verdadero delirio. Durante esta etapa, Kirk conserva un cierto sentido crítico que le permite distinguir entre los elementos imaginarios y los datos "reales" de su biografía ficticia.
Para tener una idea de la frondosidad de esta fantasía, es interesante inventariar el material que Kirk elabora en este período y que Lindner tuvo ocasión de estudiar:
Para empezar, había alrededor de doce mil páginas escritas a máquina que comprendían la biografía corregida de Kirk Allen. Un apéndice de 2000 páginas con notas adicionales... Un glosario de nombres y términos de más de cien páginas, 82 mapas en color, 23 representaciones de cuerpos planetarios en cuatro proyecciones; 31 de continentes de esos planetas; 14 monografías tituladas "Expedición de Kirk Allen a...", 161 croquis arquitectónicos y relevamientos topográficos, todos en escala; 12 tablas genealógicas; una descripción del sistema galáctico (18 páginas) con cuatro cartas astronómicas, una para cada estación, y nueve mapas estelares tomados desde otros planetas; una historia en doscientas páginas del imperio en el cual reinaba Kirk Allen, con una tabla (3 páginas) de fechas, batallas y acontecimientos históricos.
También había 44 carpetas de estudios monográficos con títulos como "La fauna de Srom Olma I", "La metabiología de los habitantes del Valle", "El desarrollo cerebral de los cristópedos de Srom Nobra I", etcétera. Completaban este voluminoso corpus 306 dibujos a la acuarela, carbonilla o lápiz que representaban gente, animales, plantas, insectos, armas, utensilios, máquinas, vestimentas, vehículos, muebles y objetos.
Acerca de toda esta documentación (que presumimos perdida) sólo tenemos una pista. Nos la ofrece J. J. Pierce cuando informa que "desde la década del Treinta", Linebarger había comenzado a escribir un "cuaderno secreto" que era a la vez un diario personal y un repertorio de ideas para cuentos que pensaba escribir.[52]
Es probable que el contacto de Paul con la ciencia ficción popular se hubiera dado a través de las novelas de space-opera -quizá las de Edgar Rice Burroughs o Edward E. Smith, como sugiere Aldiss- que figuraban entre los autores más populares de esos años. Cuando tenía quince años, el año en que apareció "War N° 81Q" había escrito "El dios loco de Marte", un relato en el estilo de Burroughs.
A los dieciséis, se atrevió a componer una novela de 15.000 palabras titulada Breve historia de la colonización del planeta antes llamado Venus. También escribió una continuación, con el desmesurado título de Las Mil y Una Noches del futuro: un ciclo de cuentos y eventos de la historia aún por venir, con variados discursos sobre asuntos de importancia y utilidad en nuestro tiempo presente.
En general, los relatos de space-opera eran historietas juveniles con héroes invencibles que vivían aventuras de capa y espada en un futuro remoto, venciendo monstruos extraterrestres y rescatando doncellas cautivas, en la mejor tradición de la novela de caballerías. En particular, las novelas "marcianas" de Edgar Rice Burroughs incluían un glosario de términos y una descripción de geografías e historias ficticias que recuerdan las del paciente de Lindner.[53]
Las referencias que ofrece el analista son poco precisas, pero parecen confirmar la presunción de que su paciente era efectivamente Paul Linebarger.
Según Lindner, Kirk había comenzado a introducirse en un mundo de fantasías paranoides a partir de la lectura de ciertos libros, una experiencia decisiva ocurrida a los doce años. El primero de ellos era "una novela de un famoso autor inglés" cuyo protagonista tenía su mismo nombre; es decir, Paul. Esta coincidencia le produjo "una especie de shock'' que lo obligó a releerla tres veces seguidas.
Los otros libros eran un ensayo con "reflexiones semifilosóficas de un ensayista americano de los años 20" y varios volúmenes de "extrañas aventuras" de "un moderno superhombre ... protagonista de una larga serie de fantasías, de otro autor americano."
En este último caso, parece tratarse efectivamente de space-opera: quizás, alguna de las aventuras de Northwest Smith, el personaje de C.L.Moore.
Mucho más interesante resulta el autor inglés mencionado en primer término. No olvidemos que es el que produjo la identificación de Paul con el protagonista.
Creo que existen ciertos indicios para afirmar que el autor era Olaf Stapledon y la novela Last Men in London (Los Últimos Hombres en Londres), que apareció en 1932, cuando Linebarger tenía diecinueve años y era estudiante universitario. Ya hemos visto que es probable que Lindner haya alterado la secuencia real de los hechos para hacer más ejemplar su relato. De hecho, la complejidad de la novela-ensayo de Stapledon, llena de consideraciones filosóficas y comentarios sobre la historia contemporánea, la hacía poco accesible hasta para un niño brillante de sólo doce años.
El protagonista de la novela de Stapledon se llama Paul y es un joven de nuestro siglo que se encuentra en comunicación telepática con la mente de un superhombre que vive en el más remoto futuro, cuando la especie humana se está extinguiendo. Su persistente sensación de ser observado y a la vez de sentirse ajeno a este mundo recuerda el estado de ánimo del joven Paul Linebarger, tal como lo hemos podido reconstruir, y parecería favorecer la identificación.
Sabemos que Linebarger fue siempre un decidido admirador de Stapledon.[54] En su última novela, Norstrilia, parece haberlo imitado, al incluir sus propios poemas juveniles, tal como Stapledon lo había hecho en Los Últimos Hombres en Londres, una de sus obras tardías.[55]
Existen algunos pasajes de la novela de Stapledon que reaparecen casi textualmente en la obra de Linebarger, como cabía esperar tratándose de un libro que había sido prácticamente memorizado.
Stapledon describe la visión del mundo que le habían transmitido a su personaje (Paul) en términos irónicos:
En la escuela aprendió mucho sobre Inglaterra y el Imperio, y se volvió patriota. Los ingleses eran... bien, ingleses. Tenían el mayor imperio del mundo. Eran los únicos que jugaban limpio en el deporte, eran afectuosos con los animales, podían gobernar a los negros, luchaban hasta el fin y dominaban los mares. Y porque eran un pueblo tan bueno, Dios había escondido gran cantidad de hierro y carbón en el subsuelo de su país, para que pudiesen fabricar barcos y máquinas, para hacer miles de cosas que los otros pueblos no eran capaces de hacer por sí mismos. Dios también había escrito
Basta comparar este texto con algunos pasajes igualmente irónicos de las novelas de Felix C. Forrest para percibir una evidente similitud, que parecería un eco de aquellas lecturas:
Inglaterra era distinta: Inglaterra era un Gran Poder Blanco y Libre, como los Estados Unidos, y los ingleses tenían casi las mismas normas que los americanos.[57]
Tú eres el Dios de las grandes llanuras y mares bravíos -Cadillacs y Chandlers-. ¡Tú eres el Dios que sembró el mundo con cosas buenas como oro, carbón y petróleo, y luego mandaste a Tu pueblo a buscarlas!"[58]
Tanto la identificación con el personaje de Stapledon -quien también realiza viajes "astrales" a otros mundos- como la familiaridad con las fantasías de la space-opera irían suministrando al futuro Cordwainer Smith elementos suficientes para estructurar un delirio secreto que lo compensara de todas sus inseguridades.
Cuando Kirk acude al consultorio de Lindner en Baltimore, ya ha rebasado las fronteras de la neurosis y está pisando el umbral de la esquizofrenia. Su delirio se va haciendo más estructurado y comienza a perder contacto con la realidad.
A partir de una experiencia frustrante, que según el psicoanalista, habría sido el acoso sexual de una colega) Kirk se refugia todavía más en su mundo privado y comienza a pensar que su enciclopedia galáctica tiene algunas lagunas.
"Descubre" entonces que puede "viajar" telepáticamente a esos mundos lejanos y obtener más información para su repertorio de historia y geografía cósmicas. Este es el estado en el cual inicia el tratamiento.
Es interesante subrayar la presencia de la telepatía en toda la obra de ficción de Linebarger. En Ria y en Carola hay numerosas referencias a comunicaciones telepáticas, de las cuales se habla con la mayor naturalidad. Varios testimonios señalan que mantenía cierto misterioso rapport mental con sus gatos favoritos. Además, sabemos que desde 1938 era profesor en
Quizás la comunicación instantánea a través del Espacio3, que aparece caracterizada de un modo casi místico en los cuentos de Cordwainer Smith, pudiera verse como una reelaboración de esas vivencias delirantes, llevadas ahora al plano de la creación literaria consciente.
A esta altura, Lindner hace una interesante observación. Pese a la evidente enajenación, que ya bordeaba la psicosis, su paciente mantenía un singular apego a la realidad. No todos los psicóticos tienen tan clara convicción de estar cuerdos, salvo aquellos que sufren de lesiones orgánicas. Este no era el caso de Kirk quien, por lo demás, "sabía" que su fantasía le era necesaria para sentirse seguro de sí y era consciente de que toda su vida reposaba sobre ese delirio.
Quizás haya que ver un reflejo de esta experiencia en la "locura" de Carola o en cuentos como "Los buenos amigos", donde un náufrago del espacio logra sobrevivir al aislamiento alucinando una fiesta de camaradería, o "Nancy" donde se protege a los astronautas de la angustia dándoles por compañía la imagen virtual de la primera novia.
Existe un personaje en Cordwainer Smith que, como tantos otros de confuso origen y vida conflictiva, quizás sea un eco de estas circunstancias. Se trata de Elaine, la "bruja" que ayuda a D'joan en su cruzada del subpueblo. Antes de conocer a D'joan, Elaine había estado loca:
"La locura es una rara condición; la de una mente humana que no se conecta bien con su medio. Elaine se acercó a ella antes de conocer a D'joan. Elaine no era el único caso, pero era un caso raro y genuino. Su vida se había replegado, aislada de todo intento de crecer y su mente se había refugiado en la única seguridad que podía conocer, la psicosis. La locura siempre es algo mejor que X, y para cada paciente, X es individual, personal, secreta y abrumadoramente importante. Elaine había enloquecido por necesidad: le habían implantado una carrera equivocada [...] La locura era mucho más tolerable que reconocer que no era ella misma...[59]"
Más adelante, se insiste en que el conflicto de identidad está en la raíz de la locura de Elaine: "La persona equivocada, el momento equivocado, el tiempo equivocado: estoy sola, sola, sola, gritaba su mente."
Hasta aparece una alusión, no exenta de orgullo, a los delirios ya superados: "las mentes lúcidas sirven a la locura tan bien como a la cordura: es decir, muy bien..."[60] Tampoco se deja de señalar la autoconciencia que Elaine conservaba aun en su delirio: "Elaine estaba loca. Pero una parte de ella lo sospechaba[61]."
No hay que olvidar que años más tarde, Linebarger hizo un curso de posgrado en psiquiatría. Esto puede ayudarnos a entender su reelaboración literaria de aquellas experiencias.
Tras varios intentos fallidos, Lindner intenta penetrar en las defensas de su paciente, quien ya ha comenzado a sentirse anormal pues nota un cambio en la actitud de sus superiores, a pesar que en su trabajo nada permite sospechar cuál es su real condición.
"Kirk" es sometido a un examen clínico, que incluye estudios neurológicos, endocrinológicos y hasta antropológicos, sin que se encuentre nada anormal en él. Las pruebas sólo revelan una inteligencia poco común.
Lindner intenta entonces algo que a fines de los años Cuarenta era muy audaz para la ortodoxia psicoanalítica. Trata de introducirse en el universo interior del paciente y compartir sus fantasías, para provocar contradicciones e introducir elementos críticos que logren quebrar la solidez de su delirio.
Kirk depone algunas de sus defensas en cuanto cobra confianza en su analista, quien parece secundarlo en sus fantasías. Lindner, que asume el papel del Yo realista, empieza a señalarle las incongruencias de su enciclopedia fantástica. Inicia, por así decirlo, la crítica interna del delirio, como único camino para devolver a "Kirk" a la realidad.
Ocurre entonces algo que para Lindner había de ser una circunstancia única en toda su carrera; la razón por la cual elegiría el caso de "Kirk" como culminación de su libro.
Lindner también había sido un gran aficionado a la ciencia ficción: lector de Amazing Stories desde 1926, al igual que Linebarger. En cierto modo, ambos hablaban el mismo dialecto. A medida que el analista asimila el material escrito y gráfico de Kirk, ese mundo ficticio llega a cobrar consistencia para él y comienza a compartir la locura de su paciente. Por un momento, su sentido de la realidad se tambalea. Es entonces cuando se da cuenta de que hace tiempo que espera con ansiedad cada sesión, para seguir buscando junto a Kirk las piezas faltantes del rompecabezas galáctico.
Llega un día, cuando ya el analista se está contaminando insensiblemente con la psicosis de su paciente, que "Kirk" se muestra reacio a proseguir. Al fin, termina por admitir que toda su historia es falsa y que ya ha dejado de creer en ella. La duda -introducida intencionalmente- y el diálogo con Lindner, que lo obligó a compartir el dominio de su mundo, han terminado por surtir efecto.
Como el psicoanalista se resiste todavía a abandonar el mundo de "Kirk", éste le revela que hacía tiempo estaba simulando seguir con el juego, simplemente porque Lindner "parecía necesitarlo."
http://www.literareafantastica.com.ar/cordwainer2.html
Paul Linebarger, conocido como Cordwainer Smith, fue uno de los pioneros de