El marketing es ahora el instrumento del control social, y forma la
raza impúdica de nuestros amos.
El control es a corto plazo y de rotación rápida, pero también continuo
e ilimitado, mientras que la disciplina era de larga duración, infinita y
discontinua.
El hombre ya no es el hombre encerrado, sino el hombre endeudado.
Es cierto que el capitalismo ha guardado como constante la extrema
miseria de tres cuartas partes de la humanidad: demasiado pobres para la deuda,
demasiado numerosos para el encierro: el control no sólo tendrá que enfrentarse
con la disipación de las fronteras, sino también con las explosiones de villas miseria
y guetos.
Mientras que en el Cono Sur, un deporte de las Banlieue del Atlántico
Norte desafía el Control de la “Consola”; el propio cuerpo remplaza al Joystick,
la adrenalina compite exitosamente con los paraísos químicos y virtuales.
Estos “free runners”, que plagian hasta el Hip-hop y Gangsta
Rap; tienen una contrapartida plebeya, los “caminadores”, que es su fuente de
ingresos laborales.
No menos de 20
Km . diarios, al trote y eludiendo todo tipo de obstáculos,
carga y descarga; con la disciplina de la Cultura de Marcar Tarjeta.
No menos de 25.000 en el AMBA, aunque hay quien los calcula
en el doble, si se suma el resto del país, más los que pegaron un salto
cualitativo en lo laboral.
Cumbia y Chabon los diferencia de los primeros, aunque compartan
la fascinación por el Anime en el cable.
Sturmabteilung de la periferia social; a diferencia de la “fragmentación”
de sus coetáneos del exterior, una tradición de décadas a sobrevivido, en la
semiclandestinidad, a la exclusión de los últimos 40 años.
Así que, hay mayor similitud con Reichsbanner
Schwarz-Rot-Gold alemana de nuestros días; que con los Comandos brasileños, Maras,
Gangs y Carteles.
Contra la Lógica
del Darwinismo Social de las Hegemonías Sociales; los “perdedores” no se acurrucan
en un rincón para extinguirse silenciosamente fuera de la vista.
Mas bien todo lo contrario, se convierten en las Bandas Bárbaras,
o de Zombies; que asedian las Ciudades Country, que a su vez tienen dentro de
si otros monstruos, los psicópatas y sociopatas.
Una de las preguntas más importantes concierne a la ineptitud de los
sindicatos: vinculados durante toda su historia a la lucha contra las
disciplinas o en los lugares de encierro (¿podrán adaptarse o dejarán su lugar
a nuevas formas de resistencia contra las sociedades de control?).
¿Podemos desde ya captar los esbozos de esas formas futuras, capaces de
atacar las maravillas del marketing?
Muchos jóvenes reclaman extrañamente ser “motivados”, piden más cursos,
más formación permanente: a ellos corresponde descubrir para qué se los usa,
como sus mayores descubrieron no sin esfuerzo la finalidad de las disciplinas.
Los anillos de una serpiente son aún más complicados que los agujeros
de una topera.