Todos conocemos la frase de Lampesusa, «Algo debe cambiar para que todo siga igual»
Estrategia básica de las elites de poder, para poder mantenerse en la dirección de la sociedad.
Siempre hay a mano un Tancredi.
Artemio trae el recuerdo de otro italiano genial, Gramsci.
Por eso voy a recordar a los Fabianos, que usaron como lema el titulo de este post.
Ellos, a diferencia de Marx que predicada el cambio revolucionario, creían en la evolución gradual de la sociedad hacia el socialismo, y apostaban por el trabajo discreto y reformas graduales que poco a poco llevarían hacia el socialismo.
Se caracterizaron por su pragmatismo, alejándose de ideas utópicas, lo que les llevaba a prestar atención únicamente a las vías concretas que el socialismo podía tomar en Gran Bretaña.
El socialismo consistía para ellos no en un movimiento revolucionario, sino en el desarrollo y la evolución de las instituciones existentes en un sentido socialista.
Su estrategia se basaba en el general romano que venció a Aníbal.
“The Fabian strategy is a military strategy where pitched battles are avoided in favor of wearing down an opponent through a war of attrition.
While avoiding decisive battles, the side employing this strategy harasses its enemy to cause attrition and loss of morale.
Traducido a criollo, en los procesos históricos tenes la opción de ahorrar tiempo o ahorrar sangre.
Siguiendo a Pareto, la élite del poder se cierra frente la nueva élite que surge de la masa.
Si elegís ahorrar tiempo corres el riesgo de Cannas y su consecuente Aniquilación, es un desperdicio de sangre y tiempo.
En un solo día el pueblo romano perdió tantos hombres como USA en toda la Guerra de Vietnam.
Toda una generación perdida.
Por eso los pueblos prefieren a los Cunctator.
Si no los tienen, actúan por su cuenta, como los españoles frente a Napoleón.
Ante el inmenso poder organizado, el desorden popular aprovecha el tiempo.
Como dijo un fabiano, “a largo plazo estaremos todos muertos”, pero la masa permanece.
PD Uno de los links; trae una frase de una intelectual muy, pero muy, influyente en estos días.